El Comisionado de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, expresó su preocupación porque la violencia en el país deja un promedio de 20 muertes diarias. “De continuar con esta tendencia de muertes violentas, Honduras podría cerrar el 2011 con una tasa de 86 homicidios por cada 100.000 habitantes, cifra con la cual estaría sobrepasando once veces más la tasa mundial establecida en 8,8″, subrayó Custodio en un comunicado.
También señaló que el femicidio “es la mayor violación a los derechos humanos y el más grave delito de violencia contra la mujer”. Según el defensor del pueblo, entre 2002 y lo que va de 2011 en Honduras murieron en forma violenta alrededor de 2.500 mujeres.
Custodio indicó que en lo que va de 2011 han muerto al menos 250 mujeres en forma violenta, de las cuales el 83 % fueron víctimas de las armas de fuego, un 14 % de armas blancas, mientras que el resto murió por asfixia, estrangulamiento y por otras causas violentas.
En opinión de Custodio, es urgente que el Estado hondureño tenga una política criminal que incluya una norma penitenciaria debidamente formulada como un régimen, “con el propósito de mejorar el funcionamiento del sistema penitenciario del país”.
Sobre la veintena de centros penitenciarios del país, dijo que están al borde del colapso por el hacinamiento, la corrupción y la falta de una política penitenciaria. El funcionario también expresó que en Honduras la corrupción ha dejado de ser un problema simplemente moral o ético.
La corrupción “es algo que afecta y concierne a la economía del país, a la lucha para erradicar la pobreza, a la credibilidad y legitimidad del sistema político, a la gobernabilidad democrática y al funcionamiento, eficiencia y eficacia del Estado de Derecho”, enfatizó.
Custodio considera que no es posible luchar contra la pobreza y construir democracia si al mismo tiempo no se libra “una lucha abierta y decidida en contra de la corrupción”.
El flagelo de la corrupción sigue en aumento y corroe todos los sectores de la sociedad hondureña porque no se combaten las causas que la producen, anota.
Según Custodio, el presidente hondureño, Porfirio Lobo, todavía no ha resuelto la muerte violenta de personas, el aumento de la corrupción, los conflictos de maestros que tienen a miles de niños y jóvenes alejados del sistema educativo, ni la limitada cobertura de salud.
Dijo, además, que la libertad de expresión es uno de los mayores problemas del país, a causa de la inseguridad generalizada para los periodistas, de los que entre 2010 y 2011 han sido asesinados más de una docena, sin que hasta ahora esos crímenes hayan sido esclarecidos.
Presidente Lobo en la ONU
El presidente Porfirio Lobo Sosa admitió esta semana en la asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, que el golpe de Estado de 2009 deterioró gravemente la situación de derechos humanos, mientras pidió a los países desarrollados bajar su consumo de drogas y reafirmó su apoyo para que Palestina sea reconocida como Estado.
Lobo le dijo al mundo que la criticada situación de derechos humanos es una herencia del golpe de Estado y no una política de su administración, que está a punto de perder entre 200 y 400 millones de dólares (entre 3, 800 y 7, 600 millones de lempiras) de la Cuenta del Milenio, por la impunidad en esta materia.
“Debo manifestar que la crisis política que atravesó nuestra nación y el golpe de Estado del 28 de junio del 2009 nos heredaron un grave deterioro en la situación de los derechos humanos, superarlo constituye una de nuestras más altas prioridades”, afirmó para después asegurar que “no existe una política de Estado para violentar los derechos humanos, lejos de ello trabajamos día a día en la promoción de una cultura de respeto”.
Consumo de drogas
Lobo aprovechó para responder el informe de Estados Unidos que descertifica a Honduras en la lucha contra el narcotráfico, señalando que la principal responsabilidad es de los países desarrollados porque son los grandes consumidores de estupefacientes.
Indicó que Centroamérica es la región más violenta del mundo y la inseguridad en Honduras ya consume el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), agregando que la mayoría de los crímenes se generan por el tránsito de una droga que no se produce ni se consume en la región.
“La evidencia señala que una gran parte de estos delitos, del crimen organizado y de la inseguridad que ellos acarrean y que impera en nuestras sociedades, tiene origen en el consumo y tráfico de drogas”, expuso.
Agregó que por las cantidades de dinero involucradas en la producción, traslado y consumo de drogas, superiores al PIB de la región, el narcotráfico “impacta fuertemente sobre nuestras sociedades y contribuyen a la erosión de nuestro sistema de valores”, robándose a los jóvenes, destruyendo la sociabilidad de las comunidades y generando sistemas económicos paralelos con verdaderos emporios de riqueza.
Para cambiar esto “será preciso actuar en forma valiente y decisiva para reducir o eliminar el consumo y la comercialización de drogas ilegales en los actuales mercados de destino, especialmente Estados Unidos”, afirmó. (Con datos de La Prensa)