Se apagó la voz de Nelson Ned

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  La voz imponente y melodiosa del cantautor brasileño Nelson Ned, el “pequeño gigante” de la canción romántica que conquistó América con sus boleros, se apagó este domingo 5 de enero a los 66 años de edad cortada por una neumonía grave que puso fin a su vida en un hospital de la región metropolitana de Sao Paulo.

“Complicaciones clínicas”, como consecuencia de la neumonía, una infección respiratoria aguda y problemas en la vejiga fueron las causas de la muerte, según la Secretaría de Salud del Estado de Sao Paulo, que administra el Hospital Regional de Cotía, donde Nelsinho fue internado de urgencia la noche del sábado.

“Nací feliz”, a pesar de un enanismo que se desarrolló en sus primeros años de vida y que le impidió sobrepasar los 1.12 metros de estatura, afirmó Nelson Ned en su última entrevista concedida a medios brasileños en diciembre pasado, antes de ser internado en una clínica de reposo.
Nelson Ned D’Ávila Pintos, el primogénito de los siete hijos de Nelson y Ned, todos con nombres que comienzan por “Ne” en homenaje a sus padres, comenzó a temprana edad a participar en concursos infantiles de canto y su talento fue reconocido incluso por la televisión regional, que a los 16 años le dio un musical propio.

La carrera de Nelson Ned comenzó en su natal Ubá, en la región montañosa del agrícola estado de Minas Gerais y después prosiguió en Belo Horizonte, la capital regional, y en Sao Paulo, donde el actor Paulo Gracindo lo bautizó como “el pequeño gigante de la canción”, nombre que da el título a una composición autobiográfica de 1996.

Su consagración llegó en 1968 con su inmortal “Todo pasará”, ganadora del Festival de la Canción de Buenos Aires y grabada en cuarenta idiomas.

Después, en los años 70 en Estados Unidos, se convirtió en el primer artista latinoamericano en alcanzar el récord de un millón de copias vendidas con sus discos.

En el país norteamericano se presentó junto al español Julio Iglesias y al estadounidense Tony Bennett, además de cantar en los prestigiosos teatros neoyorquinos Madison Square Garden y Carnegie Hill, casa de espectáculos que abarrotó de público en tres ocasiones.

En total, fueron 45 millones de copias vendidas de 32 álbumes grabados, muchos de ellos en español, condición que lo catapultó como un verdadero ídolo en países como México, Colombia, Argentina y Panamá, entre otras naciones latinoamericanas, además de España, Portugal, Angola y Mozambique, donde también fue reconocido.

“Conozco el mundo entero. Viajé mucho y me gusta mucho Miami, donde comenzó mi carrera internacional. Pero eso ya es pasado. Ahora quiero sombra y agua fresca”, relató Nelson Ned al portal de noticias UAI, de Minas Gerais.

Su nombre figura junto al de sus compatriotas Roberto Carlos y Miltinho, el del francés Charles Aznavour, la británica Jeanette y el de los italianos Gigliola Cinquetti, Raffaela Carrá, Nicola Di Bari, Salvatore Adamo, entre los artistas no hispanos que obtuvieron éxito interpretando canciones románticas en español.

Siempre destacó la amistad con otros artistas como los boleristas brasileños Altemar Dutra y Agnaldo Timoteo y los cantantes estadounidenses Frank Sinatra y Bennett.

El escritor colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura de 1982, contó alguna vez que escribía sus obras escuchando música de Nelson Ned.

Después de una vida de excesos, con el uso de drogas y promiscuidad sexual, como él mismo lo relata, se convirtió en la década de los noventa a la religión evangélica y su primer trabajo musical en el género gospel alcanzó los primeros lugares en las listas de canciones religiosas.

“Antes de ser evangélico era muy depravado, bebía mucho, usaba mucha droga y tenía muchas mujeres. Ahí, Dios habló conmigo una madrugada: ‘O usted cambia o lo saco de aquí’. Entonces resolví cambiar”, declaró el artista.