Como la mayoría de los asistentes al 47 encuentro de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra estos días en Chicago (EEUU), Ángel Sánchez se enfrenta cada día al cáncer. Sin embargo, al contrario que muchos, este oncólogo hondureño apenas tiene armas con las que luchar.
En el Hospital San Felipe de Tegucigalpa, el centro donde trabaja, los medios son escasos y las necesidades grandes, por lo que, cada día, ve morir a pacientes que podrían haberse salvado si vivieran en otro lugar del mundo.
Por eso, Sánchez no ha venido a EEUU únicamente a mejorar su formación como médico, sino a recordar a sus colegas de profesión que hay “otra realidad del cáncer” que no depende del desarrollo de nuevas moléculas o innovadoras dianas terapéuticas. “Quiero ser la voz de los miles de personas que sufren esta enfermedad en los países en desarrollo y de las que pocas veces se habla”, señala a ELMUNDO.es.
Junto a otros especialistas, Sánchez ha pedido en ASCO esfuerzos renovados para “hacer frente a la epidemia de cáncer” que están viviendo los países en desarrollo y ha reclamado a los líderes políticos internacionales -especialmente al presidente Obama- una implicación activa en el próximo Encuentro de Enfermedades No Transmisibles que, auspiciado por Naciones Unidas, tendrá lugar el próximo mes de septiembre en Nueva York.
“Mi caso representa al de muchos otros” que apenas tienen acceso a tratamientos, medios de diagnóstico o tratamientos paliativos, continúa este oncólogo, quien subraya que “los datos son fríos, pero la realidad quema”.
Afectados en los países pobres
Según la Sociedad Americana de Oncología Clínica, la Unión para el Control Internacional del Cáncer y la Sociedad Americana del Cáncer -tres organismos que se han unido para potenciar la lucha global contra el cáncer-, cada año mueren alrededor de 7,6 millones de personas a causa de un problema oncológico. Se estima que la incidencia de la enfermedad continuará aumentando en los próximos años y que en 2030 el número de casos anuales podría ser superior a 20 millones. La mayoría de esos afectados vivirá en un país pobre, subrayan las estadísticas.
Según Sánchez, los líderes mundiales tienen la oportunidad de cambiar las cosas en el encuentro que celebrará la ONU en septiembre. “Ir juntos es la única manera de conquistar esta lucha contra el cáncer”, anima este oncólogo.
En ese sentido, la Sociedad Americana de Oncología Clínica ha anunciado varias iniciativas solidarias. Además de continuar con su programa de formación y actualización de profesionales de países empobrecidos en EEUU, el organismo lanzará una iniciativa de voluntariado que hará llegar profesionales estadounidenses a países como Etiopía o Vietnam.
Por otro lado, también continuará fomentando la consecución de la Declaración Mundial contra el Cáncer, una iniciativa similar a los conocidos Objetivos del Milenio que pretende alcanzar antes de 2020 una serie de hitos como una disminución radical del consumo de tabaco, el acceso universal a programas de vacunación contra los virus de la hepatitis B y el papiloma humano para prevenir cánceres de hígado y cuello de útero o un acceso global a los tratamientos oncológicos. (Fuente: Cristina G. Lucio, EL MUNDO)