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Aunque quisiera, Frank Velásquez no conseguiría ocultar la alegría que le embarga por estar en Italia disputando su segunda Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA. Cada vez que el salvadoreño dice algo sobre su trayectoria en la disciplina o sobre la participación de su equipo en Rávena, deja escapar una sonrisa reveladora.
Velásquez, que apenas tiene 21 años, está a punto de abordar su segundo torneo global. Pero esta vez llega como la gran promesa de El Salvador, después de haber brillado en la fase de clasificación de la CONCACAF en Puerto Vallarta, México, donde se proclamó máximo goleador con 12 tantos en 5 partidos y fue elegido mejor jugador de la competición. No obstante, nada parece despertar tanto el orgullo y la sonrisa de Frank como otro premio que le dieron en abril de este año, en el primer Mundialito de Clubes, celebrado en Sao Paulo: su sobrenombre.
“Fui draftado por el Seattle Sounders y en los primeros entrenamientos marqué algunos goles chutando con la puntera. El técnico (ndlr: el brasileño Marcelo Mendes), cuando lo vio, me empezó a llamar Romario”, nos contó tímidamente el dorsal número 11 a FIFA.com. “Para colmo, yo también soy bajito y tengo el mismo color de pelo. Así que el mote se me pegó, y claro, me puse muy contento”.
El Mundialito no solo le sirvió a Frank para celebrar un bautizo halagüeño. En los cinco partidos que libró en el certamen con el Seattle Sounders de camino hasta los cuartos de final, donde él y los suyos cayeron eliminados por el Flamengo a los penales, el salvadoreño fue el máximo realizador de su club con cinco dianas y, al mismo tiempo, trató de aprovechar la oportunidad de enfrentarse a algunos de los mejores jugadores del mundo, inclusive los portugueses que serán sus adversarios en el estreno mundialista.
“Jugué contra Madjer, Alan, Belchior… futbolistas que, además de ser muy buenos, tienen mucha experiencia sobre la arena. Aprendí mucho con ellos”, recordó este ex miembro de la selección sub-17 de fútbol convencional en su país, que comenzó jugando al fútbol playa en un torneo local por diversión y ahora es la principal referencia de un equipo que, por tercera vez seguida, se ha clasificado para el mayor campeonato de la disciplina.
En sus dos participaciones anteriores, sin embargo, la selección salvadoreña entabló seis partidos y no ganó ninguno, un saldo que Romario espera poder cambiar con sus aciertos. “El Salvador ya estuvo en dos Mundiales y pudimos estudiar un poco mejor el fútbol playa que se juega en otros continentes. Creo que ya es hora de que lleguemos más lejos”, sentenció. (Fuente: FIFA.com)