Pistorius vacila en su testimonio

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El velocista Oscar Pistorius durante el juicio que se sigue por el asesinato de su novia

SUDAFRICA

El velocista Oscar Pistorius durante el juicio que se sigue por el asesinato de su novia

En la prensa sudafricana, de repente, nada. El juicio continúa pero ya sin convulsiones ni drama, aparecen testigos de la defensa en el estrado y no logran despejar incógnitas, en la práctica está visto para sentencia. Oscar Pistorius se bajó del estrado después de siete días de declaración y tras él se cerró el relato de lo ocurrido la víspera del San Valentín de 2013, el día de la muerte de Reeva Steenkamp, con varios indicios de duda aunque sin evidencias nítidas que confirmen o desmientan su culpabilidad. El veredicto de la jueza Thokozile Masipa, que este miércoles 16 de abril, concretó un aplazamiento hasta el próximo 5 de mayo, es indescifrable.

De entrada el atleta sudafricano despejó su versión de los hechos hasta el más mínimo detalle. Aquel día cenaron pronto, juguetearon con sus móviles, ella practicó varios ejercicios de yoga, se durmieron y al despertarse sobre las dos de la madrugada, el drama. Pistorius se desveló, intercambió un par de frases con la fallecida (“¿No puedes dormir cariño?”), se levantó a cerrar las cortinas y cuando regresaba a la cama, mientras se disponía a recoger unos tejanos tirados en el suelo, escuchó un ruido en el baño y se desató. Steenkamp, al parecer, había ido al lavabo en absoluto silencio pero él no se enteró y cuando oyó cómo ésta bajaba la tapa del váter la emprendió a tiros, hasta cuatro, con la puerta y contra quien tras ella estuviera.

Esa fue su narración y, de ahí, las vacilaciones. El fiscal Gerrie Nel dibujó, durante su contrainterrogatorio, un perfil egoísta e inmaduro del acusado, lo presentó como un amante irresponsable de las armas y describió su relación con la modelo como una sucesión de desacuerdos y discusiones, la última, bajo su punta de vista, la misma noche de la tragedia. Luego empezó a encontrar incongruencias en su versión. “Usted miente”, “Lo que explica es imposible”, “Su versión no es cierta”, repitió hasta la saciedad el abogado del estado al primer paralímpico olímpico basándose, básicamente, en sus titubeos al ser interrogado.

Pistorius sobre la tarima no se mostró consistente, de hecho, todo lo contrario. Se rectificó, balbuceó a ratos y, sobre todo, lloró. Lloró como si nunca lo hubiera hecho, lloró hasta obligar a parar el juicio, lloró hasta provocar la queja formal de Nel. “Usted utiliza las lágrimas para no responder a mis preguntas más difíciles”, le llegó a decir el letrado y lo cierto es que el velocista lo logró a medias, sus réplicas fueron vagas. Entre la cama y el baño había varios objetos, un iPad, un ventilador, los propios tejanos, por lo que Pistorius decretó que la policía los había movido posteriormente para inculparle. Las cortinas no estaban del todo cerradas, así que la habitación no estaba a oscuras, y el atleta utilizó el mismo argumento…

Y así no se lograr resolver múltiples cuestiones.. “¿Cómo no miró si su novia estaba en la cama cuando escuchó los primeros ruidos?”, “¿Cómo no la escuchó o vio al levantarse?”, “¿Cómo ella no dijo nada cuando estaba dentro del baño si oía como usted estaba entrando en trance?”. Un reguero de incógnitas a añadir a algunas que dejaron los expertos patólogos y de balística que antes habían aparecido. A saber: Steenkamp estaba en posición defensiva tras la puerta cuando recibió los disparos y, además, había comido justo dos horas antes de su muerte.

Muchas dudas, pues, para una sentencia que podría oscilar entre el asesinato premeditado que reclama la fiscalía, de 25 años de presión a cadena perpetua, y la defensa propia o el homicidio involuntario que alega la defensa que dirige Barry Roux, como máximo 15 años entre rejas. El acusado, que acabó su intervención leyendo una tarjeta que su pareja le iba a regalar aquel San Valentín (“Creo que hoy es un buen día para decirte que te quiero”), debería conocer su futuro a finales del mes de mayo. (Tomado de El Mundo, por JAVIER SÁNCHEZ)