SEGURIDAD
El Senado de Estados Unidos podrá votar finalmente a favor o en contra de la propuesta de ley más restrictiva sobre el control de armas del país en los últimos 20 años. Este jueves 11 de abril, la legislación ha superado el primer escollo, obteniendo los apoyos suficientes – se requerían un mínimo de 60- para permitir que pueda ser debatida. La votación -68 votos a favor y 31 en contra- es un triunfo para el presidente de EE UU, Barack Obama, y para el Partido Demócrata, pero la victoria final se antoja complicada ya que el Partido Republicano tiene previsto presentar una amplia batería de enmiendas durante el proceso de consideración en el pleno, para alargar un debate en el que quieren escenificar su firme oposición a la nueva ley.
Un total de 16 senadores republicanos, entre ellos los veteranos John McCain y Lindsey Graham, optaron por votar a favor de que la nueva ley pueda ser debatida en el Congreso, un apoyo que evidencia la desunión en las filas republicanas en lo que al control de armas se refiere. En el seno del Partido Demócrata tampoco hay unanimidad. Dos senadores progresistas, Mark Pryor, de Arkansas, y Mark Begich, de Alaska -dos Estados con gran tradición en la defensa de las armas- han votado en contra.
Este primer apoyo republicano no garantiza el mismo respaldo en la votación final de la norma. Muchos líderes conservadores ya han advertido de que están preparando decenas de enmiendas al texto demócrata, que podrían demorar la votación final de la legislación, cuyo debate se espera que se prolongue durante dos semanas. Pero, en el hipotético caso de que la versión definitiva de la ley fuera aprobada en el Senado, es dudoso que la misma pueda obtener el respaldo de la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.
La matanza de Newtown tuvo un impacto profundo en la sociedad estadounidense y determinó a Obama a impulsar un cambio drástico de la regulación sobre el control de armas en el país. La votación de este jueves evidencia que en Washington también se ha operado un cambio de mentalidad a la hora de abordar este debate, pero las dificultades por las que ha atravesado este proceso en estos cuatro meses, son una muestra de la brecha que todavía existe entre los legisladores y de los obstáculos que aún quedan por superar.
La poderosa Asociación Nacional del Rifle, que ha supervisado todas las reformas de la legislación sobre armas en el Congreso de los últimos años, ha presionado durante este tiempo a muchos de los políticos, demócratas y republicanos, del Capitolio. Este jueves, tras conocerse que el senador demócrata, Joe Manchin, y el republicano, Pat Toomey, habían llegado a un acuerdo sobre la extensión del control de antecedentes a todas las transacciones comerciales de armas, emitió un comunicado advirtiendo a los legisladores de que estaría atenta al sentido de sus votos en el debate de la ley sobre control de armas y de que podría cambiar las calificaciones que les otorga.
La Casa Blanca también ha ejercido presión en los últimos días sobre aquellos senadores demócratas más reacios a votar a favor en la sesión de este jueves, ante el riesgo de perder su reelección en 2014. El presidente de EE UU ha iniciado una ambiciosa campaña por todo el país instando a los legisladores a que discutan la ley y tiene previsto seguir haciéndolo durante el período de presentación de enmiendas que ahora comienza. (Fuente: Eva Saiz, EL PAIS)