GUATEMALA
Los ex miembros de una unidad de fuerzas especiales de Guatemala participaron en los asesinatos de 27 personas en una granja en una provincia del norte, dijo el presidente del país, Álvaro Colom.
El presidente Colom mencionó el martes que los ex miembros de los kaibiles, como se conoce al grupo militar, estaban involucrados en la masacre que se realizó en Petén, declarado en estado de sitio.
Las autoridades han señalado al cártel mexicano de la droga Los Zetas -vinculado antes con los kaibiles- como los responsables de la masacre. Las autoridades divulgaron el martes los detalles sobre un sospechoso que fue arrestado en conexión con los asesinatos.
Hugo Álvaro Gómez Vásquez, también conocido como La bruja, tiene una fuerte relación con Los Zetas, de acuerdo con el servicio estatal de noticias AGN. Gómez Vásquez está señalado por un triple cargo de asesinato relacionado con los crímenes en masa en Petén, dijeron las autoridades. Además está acusado de secuestro y muerte de tres personas en relación con el dueño de la granja donde fueron encontrados los 27 cuerpos. Los investigadores no han mencionado si estaba directamente vinculada con la masacre.
Colom calificó a los asesinatos como “sádicos y perversos“.
Entre los sobrevivientes estaba una mujer embarazada que relató que cubrió a sus hijas y pidió clemencia, de acuerdo con Prensa Libre de Guatemala. La mujer dijo que el grupo que atacó la finca era de más de 50 hombres armados con uniforme, que tenían acento mexicano.
La banda de Los Zetas llegó a Guatemala con el objetivo de hacerse con el control de las rutas del trasiego de drogas que estaban en poder de grupos locales, explicó este lunes el ministro del Interior, Carlos Menocal.
El grupo, uno de cuyos líderes, Daniel Pérez Rojas, alias el “Cachetes”, está detenido en Guatemala, ha sentado su base de operaciones en el departamento norteño de Alta Verapaz, desde donde dirige y controla el paso de grandes cantidades de cocaína por los departamentos de Izabal, Zacapa, Escuintla, Chiquimula y Petén.
Los Zetas tienen presencia en toda la costa atlántica de México, desde el norteño Estado de Tamaulipas, donde en la actualidad sostienen una durísima contienda con el cartel del Golfo y con el Ejército mexicano, hasta los Estados sureños, donde se han especializado en la extorsión a migrantes, para lo que cuentan con la valiosa colaboración de policías corruptos. De un tiempo a esta parte, tanto las autoridades guatemaltecas como las agencias antidroga norteamericanas vienen alertando de la cada vez más frecuente presencia del cartel en la zona fronteriza entre México y Guatemala.
Según un minucioso despacho elaborado por diplomáticos norteamericanos sobre el terreno, la actividad del cartel en la zona de Playa Grande es ya notable: “Las comunidades locales están siendo pagadas por los narcotraficantes e impiden el acceso a los policías y militares (…) Pequeñas aeronaves de uno o dos motores vuelan regularmente a Guatemala, principalmente desde Venezuela, llevando más de 1.200 kilos de cocaína. Los narcotraficantes aterrizan en pistas clandestinas y descargan en aproximadamente siete minutos. Camiones ya situados en la pista de aterrizaje transportan la droga directamente a México y a EE UU. El ratio de éxito es casi del 100% cuando aterrizan de noche”.
Según las autoridades guatemaltecas, cuando los Zetas no consiguen doblegar la voluntad de los campesinos locales por las buenas lo hacen por las malas. Eso fue al parecer lo que ocurrió el domingo en la finca Los Cocos. Llegaron en busca del patrón, a quien ya venían extorsionando. Al no encontrarlo, decidieron dejarle un mensaje: 27 campesinos muertos. Los jornaleros habían acudido a la casa del dueño de la finca para cobrar el salario de la semana. (Con datos de CNN y el País)
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