OPINION: SALVADOREÑOS
Por: Daniel Joya
FOTOS: Jorge Martínez
Hay decisiones administrativas con carácter político que no sorprenden pero que cuesta digerir, hace algún tiempo en una de sus trasnochadas decisiones los diputados salvadoreños nos ‘rentearon’, perdón, quise decir cargaron impuestos a nuestras llamadas hacia El Salvador. Aunque revertir la medida fue promesa de Campaña, ni Mauricio Funes ni el Fmln han intentado revocar ese impuesto que produce al estado unos cuantos millones extras en ingresos que no se pueden dar el lujo de perder.
Luego vino el caso de los DUICENTROS, tan necesarios porque en el país se exige dicho documento para todo trámite, de un día para otro los cerraron dejando a miles de compatriotas sin la oportunidad de obtenerlo. Muchos meses han transcurrido y el asunto aún no se resuelve.
Les sigue otra promesa de campaña, la de implementar el voto en el exterior, tema que parece continuará discutiéndose hasta pasadas las elecciones de 2014. Peor aun, de implementarse el sufragio de la diáspora no hay garantías para que quienes obtuvieron su DUI en los Estados Unidos que puedan votar en urnas dentro del territorio nacional y a la inversa, quienes obtuvieron allá el referido documento estarían también vedados de ejercer su voto fuera del país.
Estos son algunos de los mensajes para la gran comunidad salvadoreña residiendo en el exilio, el seguirnos viendo como simples remeseros, discriminados cual sub-nacionales y sin más vocación política que ir a votar allá, aportar fondos para las campañas o asistir en tumulto a escuchar a nuestros políticos cuando se dan su vueltecita por estas tierras.
Importantes decisiones que nos afectan en el exterior son tomadas en base a criterios partidarios y no considerando nuestras necesidades, aspiraciones, opiniones e intereses. La lógica es simple: Como Arena lo hizo, al Frente le parece correcto repetirlo.
La ultima estocada contra nuestra comunidad inmigrante viene precisamente de quien debiera estar más consciente de nuestra realidad e informada de primera mano sobre los diferentes esfuerzos que acá se realizan. Justamente, ha sido Cancillería la que echó por tierra su prestigio mintiendo para ocultar una arbitrariedad. Trasladaron a nuestra Cónsul General, Lic. Celia Medrano, de un día para otro aduciendo que ella había solicitado dicho traslado, sin período de transición, sin importarles que se cayera el trabajo comunitario que ella lideraba y sin tomarse la molestia de al menos consultar a la comunidad afectada antes de decidir. Ya veremos el talante del Cónsul que enviarán a sustituirla.
Hemos perdido una funcionaria con mística de trabajo, disciplina, honestidad, principios, vocación de servicio y apertura para establecer puentes con diversos sectores. Si acaso tuvo problemas fue por querer hacer las cosas bien, con transparencia y profesionalismo y por ser una mujer de larga trayectoria defendiendo los derechos humanos de aquellos sin voz.
Nuestra estimada Cónsul Celia Medrano deja profunda huella en el área Metropolitana de Washington DC y especulando un poco diríamos que quizás se va preocupada porque la labor quedó a medias y porque no se pierda la energía de los numerosos voluntarios que le acompañaron en las diferentes jornadas de actividad consular.
Nos quedamos sin Cónsul; ¡sigamos con el cambio!
*Daniel Joya, salvadoreño residente en Maryland
Pie 2