Mueren 355 personas al incendiarse penal en Honduras

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HONDURAS

Una de las mayores tragedias penitenciarias vivió Honduras el martes por la noche, al morir 354 reos y una mujer que estaba dentro de la Granja Penal de Comayagua, cuando las instalaciones prendieron en fuego, sin que se tenga todavía una versión exacta de que fue lo que produjo el hecho.

Cuerpos calcinados abrazados a los barrotes fue la escena descrita por reclusos sobrevivientes y por forenses y autoridades que ingresaron al amanecer del miércoles en esta prisión con capacidad para unos 400 reos pero donde había 851.

Eran  las 10:45 de la noche del martes cuando los lamentos en la bartolina 6 marcaron el inicio de la tragedia. Fue en este módulo donde se desató un voraz incendio que en término de minutos se extendió por casi todo el reclusorio. Los 105 privados de libertad que habitaban el módulo comenzaron a gritar desesperados con la esperanza de un auxilio que nunca llegó.

Las llamas se propagaron rápidamente al quemarse los colchones, ropa y sábanas de los reclusos.  “De repente alguien gritó: ‘fuego, fuego, fuego’ y sentí miedo y comencé a pedir auxilio junto a mis compañeros de celda”, relató el recluso Silverio Aguilar.

La misma situación enfrentaron los internos de los módulos 7, 8, 9 y 10, con la diferencia que estos tuvieron más tiempo de derribar los techos de zinc y madera, lo que permitió que muchos lograran salvar sus vidas al saltar por la parte de arriba.

 

Creyeron que era una fuga

Los bomberos fueron notificados de la conflagración a las 10:55 de la noche, por lo que rápido se movilizaron en carros cisternas y ambulancias; pero ya era demasiado tarde porque las llamas habían acabado con vidas de seres humanos que por diversas circunstancias habían perdido su libertad.

Los guardias pensaron que se trataba de una fuga masiva e impidieron durante media hora que los bomberos pudieran combatir el incendio. “Aguardamos unos 30 minutos afuera del centro penal, mientras escuchamos disparos. Luego, los guardias nos permitieron el ingreso y comenzamos a apagar las llamas”, dijo el jefe de los bomberos de Comayagua, Leonel Silva. Los policías penitenciarios  adujeron que cumplían con el protocolo de seguridad en los penales.

Según el suspendido director de los centros penales Danilo Orellana, “los guardias creyeron en un principio que se trataba de una fuga masiva de reos, por eso cumplieron la ley y no permitieron el ingreso de nadie a la cárcel para evitar muertes innecesarias”.

“La gente quería salir por el portón, pero nadie nos abría, levantamos entre todos las láminas del techo y saltamos por el techo, y saltamos un muro”, contó Fabricio Contreras, de 34 años, a quien salvar su vida le costó un tobillo quebrado.

Muchas de las víctimas quedaron atrapadas por las llamas en sus camarotes.  “Una escena terrible… cuando entramos en las celdas los cuerpos estaban calcinados, y la mayoría son irreconocibles”, relató Danelia Ferrera, directora de fiscales.

Las autoridades investigan tres posibles causas: la de un cortocircuito, que uno de los reclusos le habría prendido fuego a un colchón con aparentes fines suicidas, y la de un posible enfrentamiento entre dos reclusos.

El presidente Porfirio Lobo ordenó la separación temporal de las autoridades penitenciarias para garantizar una investigación eficaz de las causas del incendio.

Una misión de expertos de Chile comenzó a llegar el jueves a Honduras y permanecerá al menos diez días en el país para ayudar a identificar los cadáveres. (Con datos de La Prensa)