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Se vistió de corto para disputar cuatro Copas Mundiales de la FIFA y levantó tres trofeos. Y sin embargo, la que está por venir le hace una ilusión especial, aunque le toque vivirla vestido de traje y corbata. O Rei Pelé, a sus 71 años, es un devoto embajador de Brasil 2014, cita que aguarda con emoción, y alguna preocupación respecto a su querida Seleçao.
FIFA.com tuvo la oportunidad de conversar con el legendario brasileño sobre el evento que prepara su país natal y sus expectativas sobre el combinado brasileño que asumirá el reto ante su público.
Sr. Pelé, ¿cuál es su sentimiento en este camino hacia la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014?
Es, sin duda, un momento muy especial y muy importante para mí. ¡Por fin la Copa Mundial llegará a mi país! Yo ya apoyé el torneo en Corea y Japón, en EEUU, donde, por cierto, se vio una de las competiciones mejor organizadas, en Sudáfrica… Ahora llega el momento de mi país. Quiero ser parte del equipo, aunque sea fuera del césped (risas).
¿Cuáles son las expectativas que se respiran en Brasil?
Brasil bebe y come fútbol. ¡Vive fútbol! Las expectativas y las ambiciones son muy grandes. Todo el mundo sabe que hubo ciertos problemas al principio pero ahora todo está solucionado. Todo está ajustado. La presidenta Dilma Rousseff está trabajando muy duro por el bien de este torneo. Ahora todo el mundo está remando en la buena dirección. Será una gran oportunidad, no sólo en lo futbolístico. Brasil debe mostrar todo lo que tiene. Hay que recibir a mucha gente y debemos aprovechar para crecer como país. Vivimos un momento económicamente muy bueno pero tenemos que aprovechar la ocasión para impulsarnos aún más.
Hablando específicamente de la Seleçao. Cuenta con jugadores como Neymar y Ganso, dos jóvenes que pueden ser clave en el equipo, ¿cree que puede haber demasiada presión sobre ellos?
Depende de lo que quiera decir por jóvenes… Tienen 20 años, yo jugué mi primera Copa Mundial con 17 años. Ya no son tan niños (risas). La presión es grande porque son las grandes estrellas del momento. Pero más allá de individualidades, lo más importante es que la selección funcione como equipo. Brasil siempre tiene grandes jugadores, tanto en el país como en el extranjero. Lo necesario es saber organizar y coordinar todo ese talento. Y todavía tenemos tiempo… En mi última Copa Mundial, la del 70, aquel Brasil tenía grandes nombres: Rivelino, Tostao, Pelé… pero también estábamos muy bien organizados, había un gran trabajo de equipo. Era un grupo muy fuerte y creo que esa fue la clave.
¿Y cree que se está trabajando en la buena dirección?
¡Eso espero! Al menos estamos confiando en el entrenador y le estamos dando tiempo para que imponga su filosofía. Si se cambia de técnico, éste cambia los jugadores y eso no es bueno. No podemos olvidar que Brasil tiene una gran responsabilidad porque juega en casa y la gente le va a exigir muchísimo.
¿Cuáles cree que pueden ser los jugadores veteranos clave para asumir esa exigencia?
Tenemos grandes nombres pero faltan dos años. Se trata de un trabajo a largo plazo. Es importante empezar ya con un plan serio y mucha disciplina. Los jugadores deben acostumbrarse a competir juntos. Los ejemplos recientes así lo acreditan. Países Bajos, España, el Barcelona…son grupos de jugadores que vienen compitiendo juntos durante mucho tiempo.
Hablando del Barcelona. Usted vio cómo le ganaba a su Santos en la final de la Copa Mundial de Clubes en Japón. ¿Le sorprendió la diferencia?
No mucho, la verdad. Les he venido siguiendo en los últimos tiempos. Este Barça es como el Santos de mi época, o como el Benfica, el Ajax, el AC Milan o el Real Madrid en sus años dorados. Fueron equipos referencia en su momento. De nuevo, creo que su clave es mantener un grupo unido durante largo tiempo. Y fíjese que el Barcelona es la base de la selección española. Esos éxitos están conectados. Como lo estuvo en su momento el éxito del Ajax con el de la selección holandesa o el del Santos y Brasil.
¿Es el modelo de juego que se impondrá?
La gente quiere ver ese fútbol, ese espectáculo. Yo sí espero que sea la base para el fútbol del futuro, en el que la técnica se imponga al físico. Por ejemplo, Alemania ahora tiene un juego más técnico. Ése es el fútbol que nos gusta ver: que sea el balón el que corre, no los jugadores, y eso sólo ocurre si el equipo está muy ordenado. Así es el Barça hoy, así fue mi Santos… yo fui muy afortunado.
Pero su carrera no se basó en la fortuna, sino en el talento…
Mi padre solía decirme: “tú naciste para jugar al fútbol. Tienes un don para eso. Pero si no te preparas, si no entrenas, si no practicas mucho, entonces serás igual que el resto”. Tenía mucha razón. Pero bueno, yo nací para el fútbol como Beethoven nació para la música y Miguel Ángel nació para pintar. (Fuente: FIFA.com)