“Mi fe en Dios me salvó”, dice náufrago salvadoreño que sobrevivió 13 meses en el mar

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INCREÍBLE

José Salvador Alvarenga, un náufrago de origen salvadoreño consideró quitarse la vida en dos ocasiones, pero sintió temor y continuó hasta alcanzar las Islas Marshall

   José Salvador Alvarenga afirma haber pasado más de un año a la deriva en el Océano Pacífico dice que su fe en Dios lo mantuvo vivo en medio de su calvario. Pero hubo momentos en los que quería acabar con todo, aseguró. Hubo muchos momentos tristes, como cuando no tenía comida ni agua o cuando un adolescente que viajaba con él murió de hambre, explicó.

Alvarenga, permaneció hasta la semana pasada en un barco muy dañado en un remoto atolón de coral en las Islas Marshall. Afirmó que había estado viviendo de peces y tortugas que había capturado y bebiendo agua de lluvia y, en ocasiones, su propia orina.

Alvarenga dijo que estuvo perdido en el mar durante 13 meses, después de salir de México hacia el este. Quedan muchas preguntas acerca de cómo pudo haber sobrevivido en su pequeño bote durante tanto tiempo y a la deriva a través del océano.

En una entrevista exclusiva con CNN este martes, Alvarenga explicó cómo sobrevivió tanto tiempo en el mar. Señaló hacia arriba y dijo: “Dios… Mi fe en Dios”. “Pensé:’Yo voy a salir'”, agregó. “¡Afuera, afuera, afuera!”.

Pero también describió sus amargos momentos y dijo que consideró suicidarse. “Dos veces lo quise hacer”, aseguró, mientras hacía un gesto como cortándose la garganta. “Lo iba a hacer con un cuchillo. Cuando yo no tenía agua, comida, me di por vencido y agarré un cuchillo”. Pero dijo que no lo hizo, porque estaba “asustado”.

Alvarenga dijo que se embarcó en un viaje de pesca desde el puerto de Paredón Viejo, México, cerca de la ciudad costera de Tonalá, Chiapas. Dijo que él y otro hombre tenían la intención de pasar el día tratando de atrapar tiburones, pero perdió su rumbo por los vientos y luego quedó atrapado en una tormenta. Con el tiempo perdió el uso de sus motores.

Bellarmino Rodríguez Beyz, el dueño de la barca que usaba Alvarenga en México, identificó al compañero de pesca como Ezequiel Córdova, de 23 años. Alvarenga dijo que cuatro semanas después de quedar a la deriva, su compañero murió de hambre porque se negó a comer las aves crudas y tortugas. Eventualmente, él tiró el cuerpo por la borda. “¿Qué otra cosa podía hacer?”, dijo Alvarenga.

Julio Camarena Villaseñor, embajador de México en Filipinas, dijo este martes que Alvarenga todavía se está recuperando en un hospital de las Islas Marshall después de ser hallado en “estado débil de mente y salud”. Los médicos informaron que estaba severamente deshidratado, sin suficientes vitaminas y sufría de hinchazón en las piernas.

Cristiano Arcilla Mendoza, diplomático mexicano que trabaja en el caso de Alvarenga, dijo que el náufrago era un trabajador indocumentado en México, pero que “lo que nos ha dicho acerca de su identidad, hasta el momento, ha sido verdad”.

Arcilla Mendoza dijo que “es probable” que Alvarenga realmente se perdiera en el mar desde diciembre de 2012, como el náufrago ha dicho.  Si la historia de Alvarenga resulta cierta, el viaje a través del Pacífico le habría tomado un recorrido de aproximadamente 10,800 kilómetros de mar abierto antes de terminar en las Islas Marshall, a mitad de camino entre Hawai y Australia, en el Pacífico norte.

Alvarenga va a ser repatriado a El Salvador lo más pronto posible, una vez que lo den de alta para viajar y tenga la documentación correcta, dijo Camarena Villaseñor. No se ha establecido un plazo para la repatriación aún.

Alvarenga es de Garita Palmera en El Salvador, donde CNN habló con sus padres, quienes dijeron que no habían oído hablar de él en unos ocho años y pensaron que podría estar muerto. El náufrago tiene una hija de 12 años, quien no recuerda a su padre. “Mi corazón me decía que mi hijo no estaba muerto, pero me preguntaba sobre ello tan a menudo que yo había empezado a perder la fe”, dijo Julia Alvarenga, su madre. (Fuente: CNN)