WASHINGTON
“Esta es una ley que pondrá a la gente a trabajar”, prometió este lunes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El mandatario defendió así la “Iniciativa para el Empleo” (American Jobs Act, AJA), impulsada desde Washington la semana pasada y presentada ahora al Congreso, con la que intentará paliar la crisis de trabajo e inyectar recursos en la alicaída economía del país.
En la norma se incluye, para eso, un plan de inversión en infraestructura, medidas de creación de empleos en áreas como la docencia e incentivos fiscales para que las empresas contraten nuevos trabajadores.
De ser aprobada, su puesta en marcha tendría un costo de US$447.000 millones -entre gastos, inversiones y recortes impositivos-, una cifra que excede a la que habían pronosticado los expertos antes del anuncio presidencial.
Sin embargo, la gestión demócrata tiene frente a sí un fantasma de grandes proporciones: se estima que existen 25 millones de personas sin empleo en el territorio, muchas más de las que podrían beneficiarse con la ley.
Según la consultora Macroeconomic Advisers, la AJA daría lugar a 1,3 millones de nuevos puestos hasta finales de 2012. Otros, como el Instituto de Política Económica, aventuran un número más optimista, de 2,6 millones de empleos.
Asimismo, la propuesta, en su versión preliminar, nada dice de las condiciones de empleo de los hispanos, uno de los grupos más golpeados –junto con los negros- tras la recesión de 2008.
“No está orientada específicamente a dar ayuda a las minorías, pese a que sus tasas de desempleo son mayores”, señaló a BBC Mundo el analista David Callahan, co-fundador de Demos, una organización no partidaria de análisis de políticas públicas.
¿Y los latinos?
Los índices de desocupación en la comunidad hispana son, al momento, de 11,3% –según lo reconoció la secretaria de Trabajo, Hilda Solís-, más de dos puntos porcentuales encima de la media nacional, de 9,1%.
Se estima también que 1,1 millón de hispanos ha estado buscando empleo en los últimos seis meses, sólo por debajo de los desempleados de raza negra que suman 1,4 millón.
En este escenario, la AJA podría convertirse en un motor de impulso para el corto plazo, lo que beneficiaría a la población económicamente activa y, como parte de ella, a los latinos. “Es una manera de llevar dinero a los bolsillos de los trabajadores, lo que constituye un incentivo fuerte para la economía en lo inmediato”, señaló Callahan.
¿Cómo lo hará? Hay un aspecto que los analistas consideran clave en términos de los beneficios para los hispanos: la propuesta de infraestructura.
La ley sugiere invertir US$140 mil millones para modernizar unas 35.000 escuelas públicas, mejorar el transporte terrestre y renovar hogares y comunidades, entre otras tareas.
Lo que significa, en la práctica, la creación de miles de empleos (el gobierno estima incluso que podría llegar al millón) en el sector de la construcción, en el que los latinos tienen una alta representación: al menos 25%, según el Centro Pew Hispano, y casi medio millón de ellos sin empleo a causa de esta crisis.
“El control de los recursos para este proceso de renovación de hará a nivel local (mediante el gobierno de la ciudad, no el estatal), lo que permitirá que quien decida sea alguien que conoce las necesidades de su zona”, indicó a BBC Mundo Anastasia Christman, analista del Proyecto para la Ley Nacional de Empleo (NELP, en inglés).
Otras ventajas
A la hora de medir los efectos de la crisis, los jóvenes parecen llevarse la peor parte: el índice de desocupación entre latinos menores de 30 años ha sido estimado por distintas fuentes en 19%, el doble de la media nacional.
A quienes buscan integrarse el mundo laboral, la ley promete cursos de capacitación y programas de trabajo de verano. Los críticos, sin embargo, señalan que habrá que ver cómo esas propuestas se convierten en programas reales, en caso de que la ley reciba el visto bueno del Congreso. “Si una persona se integra tarde a la fuerza laboral, eso puede deprimir su salario por años, así que es imperativo ayudar a que los jóvenes de las minorías consigan empleo cuanto antes”, detalló la analista de NELP.
También aquellos que tienen sus propios negocios podrían encontrar un incentivo a medida: la AJA estipula una serie de créditos impositivos para pequeñas empresas que, según la organización Demos, podrían beneficiar a 25.000 negocios latinos. (Fuente: Valeria Perasso, BBC Mundo)
WASHINGTON
¿Cómo se benefician los latinos del plan de empleo de Obama?
“Esta es una ley que pondrá a la gente a trabajar”, prometió este lunes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El mandatario defendió así la “Iniciativa para el Empleo” (American Jobs Act, AJA), impulsada desde Washington la semana pasada y presentada ahora al Congreso, con la que intentará paliar la crisis de trabajo e inyectar recursos en la alicaída economía del país.
En la norma se incluye, para eso, un plan de inversión en infraestructura, medidas de creación de empleos en áreas como la docencia e incentivos fiscales para que las empresas contraten nuevos trabajadores.
De ser aprobada, su puesta en marcha tendría un costo de US$447.000 millones -entre gastos, inversiones y recortes impositivos-, una cifra que excede a la que habían pronosticado los expertos antes del anuncio presidencial.
Sin embargo, la gestión demócrata tiene frente a sí un fantasma de grandes proporciones: se estima que existen 25 millones de personas sin empleo en el territorio, muchas más de las que podrían beneficiarse con la ley.
Según la consultora Macroeconomic Advisers, la AJA daría lugar a 1,3 millones de nuevos puestos hasta finales de 2012. Otros, como el Instituto de Política Económica, aventuran un número más optimista, de 2,6 millones de empleos.
Asimismo, la propuesta, en su versión preliminar, nada dice de las condiciones de empleo de los hispanos, uno de los grupos más golpeados –junto con los negros- tras la recesión de 2008.
“No está orientada específicamente a dar ayuda a las minorías, pese a que sus tasas de desempleo son mayores”, señaló a BBC Mundo el analista David Callahan, co-fundador de Demos, una organización no partidaria de análisis de políticas públicas.
¿Y los latinos?
Los índices de desocupación en la comunidad hispana son, al momento, de 11,3% –según lo reconoció la secretaria de Trabajo, Hilda Solís-, más de dos puntos porcentuales encima de la media nacional, de 9,1%.
Se estima también que 1,1 millón de hispanos ha estado buscando empleo en los últimos seis meses, sólo por debajo de los desempleados de raza negra que suman 1,4 millón.
En este escenario, la AJA podría convertirse en un motor de impulso para el corto plazo, lo que beneficiaría a la población económicamente activa y, como parte de ella, a los latinos. “Es una manera de llevar dinero a los bolsillos de los trabajadores, lo que constituye un incentivo fuerte para la economía en lo inmediato”, señaló Callahan.
¿Cómo lo hará? Hay un aspecto que los analistas consideran clave en términos de los beneficios para los hispanos: la propuesta de infraestructura.
La ley sugiere invertir US$140 mil millones para modernizar unas 35.000 escuelas públicas, mejorar el transporte terrestre y renovar hogares y comunidades, entre otras tareas.
Lo que significa, en la práctica, la creación de miles de empleos (el gobierno estima incluso que podría llegar al millón) en el sector de la construcción, en el que los latinos tienen una alta representación: al menos 25%, según el Centro Pew Hispano, y casi medio millón de ellos sin empleo a causa de esta crisis.
“El control de los recursos para este proceso de renovación de hará a nivel local (mediante el gobierno de la ciudad, no el estatal), lo que permitirá que quien decida sea alguien que conoce las necesidades de su zona”, indicó a BBC Mundo Anastasia Christman, analista del Proyecto para la Ley Nacional de Empleo (NELP, en inglés).
Otras ventajas
A la hora de medir los efectos de la crisis, los jóvenes parecen llevarse la peor parte: el índice de desocupación entre latinos menores de 30 años ha sido estimado por distintas fuentes en 19%, el doble de la media nacional.
A quienes buscan integrarse el mundo laboral, la ley promete cursos de capacitación y programas de trabajo de verano. Los críticos, sin embargo, señalan que habrá que ver cómo esas propuestas se convierten en programas reales, en caso de que la ley reciba el visto bueno del Congreso. “Si una persona se integra tarde a la fuerza laboral, eso puede deprimir su salario por años, así que es imperativo ayudar a que los jóvenes de las minorías consigan empleo cuanto antes”, detalló la analista de NELP.
También aquellos que tienen sus propios negocios podrían encontrar un incentivo a medida: la AJA estipula una serie de créditos impositivos para pequeñas empresas que, según la organización Demos, podrían beneficiar a 25.000 negocios latinos. (Fuente: Valeria Perasso, BBC Mundo)
WASHINGTON
¿Cómo se benefician los latinos del plan de empleo de Obama?
“Esta es una ley que pondrá a la gente a trabajar”, prometió este lunes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El mandatario defendió así la “Iniciativa para el Empleo” (American Jobs Act, AJA), impulsada desde Washington la semana pasada y presentada ahora al Congreso, con la que intentará paliar la crisis de trabajo e inyectar recursos en la alicaída economía del país.
En la norma se incluye, para eso, un plan de inversión en infraestructura, medidas de creación de empleos en áreas como la docencia e incentivos fiscales para que las empresas contraten nuevos trabajadores.
De ser aprobada, su puesta en marcha tendría un costo de US$447.000 millones -entre gastos, inversiones y recortes impositivos-, una cifra que excede a la que habían pronosticado los expertos antes del anuncio presidencial.
Sin embargo, la gestión demócrata tiene frente a sí un fantasma de grandes proporciones: se estima que existen 25 millones de personas sin empleo en el territorio, muchas más de las que podrían beneficiarse con la ley.
Según la consultora Macroeconomic Advisers, la AJA daría lugar a 1,3 millones de nuevos puestos hasta finales de 2012. Otros, como el Instituto de Política Económica, aventuran un número más optimista, de 2,6 millones de empleos.
Asimismo, la propuesta, en su versión preliminar, nada dice de las condiciones de empleo de los hispanos, uno de los grupos más golpeados –junto con los negros- tras la recesión de 2008.
“No está orientada específicamente a dar ayuda a las minorías, pese a que sus tasas de desempleo son mayores”, señaló a BBC Mundo el analista David Callahan, co-fundador de Demos, una organización no partidaria de análisis de políticas públicas.
¿Y los latinos?
Los índices de desocupación en la comunidad hispana son, al momento, de 11,3% –según lo reconoció la secretaria de Trabajo, Hilda Solís-, más de dos puntos porcentuales encima de la media nacional, de 9,1%.
Se estima también que 1,1 millón de hispanos ha estado buscando empleo en los últimos seis meses, sólo por debajo de los desempleados de raza negra que suman 1,4 millón.
En este escenario, la AJA podría convertirse en un motor de impulso para el corto plazo, lo que beneficiaría a la población económicamente activa y, como parte de ella, a los latinos. “Es una manera de llevar dinero a los bolsillos de los trabajadores, lo que constituye un incentivo fuerte para la economía en lo inmediato”, señaló Callahan.
¿Cómo lo hará? Hay un aspecto que los analistas consideran clave en términos de los beneficios para los hispanos: la propuesta de infraestructura.
La ley sugiere invertir US$140 mil millones para modernizar unas 35.000 escuelas públicas, mejorar el transporte terrestre y renovar hogares y comunidades, entre otras tareas.
Lo que significa, en la práctica, la creación de miles de empleos (el gobierno estima incluso que podría llegar al millón) en el sector de la construcción, en el que los latinos tienen una alta representación: al menos 25%, según el Centro Pew Hispano, y casi medio millón de ellos sin empleo a causa de esta crisis.
“El control de los recursos para este proceso de renovación de hará a nivel local (mediante el gobierno de la ciudad, no el estatal), lo que permitirá que quien decida sea alguien que conoce las necesidades de su zona”, indicó a BBC Mundo Anastasia Christman, analista del Proyecto para la Ley Nacional de Empleo (NELP, en inglés).
Otras ventajas
A la hora de medir los efectos de la crisis, los jóvenes parecen llevarse la peor parte: el índice de desocupación entre latinos menores de 30 años ha sido estimado por distintas fuentes en 19%, el doble de la media nacional.
A quienes buscan integrarse el mundo laboral, la ley promete cursos de capacitación y programas de trabajo de verano. Los críticos, sin embargo, señalan que habrá que ver cómo esas propuestas se convierten en programas reales, en caso de que la ley reciba el visto bueno del Congreso. “Si una persona se integra tarde a la fuerza laboral, eso puede deprimir su salario por años, así que es imperativo ayudar a que los jóvenes de las minorías consigan empleo cuanto antes”, detalló la analista de NELP.
También aquellos que tienen sus propios negocios podrían encontrar un incentivo a medida: la AJA estipula una serie de créditos impositivos para pequeñas empresas que, según la organización Demos, podrían beneficiar a 25.000 negocios latinos. (Fuente: Valeria Perasso, BBC Mundo)