El Elche remonta al Valladolid y jugará la final del ascenso ante el Granada

0
141

Espíritu de superviente

 

El Elche remonta al Valladolid y jugará la final del ascenso ante el Granada

La fuerza del superviviente ha propulsado al Elche a la final de la promoción de ascenso a Primera División. Un equipo desquiciado en el arranque de Liga y agigantado día a día gracias a su enorme espíritu de sacrificio y a la mano milagrosa de su entrenador, Pepe Bordalás, protagonista de la enésima remontada del equipo ante el Valladolid. Sobre todo por un cambio providencial antes del descanso: la entrada en el minuto 40 de David Sánchez, un grandullón rubio con un guante en el pie izquierdo que cambió el partido por completo. El conjunto de Abel, tan superior técnicamente durante la primera media hora del partido, sucumbió primero a la zurda de Edu Albácar y, más tarde, a la torpeza de su propia defensa. El Elche jugará la final ante el Granada, el miércoles como visitante y el sábado otra vez en el Martínez Valero.

Al filo del descanso, Edu Albácar, un lateral tarraconense de 32 años, le dio la vida al Elche con dos zurdazos de falta desde unos 30 metros. El golpeo seco y enroscado, una especie de folha seca, se convirtió en un misil para el portero Javi Jiménez, impecable hasta ese preciso momento. El primer gol fue más fallo del portero, incapaz de repeler el disparo; ante el segundo, no pudo más que rendirse por la perfecta potencia y la colocación.

Los jugadores del Valladolid se abalanzaron sobre el árbitro puesto que la falta originaria del segundo tanto local había sido un error de bulto: el defensa, Marc Valiente, golpeó con la cabeza y el árbitro entendió que había sido con la mano. Tarjeta y una falta que ponía la eliminatoria al rojo vivo.

Antes, el Valladolid había estado bien armado y mejor desplegado a partir de contragolpes de libro protagonizados por Sisi, Nauzet, Óscar y Javi Guerra. En uno de ellos, el magnífico pase en profundidad de Nauzet lo acribilló Óscar, el media ex del Zaragoza, con un derechazo a la escuadra.

Ante la necesidad de tres goles, Bordalás reaccionó con un cambio crucial: retiró a Kike Mateo del campo y le dio paso a David Sánchez, un compás para la zona de tres cuartos. El resultado fue inmediato. El Elche se sintió más diestro y paciente con el balón.

El Valladolid recuperó supuestamente la calma y la pelota tras el descanso. Tocaba y tocaba con aparente comodidad hasta que, de repente, se autodestruyó en una acción impensable: tras un centro raso y flojo desde la izquierda de David Sánchez, el central Jordi tocó hacia atrás, superó a su portero y el pequeño punta ilicitano, Ángel, solo hubo de embocar.

Para entonces el pánico ya se había apoderado de la defensa del cuadro de Abel. Al Elche le quedaba su asignatura favorita: resistir hasta el final y empezar a saborear la final que disputará ante el Granada.

Datos de ElPAIS