EL SALVADOR
SAN SALVADOR – “El Día Internacional del Derecho a la Verdad se desluce por inacción de El Salvador en caso de Monseñor Romero”, expresó este miércoles el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
El jueves 24 de marzo se celebra por primera vez el Día Internacional del Derecho a la Verdad en Relación con Graves Violaciones de Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas, fecha que fue propuesta por el gobierno salvadoreño ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en diciembre del año pasado, en conmemoración del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
“En virtud de esta importante iniciativa, resulta paradójico que el Estado aún no haya procesado ni sancionado a los responsables de este grave crimen, que afectó no sólo a la víctima y a sus familiares, sino a su comunidad religiosa y a la sociedad salvadoreña en su conjunto”, observó CEJIL.
Este año se cumplen 31 años desde que un francotirador terminó con la vida de Monseñor Romero de un disparo al corazón mientras realizaba una homilía en el Hospitalito la Divina Providencia, el 24 de marzo de 1980.
Con su muerte muchos pobres perdieron a su ferviente defensor, pues él siempre se caracterizó por defender a los más necesitados, a los “sin voz”, como les llamaba él. “Fue el protagonista de su labor de defensa por los pobres”, expresó a ContraPunto Monseñor Ricardo Urioste, presidente de la Fundación Romero. Consideró también que Romero “fue el hombre más libre que ha existido en este país”, porque dijo la verdad sin ataduras.
Esa libertad por defender a los pobres precisamente fue la principal causa de su asesinato, organizado por miembros de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES). El informe de la “Comisión de la Verdad”, emitido en 1993, concluyó que Romero fue asesinado por un escuadrón de la muerte formado por civiles y militares de ultraderecha, cuyo actor intelectual fue el ya fallecido mayor Roberto D’Aubuisson, quien además es fundador del actual partido opositor Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
31 años de impunidad
El año pasado para esta misma fecha el presidente Mauricio Funes pidió perdón en nombre del Estado salvadoreño por su asesinato. Sin embargo, hasta la actualidad, aunque se sabe quién fue el autor intelectual de su muerte y algunos de los que participaron – ex capitán Álvaro Saravia- no se ha investigado y condenado a nadie por su muerte.
Hace casi 11 años que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó que el Estado salvadoreño era responsable por las violaciones a los derechos humanos en relación al asesinato de Monseñor Romero.
En consecuencia, recomendó que se realizara una investigación de lo ocurrido, que dejara sin efecto la ley de Amnistía – promulgada en 1993- y que adoptara medidas para reparar el daño causado. Sin embargo, El Salvador no ha hecho nada para reabrir las pesquisas del crimen, las cuales siguen cerradas por la aplicación de la Ley de Amnistía que sigue todavía vigente, enfatizó el CEJIL.
Ante este panorama, hasta la Iglesia Católica ha perdido la esperanza que el crimen de Romero sea esclarecido. “Pidieron una amnistía, según las leyes ya prescribió, ya pasaron tantísimos años, así que en ese sentido no tenemos realmente mucha esperanza –que esclarezcan su asesinato-”, dijo Monseñor Urioste.
Cuando Funes pidió perdón a la familia de Romero, el 24 de marzo de 2010, les dijo que iba a dar un “respaldo incondicional para su lucha por el esclarecimiento a la verdad”. No obstante, este respaldo no se ha materializado en hechos concretos para impulsar las investigaciones. Tampoco se ha promovido que la sociedad salvadoreña conozca la verdad que en su momento fue determinada por la propia CIDH y la Comisión de la Verdad para El Salvador, sentenció CEJIL.
Romero es el salvadoreño más reconocido a nivel mundial. Incluso él es uno de los diez Mártires del siglo XX que figuran en la Abadía de Westminster, en Inglaterra. Sus restos yacen descansando en la cripta de la Catedral Metropolitana, donde muchos feligreses llegan a rezarle por una ayuda o milagro. A pesar que su proceso de santificación aún está en estudio en Roma, muchos ya lo consideran un santo.
San Romero de América
Muchos de sus beatos lo llaman ya “San Romero de América”, aunque oficialmente no ha sido canonizado por el Vaticano. El caso de Romero para su santificación fue incorporado en la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, en Roma, en 1994. Después de 17 años aún no se conoce la resolución final, si es santo o no.
En una ocasión Monseñor Jesús Delgado dijo a ContraPunto que el estudio en el Vaticano técnicamente ya estaba terminado, pero que estaban esperando que el “argumento de circunstancia venga a desvanecerse y pueda ser llevado a la santidad cristiana”.
El momento de circunstancia significa que la Iglesia Católica esta esperando el mejor momento para declararlo santo, el cual todavía no ha llegado porque la sociedad está muy dividida en torno a Romero y el Vaticano cree que si se declara su santidad en estos momentos puede profundizar más esa división, explicó Delgado.
“Este tipo de procesos siempre tardan bastante años. Mártires españoles de la guerra española en los años del 36 al 39 hace unos poquitos años que los beatificaron y canonizaron, a algunos”, expresó Urioste.
Además señaló que algunas personas no ven bien el trabajo que hizo Romero “porque no lo conocen, nada más se quedaron con lo que los diarios decían de él y con lo que el grupo de amigos les decían, pero nunca penetraron en la doctrina misma que monseñor Romero predicó, ni la han leído ni se han puesto a buscarla”.
Pero los que lo quieren y apoyan siempre lo llegan a ver a su cripta, unos por fe y otros por simple turismo. Recientemente estuvo ahí el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acción que recibió el beneplácito de Urioste. “Me pareció un buen gesto de parte del presidente Obama”, indicó. (Por: Magdalena Flores, Contrapunto)