Barcelona clasifica en la Copa del Rey con un empate 2-2 ante el Madrid

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DEPORTES

  El Barça se fue al vestuario con la eliminatoria en el bolsillo, eso parecía, cuando pudo llegar sin cartera. Hasta cinco ocasiones claras tuvo el Madrid, pero no marcó y sí su enemigo, que se fue con un 2-0 con goles de Pedro y Alves, pero en el Camp Nou estaba el Real Madrid de siempre, no la mala copia de otras ocasiones. Los blancos necesitaban tres goles y no los hicieron de milagro. En cuatro minutos, del 67′ al 71′, Cristiano y Benzema pusieron el 2-2 y temblaron los cimientos de Can Barça. No se recordaba algo así desde tiempos de la peseta.

El Barcelona no fue el Barcelona, también por culpa de un Real Madrid orgulloso. Le temblaron las piernas. Corrió sin balón y temió a su rival, que despreció la derrota y besó su camiseta, blanca y limpia que no empaña.

Un gran partido

A los diez segundos, con Pepe pisando el campo al lado de Ramos, Higuaín mandó un aviso a navegantes. Piqué, que todavía estaba atándose los cordones en la bocana, ni se enteró y el Pipa disparó desviado. Fue la primera de las muchas que se iban a suceder. Pinto sacó dos disparos que preguntaban si llevaba sotana, voló para ver más cerca un disparo desviado de Cristiano y sintió el temblor del larguero en un zurdazo magistral de un Özil maravilloso, alejado al margen en la mayoría de los anteriores Barcelona-Real Madrid.

El Barça perdió en el camino a Iniesta por lesión, pero el que entró al campo fue Pedro, que definió tan bien como estaba jugando el Madrid hasta ese momento. Los de Guardiola no tiraron a portería hasta el minuto 43, pero no fallaron. Sí lo hizo el equipo de Mourinho. El Barcelona tuvo de aliada hasta a la Virgen de Monserrat.

Messi salió de los tacos desde su campo y el Madrid sólo se preocupó de los focos, que alumbraban la figura de Leo. En la oscuridad, dentro del área, apareció Pedro, que recibió un pase señorial del argentino y batió a Casillas por bajo, pegado al palo. Iker ni se tiró. No la hubiese sacado ni con todos los brazos que tienen los pulpos.

El destino fue todavía más cruel con el Madrid en el último suspiro de la primera mitad. Lass se jugó la segunda amarilla, perdonada por Teixeira Vitienes, pero el castigo para los merengues fue mayor segundos después. Xavi botó la falta, despejó Lass y Alves no se lo pensó. Disparó con el alma y la pelota entró por toda la escuadra sin delicadeza. El obús hubiese aniquilado a cualquiera, pero no a este Real Madrid, no al Real Madrid de este miércoles.

 

Limpia y blanca

Los de Mourinho nunca se arrodillaron. Creyeron en el imposible y estuvieron más cerca que nunca de acabar con la hegemonía azulgrana. Cristiano acortó distancias a pase de Özil, en el 67′, y Benzema volvió a batir a Pinto cuatro minutos después. Quedaba partido, un mundo, y al Barcelona le pareció un encuentro de una semana.

Los de Guardiola fueron tíos normales. Miraron el reloj con preocupación. Ramos, expulsado, se marchó antes de tiempo y al Madrid le faltaron segundos para cambiar el mundo. Este equipo desprecia la derrota, pero en Barcelona puso la primera piedra para enfrentarse de verdad con los que mandan. Así juega el Madrid.

El triunfo barcelonista deja fuera al de la Copa del Rey al Real Madrid, que el año pasado ganó el torneo con la que fue su última victoria ante su archirrival futbolístico. Desde entonces, el Barça ha dominado el clásico español en todos los torneos disputados, entre ellos la Liga de Campeones de Europa. El Madrid no consigue una victoria en la casa del Barcelona desde la temporada 2007-2008, cuando triunfó con gol de Julio Baptista. (Fuente: Marca.com)