El colesterol no es el único factor para determinar el riesgo de infarto

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SALUD


Conocer tus niveles de colesterol -el bueno, el malo y el total- es una rutina del examen físico anual. Una cifra alta en el nivel de colesterol puede convertirse en angustia e indicar la necesidad de tratamiento. Un número bajo trae alivio. Pero, ¿estamos poniendo demasiado peso en el colesterol como un signo de nuestro riesgo de ataque cardiaco?

“La cantidad de colesterol esencialmente no tiene valor”, dice Arthur Agatston. El cardiólogo y autor de libros de dieta saludable explica que los niveles de colesterol de quienes sufren un infarto y de los que no son casi idénticos.

“La coincidencia es preocupante”, concuerda Kwame Akosah, de la Universidad de Virginia. “Como un indicador aislado, se queda corto”.

Como un signo de la debilidad de los niveles de colesterol por sí solos, un amplio estudio encontró que el promedio de colesterol LDL (o colesterol malo) de personas hospitalizadas por enfermedades del corazón fue de 105, cifra considerada ‘casi óptima’.

El estudio, publicado en el American Heart Journal en 2009, encontró que casi la mitad de las personas en ingresos hospitalarios tenían niveles de colesterol LDL por debajo de 100, tradicionalmente considerados de ‘bajo riesgo’.

Otro estudio encontró que sólo la mitad de los infartos ocurrieron en personas con colesterol alto (por encima de 240), mientras que una quinta parte de los ataques al corazón ocurrieron entre personas cuyos niveles de colesterol (por debajo de 200) eran considerados seguros con base en normas que se han mantenido desde hace mucho tiempo.

Agatston dice que los niveles de colesterol se quedan cortos porque sólo miden esa sustancia en la sangre. No te dicen la cantidad de LDL, o colesterol malo, que está construyendo placa en las paredes de los vasos sanguíneos. La placa es lo que causa los ataques al corazón.

Como consecuencia, los estudios muestran que algunas personas que piensan que son de alto riesgo con base en los niveles de colesterol no lo son, mientras que otros que piensan que están fuera de peligro, desarrollan la peligrosa placa.

Qué es el colesterol

Tu cuerpo necesita colesterol. Esta sustancia parecida a la cera está en el recubrimiento de cada célula de tu cuerpo. También utilizas el colesterol para producir hormonas, vitamina D y otras sustancias.

El colesterol circula en el torrente sanguíneo con ayuda de las lipoproteínas. La lipoproteína de baja densidad, o LDL (por sus siglas en inglés), transporta el colesterol desde el hígado. La lipoproteína de alta densidad, o HDL (por sus siglas en inglés), neutraliza el exceso de colesterol y lo devuelve al hígado.

El cuerpo produce colesterol en el hígado. También puedes obtener colesterol de los alimentos grasos. Cuando la LDL en la sangre supera la capacidad de la HDL para limpiar, la placa puede acumularse. La acumulación de placa es un proceso permanente desde la infancia, pero cada persona es diferente.

Los genes juegan un papel importante en determinar si eres propenso a acumular LDL como placa. La hipertensión también te hace más propenso a la acumulación de placa. Si eres obeso, diabético o fumador, o padeces una enfermedad inflamatoria crónica, como el lupus, también eres más propenso a acumular placa, que alguien con el mismo nivel de colesterol LDL.

Akosah dice que utiliza todos estos factores para determinar el “riesgo global” de un paciente y para adaptar el tratamiento.

Además, hay diferentes tamaños de partículas LDL. Las partículas más pequeñas tienden a penetrar en la pared del vaso con mayor facilidad que las grandes partículas de LDL.

La mayoría de los ataques al corazón no son causados por el lento estrechamiento de los vasos sanguíneos, sino por la ruptura de una ampolla o burbuja de placa en una arteria que esté menos de 50% bloqueada.

Sólo la mitad de todos los ataques al corazón no da ninguna advertencia, por lo que las pruebas de diagnóstico son muy importantes.

Las mujeres más jóvenes pueden estar particularmente amenazadas por una fuerte dependencia a medir el colesterol.

Un estudio que analizó ataques cardíacos en mujeres menores a 65 años no encontró a ninguna que hubiera sido considerada en ‘alto riesgo’ de ataque al corazón bajo la tradicional clasificación de riesgo de Framingham, que observa la edad, el tabaquismo, la presión arterial, el colesterol total y HDL. Una clase de medicamentos llamados estatinas disminuye el colesterol LDL.

El ejercicio y una dieta baja en grasas y rica en frutas, verduras, granos integrales y legumbres también puede reducir el colesterol LDL y aumentar el HDL. Los fumadores que dejan el cigarro también mejoran sus niveles de colesterol.

Pero los números en sí pueden ser sólo el primer paso para aprender sobre la salud de tu corazón. “El colesterol alto no es un diagnóstico. Es un síntoma. Es como una fiebre. El primer paso es averiguar qué está pasando”, dice James A. Underberg, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, quien se  especializa en la medicina de prevención cardiovascular. (Fuente: David S. Martin CNN)