SALVADOREÑOS
En mi vaga memoria, existen satisfactorios recuerdos de aquellos años (1980 -1997) cuando se celebraban grandes festivales hispanos en el área metropolitana de Washington. Primero en la Columbia Road y posteriormente en el Mall.
Hay que destacar que esos festivales eran muy familiares, por consiguiente miles de hispanohablantes acudían en masa a esos magnos eventos para degustar la culinaria de los diferentes países latinoamericanos.
Además, los organizadores y medios de comunicación presentaban artistas de primer nivel en sus escenarios como: Celia Cruz, Johnny Ventura, Willie Colón, Fania All-Stars, Óscar de León, Wilfrido Vargas, Josie Esteban y la Patrulla 15, Milli Quezada, Aniceto Molina, Sonora Dinamita y por Centroamérica, Hermanos Flores, Fiebre Amarilla, Espíritu Libre, entre otros.
Aunque, no lo vamos a negar, los organizadores de aquellos festivales hispanos siempre vivían una disputa personal entre ellos mismos. No obstante, se efectuaban festivales para el pueblo; es decir, no se pagaba derecho de ingreso a los espectáculos, pues eran gratuitos.
Me pregunto: ¿Por qué el Consulado General, la Embajada de El Salvador (el gobierno del cambio) y las organizaciones salvadoreñas no realizan un festival verdadero salvadoreñísimo? en donde se fomente la cultura y así poder ofrecerle a la diáspora cuscatleca un poquito de las fiestas patrias aquí en la capital estadounidense.
En el área Washington hay un sinfín de organizaciones, algunas de abolengo que pregonan “del diente al labio” que son los defensores, que velan por el bienestar de su colectividad. Entre esas organizaciones o paladines hay de diferentes ideologías: derechistas, izquierdistas, marxista-leninista, comunistas e incluso hay hasta entidades sodomitas.
La población salvadoreña en la zona metropolitana de Washington es la comunidad hispanohablante más extensa según el reciente censo (U.S. Census Bureau 2010), eso significa que los guanacos cuentan con un valor adquisitivo mayor que cualquier otro grupo étnico.
Es una lástima que los salvadoreños y salvadoreñas que llevan el liderazgo no se puedan poner de acuerdo para implementar orden y ejercer autoridad en esa comunidad; creo que las organizaciones o líderes no están aprovechando ese poder adquisitivo para sacar beneficio en pro de su colectividad.
En el sector de Washington se puede organizar un festival salvadoreño, musical, cultural y gastronómico —patrocinado por empresas transnacionales de EE.UU.— con una masiva convocatoria y presentar a los máximos exponentes de la música . Un festival para el pueblo donde muchas familias de bajos recursos disfrutarían el evento sin pagar ningún dólar por concepto de ingreso. Seguramente, en dicho festival sobrarían fondos para destinarlos a organizaciones sin fines de lucro que trabajan para la colectividad salvadoreña.
Sin lugar a dudas, sería un festival exitoso. Sin embargo, para realizarlo necesitamos líderes con vocación altruista y con cerebro. Lamentablemente, los pocos caudillos con los que cuenta la comunidad salvadoreña en el área de Washington están más interesados en llenarse los bolsillos de dólares, antes que servir a sus compatriotas.
Un buen ejemplo son los inescrupulosos dirigentes del deporte, que han hecho fortuna aprovechándose de la humildad, inocencia o poca escuela que poseen un buen número de salvadoreños que radican en esta gran nación.
EMPRESARIOS SE ADUEÑAN DE LA INDEPENDENCIA PATRIA PARA LUCRARSE
Todos sabemos que EE.UU. es un país de oportunidades, una nación que nos atribuye la coyuntura de buscar patrimonio; en eso no vamos a desistir. Sin embargo, no es correcto que una empresa en Maryland se adueñe de las fiestas patrias para lucrarse con la inocencia de los nuevos inmigrantes del “Pulgarcito de América”.
Estos empresarios realizan un festival cada año —y hacen su navidad— para conmemorar las fiestas patrias en el mes de septiembre. En donde abarrotan las instalaciones con miles de salvadoreños que tienen que pagar $25 dólares de admisión por persona, más estacionamiento. Y posteriormente si desean degustar una pupusa tienen que pagar $5 o más, un plato de carne con arroz $12 a $15 y una botella de agua $2 a $4. Esos son algunos de los precios que hay que pagar para deleitarse en ese festival.
La razón por los precios desmesurados en este festival se debe a que los individuos que compran o rentan los quioscos en las instalaciones para vender sus productos pagan precios descomunales a los ladinos organizadores. Por consiguiente, alteran los precios a los consumidores para poder recuperar su inversión.
Se entiende que en el sistema capitalista, un empresario puede hacer fortuna, si se prestan las condiciones. Sin embargo, robarle el pisto [dinero] a su propio prójimo no es parte del sistema capitalista.
“UNA REALIDAD QUE DUELE Y QUE NINGÚN SALVADOREÑO LO MANIFIESTA”
Es una vergüenza que nosotros los salvadoreños no tengamos liderazgo absoluto en la capital de esta gran nación, somos la mayoría, sin embargo, no contamos con individuos con genuino liderato.
COTSA es una organización que sus dirigentes se llenan la boca de saliba diciendo que ellos son una institución transnacional y que aglomeran 25 organizaciones salvadoreñas en el área metropolitana de Washington, el festival que realizan en el mes de agosto, cada año “Festival Salvadoreño Americano” (en donde aprovechan para hacerse intercambios de reconocimientos entre ellos mismos) siempre es un verdadero que fracaza, por la simple razón que son individuos ramplones que se dejan engatusar por el dominicano más influyente en el DMV; en donde él y su radio se llevan la mejor “tajada” del festival. COTSA monta el festival y el dominicano busca los patrocinadores de buena paga.¡¡Púchica!! Que yontos somos nosotros los jalvadoreños…
Que bonito fuese que los líderes comunitarios, Consulado General y Embajada de El Salvador se unieran para realizar un auténtico festival salvadoreñisimo de independencia, gratuito en el Mall de Washington.
Hay que aprender de la Embajada y Consulado de Honduras en Washington; ellos siempre realizan su festival de independencia “Juntos por Honduras” cada año, en donde aglomeran más de ocho mil hondureños en un evento totalmente gratuito y con artistas cien por ciento hondureños.