VENEZUELA
Fuente: Juan Paullier, BBC Mundo
Para los partidarios de Hugo Chávez, probablemente sea uno de los datos más halagadores. Venezuela es el segundo país de América Latina donde más se ha reducido la pobreza en los últimos 12 años, detrás de Ecuador, que entre 1991 y 2010 la redujo en 26,4%.
La tendencia regional registró los niveles más bajos de pobreza e indigencia en dos décadas, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El 27,8% de los 29 millones de venezolanos viven por debajo de la línea de pobreza. Cuando el presidente Chávez llegó al poder en 1999, era el 49,4%.
Las cifras concuerdan con el discurso de “justicia social” de Chávez pero, contrariamente a lo que se podría pensar, no son consecuencia directa de las llamadas “misiones” (programas sociales).
“A lo que más se atribuye la disminución de la pobreza (en Venezuela) –le dice a BBC Mundo Martín Hopenhayn, director de la División de Desarrollo Social de la Cepal– es al aumento de los ingresos laborales, mucho más que a los programas de transferencias”.
Las razones
Detrás del caso venezolano hay beneficios extraordinarios por los precios del petróleo, mejoría en los ingresos laborales y mayor distribución de las rentas. A diferencia de otros países, donde se atribuye al crecimiento económico las mejoras en los niveles de pobreza, en Venezuela la distribución cobró mayor protagonismo.
Mientras que en Argentina el 80% de la variación se debió al crecimiento y el 20% a la distribución, esos porcentajes alcanzaron en Venezuela el 45% y el 55% respectivamente, una de las más altas en la región.
Para el gobierno venezolano la clave pasa por las “misiones”, con las que aspiran a tener “en la próxima década cero pobreza”, según el vicepresidente Elías Jaua. Desde que empezaron en 2003, están dirigidas a proveer asistencia médica básica gratuita, alimentos subsidiados y educación primaria y secundaria.
Hay misiones destinadas a reducir el déficit de dos millones de hogares, así como dar asignaciones mensuales a las mujeres embarazadas, familias con niños en pobreza extrema, y ancianos pobres sin pensión, con las que el gobierno se propone reducir la indigencia del 10,7% al 3% de la población.
Pero no todos creen que esa sea la solución a la pobreza en el país. “Es posible que los ingresos de los hogares puedan mejorar sin que la economía sea más productiva”, dice a BBC Mundo el sociólogo Luis Pedro España del “Proyecto Pobreza” de la Universidad Católica Andrés Bello.
“Un ingreso petrolero alto hace que a través del gasto público y los subsidios mejore el ingreso de los hogares, pero una medición de la pobreza sustentada sólo en el ingreso corre el riesgo de verse distorsionada, ¿qué pasa con el acceso a servicios públicos, salud, educación?”.
“Con cualquier otro gobierno hubiera ocurrido igual. No se generan las condiciones estructurales, se depende del precio del petróleo”, opina el sociólogo.
Hopenhayn asegura que para que esta mejoría sea sustentable en el tiempo, se necesita un “alto nivel de crecimiento económico sostenido y que las transferencias no sean un incentivo negativo para que los beneficiarios se inserten en el mercado laboral”.
Menos desigualdad
El gobierno también destaca que Venezuela es ahora el país menos desigual -o con menor concentración del ingreso- de la región, históricamente caracterizada por ser clic la más desigual del mundo.
Esta situación también mejoró en la región y en Venezuela específicamente pasó de 0,498 a 0,394, medida por el coeficiente de Gini, utilizado para establecer la desigualdad en un país. Un valor de 0 expresa igualdad total y un valor de 1, una desigualdad máxima.
Ayudas públicas, incrementos en el salario mínimo, acceso a la educación básica y cambios en la estructura tributaria son políticas para disminuir la desigualdad a corto y mediano plazo. Hopenhayn asegura que a largo plazo para América Latina “las claves son mejorar la fiscalidad, reducir la brecha en los años de escolaridad y reducir las brechas de productividad”, ya que más de la mitad de los empleados se encuentran en el sector informal o microempresas y es en el estrato de las grandes empresas por donde pasa el 67% del Producto Interno Bruto regional.