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El Atlético de Madrid venció 2-1 al Real Madrid y se agenció de la Copa del Rey, la décima en la historia en su cuenta.
El partido tuvo que definirse en extra tiempo luego de que perdurara el empata a un gol en el tiempo reglamentario.
Los goles de los brasileños Diego Costa y Joao Miranda acentuaron la condición de ganador del equipo rojiblanco en las citas grandes, en las finales, un aspecto cargado en el debe de su preparador, Diego Pablo Simeone, capaz de transmitir ese poder en sus jugadores. Por el lado del Real Madrid, anotó Cristiano Ronaldo.
Se notó la mano de El Cholo. Sobre todo en el tramo final. En los 30 minutos extra de un partido que acabó enredado y con los banquillos agitados, con la expulsión de Cristiano Ronaldo después de dar una patada en el aire a Gabi.
La acción resumió el fin de un Madrid desquiciado. Presa de la precipitación y de una oportunidad, la última, que se le marchaba en un curso con más sombras que luces. Ronaldo emprendió el mismo camino que su técnico, José Mourinho, que fue echado del banquillo en la segunda parte por protestar.
Thibaut Courtois mucho tuvo que ver en que el Atlético Madrid enterrara el maleficio y conquistara la Copa. Fue decisivo en la prórroga. Antes, también los postes.
Los duelos ante el Real Madrid eran la asignatura pendiente de El Cholo, incapaz de acabar con la barrera psicológica que aturde a los rojiblancos cada vez que se encuentra enfrente con el cuadro blanco. Ese asunto quedó saldado también en el estadio Santiago Bernabéu, donde el Atlético agigantó, de paso, su leyenda en las finales de Copa. Es la cuarta que conquista a su vecino en su santuario.