SALUD
La proporción de estadounidenses que desaprueba la ley de salud Obamacare rompió récords, según una nueva encuesta de Gallup. Solo el 37% de los encuestados apoya la ley de reforma a los servicios de salud, un punto porcentual por debajo de la aprobación mínima, que se registró en enero.
El 56% de los encuestados desaprueba la ley, lo cual representa una cifra récord. La encuesta se dio a conocer dos días después de que iniciara el ciclo de inscripción a los seguros de salud para 2015, y una semana después de las elecciones intermedias, lo que provocó que se hiciera un llamado a abrogar el Obamacare.
Los partidarios de Obamacare no han superado a sus contrincantes en las encuestas desde principios de 2013. El reciente descenso en la tasa de aprobación podría indicar que se ha perdido la fe en la reforma a los servicios de salud después de las elecciones intermedias, señaló Gallup.
A pesar de las opiniones negativas, Obamacare sigue siendo popular entre los suscriptores. Unas tres cuartas partes de las personas que se han inscrito por medio de una bolsa de seguros dijeron que renovarían su póliza o que comprarían otro plan de Obamacare, según la encuesta que Gallup publicó el viernes 14 de noviembre.
Más de siete de cada 10 suscriptores consideran que la calidad de su cobertura de salud es “excelente” o “buena”.
Obamacare 2.0 también está llamando mucho la atención.
Unas 100,000 personas enviaron su solicitud el sábado 15 de noviembre, primer día de inscripciones, declaró la secretaria de Salud, Sylvia Burwell, en el programa Meet the Press de la cadena estadounidense NBC.
La inscripción en las bolsas de seguros de salud inició paulatinamente, a diferencia de lo que ocurrió en 2013, cuando el sitio healthcare.gov colapsó en cuanto inició operaciones.
La iniciativa médica del presidente Barack Obama, considerada por analistas la apuesta social más grande durante su administración, fue promulgada en marzo de 2010 luego de la aprobación antecedida por un intenso debate en el Congreso estadounidense.
La reforma consiste en que cada estadounidense, con unas pocas excepciones, tenga algún tipo de seguro médico o sea multado, y que el dinero que las aseguradoras obtengan de ello cubra los costos para asegurar a adultos mayores y a personas enfermas, gente que no siempre puede comprar un seguro de gastos médicos.
Los empleadores proveerán seguridad médica para tres de cada cinco estadounidenses en 2014, según la Oficina de Presupuestos del Congreso. Otro 12% lo tendrá a través del Medicaid o el Programa de Seguridad Social para Menores. Para estos últimos, el 1 de octubre no significa mucho. Los legisladores republicanos han señalado desde entonces que buscarán derogar la reforma médica, que consideran una imposición. (Con datos de CNN)