LITERATURA
María Antonieta Collins la conductora de su vida
Por Hernán Vera Alvarez / www.tintafresca.us
¿Muerta?… ¡Pero de risa!, publicado por Vintage Español, es el noveno libro de María Antonieta Collins su mejor respuesta a los años de incertidumbre. Collins escribe sobre los momentos difíciles que tuvo que enfrentar y el camino espiritual que la ayudo a encontrar las respuestas que necesitaba para salir adelante. Como las buenas historias, la de la periodista sirve para iluminar el camino de otros.
Su lugar en el periodismo de Estados Unidos se lo ganó con mucho trabajo desde que llegó de México en 1979. Un día, sin embargo, la fatalidad la golpeó: su esposo Fabio Fajardo enfermó y falleció en ocho meses. El periodismo, la pasión que podría haberla ayudado fue imposible de realizar: en Univision le cerraron las puertas. ¿Qué hacer? ¿Volver a empezar con casi 60 años? TintaFresca hablo con Collins sobre su libro.
Qué título para el libro, María Antonieta.
(risas) Sí, pero el título se refiere a lo que alguien dijo: que estaba muerta laboralmente, que era historia. Y yo no me resigné a esa muerte y decidí luchar porque estaba viva y debía reinventarme.
En ¿Muerta?… ¡Pero de la risa! aparecen Emilio Estefan, Jorge Ramos, entre otras figuras conocidas. El libro también es un tributo a la amistad.
Sí. Emilio fue la llave que abrió todas las puertas. Sin Emilio, que creyó en mi trabajo de reportera, jamás hubiera tenido la oportunidad de que la nueva administración de Univision me convocara. Jorge, claro, él siempre puso por delante mi trabajo como María Elena Salinas. ¡Y tanta otra gente de adentro luchó para que regresara a mi amadísimo trabajo de reportera de televisión!
¿Cómo fue el día que entró nuevamente a Univision?
Fue como si alguien me hubiera dicho: “te doy una varita mágica para que el deseo que más quieras se haga realidad”. Me sentí como creo se siente alguien que gana la lotería. Es como cuando algo grande que has deseado, se cumple por fin en tu vida. Creo que los milagros existen si no, no podría explicar tantas cosas buenas que me han pasado.
¿Ha olvidado a la gente que le hizo daño?
No hay rencor. No existe. ¿Y sabes por qué? Porque los perdoné. Al fin del día, ellos fueron el motor que me hizo reinventarme. He perdonado. Parte de reinventarse es salir adelante sin equipaje. No cargo equipaje negativo. Todo en mi vida es darle gracia a Dios porque tengo el trabajo que adoro y tengo salud.