DEPORTES
La Selección de España convierte su fútbol en magia, vence 4-0 a Italia y alcanza la triple corona, Euro 2008-Mundial 2010-Euro 2012
Frente al adversario al que nunca había conseguido batir en encuentro oficial; en la primera gran final entre los dos grandes, España e Italia; en el encuentro que podía presumirse como una posibilidad de desquite para la azul, tras lo de Austria; en el encuentro en el que la Selección española podía hacer más historia de la que ya ha hecho.
En el duelo en el que podía conseguir la triple corona, dos Eurocopas consecutivas, 2008 y 2012, más un Mundial por medio, 2010; en el encuentro que se presumía más difícil, después de un calendario que ha exprimido a los futbolistas; contestando a todos aquellos que han puesto en tela de juicio su inmenso crédito; en el partido que le medía a un adversario de enorme consideración.
España jugó con la solvencia del campeón, con el juego del campeón, tocando y saliendo, imponiéndose en todas y cada una de las suertes del fútbol, clamorosa en su superioridad, deliciosa en sus llegadas y aperturas, eclipsando a los mediocampistas italianos, desesperando a Balotelli, vencido y desasistido, con Cassano ya en la caseta.
A la hora de partido, para colmo de males azules, Motta, que había saltado al campo a los 56’ para remediar lo que parecía absolutamente irremediable tuvo que abandonarlo cuatro más tarde, lesionado. No fue la inferioridad numérica la que decidió la final y dudo que haya “tifosi” alguno que pueda apelar a ella. Desbordada donde se construye el juego, zona de la que fueron borrados Marchisio, De Rossi, luego Di Natale, siempre Montolivo, también Pirlo, Italia nunca mostró recursos suficientes para restar el aluvión de fútbol que le desbordó, conduciéndole a una muerte inexorable, a un marasmo que trocó al equipo de Prandelli en poco más que un espectador de lo que ocurría sobre el campo.
Iniesta, rey de Europa
La UEFA proclama al centrocampista español como el mejor del torneo por su primoroso juego y elige a 10 futbolistas de La Roja entre los 23 mejores
Lo ha dicho una y mil veces, juega para que el equipo gane, no para ser el mejor. Pero esta vez en Polonia, a los 28 años, ya con mil y una batallas en sus piernas, se sintió, si cabe, más protagonista que otras veces, lo cual quiere decir que estuvo sublime. Un día después de que en el Olímpico de Kiev se consagrara España, artífice de un triplete sin precedentes, Iniesta recibió la noticia de que la UEFA le ha señalado como el mejor jugador de la Eurocopa, un premio que le hace especial ilusión, por lo que significa y porque recoge el testigo de su admirado amigo y compañero Xavi Hernández.
“Se lo merece”, aseguró el volante catalán al tener conocimiento de la noticia. La expedición española supo del premio nada más bajar del avión que les devolvió a Madrid y lo celebró a lo grande durante el almuerzo previo a la ruta por Madrid, en un hotel de Barajas, antes de callejear por la capital.
La noticia, en cualquier caso, no sorprendió a nadie. Tras la final, se anunció que el ganador estaba entre él y Pirlo y aunque no se hizo público, la UEFA dejó entrever que el español sería el elegido, como así fue. El jugador de Fuentealbilla (Albacete) ratificó su indiscutible categoría y brilló partido tras partido, lo que le valió ser elegido el mejor en tres de los seis encuentros que disputó España en esta Eurocopa: contra Italia y Croacia, en la fase de grupos, y en la final, de nuevo contra Italia. Toma el relevo como mejor jugador de la Eurocopa precisamente de Xavi, con el que en 2010 escoltó en los primeros puestos del Balón de Oro a Messi, ganador de las tres últimas ediciones.
Poseedor de una depurada técnica, una asombrosa visión de juego y un regate desequilibrante, Iniesta cumple seis años en la selección. En la Eurocopa de Austria, hace cuatro, fue el único jugador español que formó de inicio en todos los partidos. Fue incluido por la UEFA entre los 23 jugadores del equipo ideal del torneo y fue elegido el mejor de la semifinal entre España y Rusia.
Suma Iniesta 71 partidos y 11 goles con la selección, pero más allá de las cifras, es su juego incisivo, inteligente y desbordante, casi siempre entre líneas, el que le convierte en una joya para el equipo español.
