POLITICA EE.UU.
Los demócratas desvelaron otro de los tabúes de la reelección de Barack Obama. El ex presidente Bill Clinton va a participar en los actos de campaña, hombro a hombro con el actual mandatario.
“Lo discutimos con el ex presidente hace unas semanas y él está disponible para salir a la calle el próximo año“, dijo el jefe de la campaña de Obama, Jim Messina.
El gesto de Clinton no es inusual. De hecho, ex presidentes del mismo partido del mandatario que intenta reelegirse siempre les han dado una mano, pero sin aparecer juntos para no opacar la imagen de cada cuál. Ahora será diferente.
Por eso la decisión de Clinton es única, aunque a la vez puede ser vista como un recurso extremo por parte de un Obama, poco confortable con las últimas encuestas que le dan una escasa ventaja frente de los dos posibles candidatos republicanos, Mitt Romney y Newt Gingrich.
Según Messina, el próximo año electoral los demócratas van a ampliar su estrategia de ataque. Si en campañas anteriores, en las décadas de 1990 y 2000 se concentraron en un solo escenario a la vez, ahora van a dividirse en cinco, que tomaran por “asalto” al mismo tiempo.
“En esa época nos concentramos en un solo escenario. Fue un error para el partido y un error que nos hizo perder elecciones”, admitió el estratega demócrata.
Fue más de una década terrible para los demócratas. Nunca lograron elegir a Al Gore, tras la salida de Bill Clinton de la Casa Blanca y George W. Bush logró ser reelecto.
Planes de la campaña
Pero este año las cosas van a ser diferentes. De entrada, han dividido el país en cinco escenarios, asentados en los estados donde deben lograr todos los votos electorales. Las elecciones presidenciales en Estados Unidos son indirectas. El elector en sí vota por un presidente, pero al mismo tiempo por los miembros del colegio electoral de su estado, que tienen la palabra definitiva en la elección.
El candidato que se imponga en un estado lleva todo el colegio electoral de ese estado. El año 2000, Gore logró más votos populares que Bush, pero este último se impuso con los votos electorales y así ingresó a la Casa Blanca.
Según Messina, la idea de los demócratas es darle más énfasis a la campaña en aquellos estados en que el senador John Kerry ganó el año 2004.
El grupo occidental incluye a los estados de Colorado, Nuevo México, Nevada e Iowa. El grupo sur, abarca a Carolina del Norte y Virginia. El central, Ohio y también Iowa. Y piensan dar un énfasis especial a Arizona.
Florida, que junto a California suelen decidir las presidenciales en Estados Unidos, será objeto de una atención especial. Es lo que se llama un “swing state”, donde ambos bandos están equilibrados, pero en el medio hay una masa de indecisos que puede decidir el resultado de una elección.
Además, en Florida se concentra gran parte del voto hispano, y dentro de los hispanos cubanos, por ejemplo, más del 70% vota republicano. Y cuentan para los votos electorales.
Es cierto que en los últimos años, los puertorriqueños que se han asentado en masa en el centro de Florida acuden sistemáticamente a votar por los demócratas. Pero el número todavía no es suficiente para suplantar el voto cubano. Aunque este año podría haber sorpresas.
“Vamos a ser muy neutrales en cada una de esas áreas y darles a todas los mismos recursos. Ya veremos que pasará en el 2012. Por ahora, el trabajo es en todos lados al mismo tiempo“, enfatiza Messina.
Dinero no le falta. El 45% de las recaudaciones vino de donantes que contribuyeron al partido por primera vez y hasta el final de septiembre, Obama había recaudado más de 99 millones de dólares, mientras que el republicano mejor colocado es Romney, con poco más de 32 millones.
Y mientras los republicanos gastan recursos peleándose entre sí, los demócratas todavía ni siquiera han comenzado su campaña. Están calentando los motores. (Fuente: Rui Ferreira El Mundo)