DEPORTES
La rivalidad centenaria entre Real Madrid y Barcelona se condensará en tan solo 18 días. A partir del sábado, los dos grandes del fútbol español se enfrentarán en cuatro ocasiones, la primera en la liga española; luego disputarán la Copa del Rey, así como un puesto en la final de la Liga de Campeones tras dos juegos.
Trece jugadores campeones del mundo y el dos veces ganador del balón de oro, Lionel Messi, se pondrán al servicio de dos idearios futbolísticos opuestos. El pragmatismo y la voracidad de Jose Mourinho contra la exquisitez de Pep Guardiola. La potencia de Cristiano Ronaldo contra el genio de Lionel Messi. Un reto inédito que paralizará a más de 400 millones de espectadores en todo el mundo.
Barcelona y Real Madrid se han mostrado imperiales hasta el momento del último jalón. El equipo de Guardiola ha elevado por tercer año consecutivo el futbol a la categoría de arte. Su estilo de juego -combinativo de toque y precisión-, ha sido elogiado por los especialistas y admirado por la afición.
El Real Madrid ha recuperado de la mano de Mourinho su poderío y su espíritu competitivo, las señas de identidad que le han convertido en el club más laureado de la historia.
Los dos han llegado a las puertas del éxito, aunque por caminos divergentes. Mientras Guardiola no se ha cansado de alabar las virtudes del Real Madrid, Mourinho se vale de los medios para elevar la tensión y la rivalidad con el Barça: ha denunciado favoritismos por parte de los árbitros, se ha quejado de que el calendario está predispuesto para que el Barcelona salga campeón, e incluso desde instancias anónimas del club han levantado un presunto caso de dopaje. Pero en fútbol lo que vale es lo que se dice con juego en la cancha. Ahí se saldarán las cuentas pendientes.
Cristiano Ronaldo intentará romper su mala racha ante el Barcelona. El delantero portugués, que esta temporada ha logrado 41 goles, nunca ha perforado la portería de Víctor Valdés. En los seis enfrentamientos con los culés, la imponente presencia del 7 madridista siempre se ha difuminado.
Otro es el escenario para el astro Lionel Messi. La pulga cuenta con seis goles contra el equipo blanco y se ha mostrado decisivo en los partidos de alto voltaje. A sus 23 años, el 10 del Barça no deja de crecer. Esta temporada ha añadido nuevas virtudes a su repertorio. Es el máximo artillero de la liga, el máximo asistente, y suma 48 goles en todas las competiciones, récord del club.
La historia reciente del clásico juega a favor del Barcelona, pero la concentración de emociones e intensidad que se prevé en los cuatro partidos. Mayor es la incertidumbre en la Copa del Rey y en la Liga de Campeones, torneos donde Mourinho ha demostrado ser un especialista y un maestro.
La estrategia de los técnicos
Guardiola tendrá que improvisar soluciones en la defensa ante las bajas de Puyol y Eric Abidal y la ofensiva se ha quedado bajo mínimos tras la lesión del delantero suplente, Bojan Krkic. Mourinho, por su parte, contará con su amplísima plantilla en plenitud de condiciones. Para el tramo final a recuperado a Kakà y a Higuaín, y parece que Emmanuel Adebayor, el fichaje de invierno, ya se ha adaptado a las exigencias de su técnico.
El primer episodio del cuádruple enfrentamiento se vivirá el sábado en la liga. Desde la llegada de Guardiola al banquillo del Camp Nou, la predominancia de los azulgrana ha sido absoluta: cinco partidos, cinco victorias.
El encuentro del Santiago Bernabéu se presenta como la última oportunidad para el Real Madrid de aferrarse al campeonato. El Barcelona llega al feudo madrilista con ocho puntos de ventaja con siete jornadas por disputar. Una victoria del Barcelona sellaría su tercer título consecutivo en la liga española, hazaña que no consigue ningún equipo desde el Barcelona de Cruyff a principios de los noventa.
Cuatro días después se medirán en la final de la Copa del Rey, algo que no ocurría desde hacía 21 años. El torneo copero es el fetiche del Barcelona, que ha alzado el título en 25 ocasiones por 17 de su eterno rival. El Real Madrid buscará romper la hegemonía culé y redimirse de su mala trayectoria en la competición, donde lleva 18 años sin salir campeón.
La semana siguiente empezará el doble cara-a-cara en la Liga de Campeones de Europa. El Barcelona alcanza las semifinales por cuarta vez consecutiva. Campeón hace dos temporadas, los balugrana se vieron atrapados el año pasado por el Inter de Jose Mourinho, que realizó la temporada perfecta al alzarse con la Liga italiana, la Copa y la Champions.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, no escatimó para sacar al Real Madrid del destierro que ha vivido en los últimos años en la competición que le ha dado fama mundial, y se lanzó a contratar a Mourinho.
Los merengues buscan su décimo título, los azulgrana consolidarse como el mejor equipo de los últimos 20 años, obteniendo el cuarto. Guardiola y sus chicos entrar en la historia junto con el Madrid de Di Stéfano, el Ajax de Cruyff o el Milán de Sacchi.
Se prevee que las calles españolas se vaciarán y los bares, los cines y las casas se abarrotarán de aficionados de uno y otro equipo. El clásico lo eclipsa todo en España y apasiona al mundo del fútbol. No hay seguidor que no anime al equipo, que no tome parte. El planeta fútbol se detendrá para ver ediciones irrepetibles del duelo. Los 90 minutos habituales de juego, se convertirán en 18 días de análisis, discusiones, triunfos y revanchas, dramas, historias, numeralía y éxtasis. (Fuente: José Luis Pardo Veiras- CNNMéxico)