GUATEMALA
El accidente del bus ocurrió este martes 10 de septiembre y dejó 45 muertos y 35 heridos, al caer a un barranco de 200 metros, en el kilómetro 64, San Martín Jilotepeque, Chimaltenango.
Debido a la magnitud de la tragedia, que enlutó a decenas de familias en esa comunidad, el Gobierno decretó tres días de duelo, informó el secretario de Comunicación Social, Francisco Cuevas.
El hecho trágico ocurrió en el lugar conocido como El Amate, cuando la unidad, que había salido de San Martín Jilotepeque a las 7.30 horas, con unos 80 pasajeros a bordo, aunque su capacidad máxima era de 54 usuarios.
Autoridades y testigos indicaron que el bus se desplazaba a gran velocidad. Eso, según las autoridades, habría sido la causa de que fallaran los frenos. “Vi cuando el autobús descendía a gran velocidad. Chocó con un paredón; esto lo hizo desviarse, y tiró un poste. A su paso, arrolló a un ciclista, y el bus cayó en picada”, dijo Silvio Ávila, comerciante y testigo del accidente.
Narró que como pudo llegó al fondo del barranco, donde encontró aún con vida al conductor. “Salvame, salvame”, recordó que le dijo. “Vomitó sangre, y murió”, relató.
La Policía Nacional Civil (PNC) identificó al motorista como Yony Cumar Caná, de 24 años. Dalia Santos, vocera del Departamento de Tránsito de la PNC, dijo que en los archivos aparece que el chofer obtuvo licencia profesional tipo A en noviembre del 2012.
Las autoridades informaron que el automotor tenía capacidad para 54 pasajeros, pero la unidad transportaba muchas más. Testimonios de los sobrevivientes refieren que el bus aumentaba velocidad conforme avanzaba, sobre todo en las curvas. Algunos indicaron haber escuchado al motorista decirle a su ayudante que el bus no se detenía.
Los bomberos Municipales Departamentales y Voluntarios tuvieron dificultad para llegar al sitio donde cayó el autobús. Al principio, usaron lazos para colocar a los lesionados en camillas.
“Para llegar al lugar donde estaban los heridos, tuvimos que caminar entre los cuerpos de niños, hombres y mujeres”, dijo un oficial.
A los heridos los trasladaron al hospital de Chimaltenango. Ahí atendieron a 30. Otros siete fueron llevados al Hospital Roosevelt, se informó en ese nosocomio.
En el lugar de la tragedia había esparcidas canastas, cajas, ropa, comida, granos básicos y artículos de primera necesidad de los pasajeros.
Otto Vielman, alcalde de San Martín Jilotepeque, comentó que muchas personas viajan los lunes. “Algunos van al mercado de Chimaltenango con sus ventas, otros van a hacer diligencias a la capital o a efectuar compras. La mayoría son personas de escasos recursos”, expresó.
En el tiempo que duró el rescate, el dolor invadía el ambiente debido al llanto de familiares de las víctimas. Centenares de personas se aglomeraron para observar el área del desastre. “Qué triste venir ver a esto”, decía una mujer a punto del desmayo.
Ante la impaciencia de los familiares para que les entregaran los cuerpos, los fiscales del Ministerio Público colocaron una morgue móvil en el balneario Xesuj. El objetivo fue agilizar el trámite de identificación de las víctimas y entrega de los cuerpos a sus parientes. Además, el alcalde ordenó que se entregaran ataúdes, para mitigar la pena de los deudos.“Nos solidarizamos con las familias que han perdido a sus seres queridos. Trataremos de regular el trasporte, para que ya no haya más tragedias”, manifestó.
Vielman indicó que esperan que las autoridades del Gobierno Central los ayuden a mejorar esa carretera, “ya que es una de las más dañadas y peligrosa del municipio”. (Con datos de Prensa Libre)