PREMIO NOBEL
La joven musulmán Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi de India aseguraron que continuarán su pelea por la educación de los menores y su no explotación laboral
Bajo cientos de aplausos la paquistaní Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi de India, recibieron el miércoles 10 de diciembre el Premio Nobel de la Paz en donde afirmaron que seguirán peleando por los derechos de los niños.
Un premio que fue anunciado hace dos meses fue oficializado con una ceremonia en Oslo, Noruega, en donde estuvieron presentes la realeza, funcionarios internacionales, incluso algunos de los compañeros de Malala de Pakistán.
Ambos receptores tenían mucho en juego, ya que lucharon por lo que creían. En el caso de Satyarthi, poner fin a la explotación de los niños con fines de lucro. En el caso de Malala -la ganadora del Premio Nobel de la Paz más joven, a los 17 años- por el derecho de las niñas a una educación, una búsqueda que casi le costó la vida cuando los combatientes talibanes le dispararon en la cabeza hace dos años.
“Necesitamos gente como Satyarthi y Yousafzai para mostrar la necesidad de pelear”, dijo Thorbjorn Jagland, presidente del Comité del Premio Nobel de la Paz.
Jagland, que es el secretario general del Consejo de Europa, agregó que además de llamar la atención sobre los derechos del niño, espera que el premio conjunto también traerá una relación más cercana entre la India y Pakistán. Los países vecinos han estado durante mucho tiempo en un desacuerdo político y militar.
“A pesar de que está en la naturaleza del extremismo crear enemigos e imágenes aterradoras, y para dividir el mundo en nosotros y ellos, los laureados nos muestran otra cosa”, dijo Jagland. “Una chica joven y un hombre algo mayor. Uno de Pakistán y uno de la India. Un musulmán, el otro hindú. Ambos símbolos que el mundo necesita…. es decir, más unidad”.
Satyarthi habló primero después de aceptar su premio y dando un llamado vehemente a la acción. “Marchemos de la oscuridad a la luz. Marchemos de la mortalidad a la divinidad. Marchemos.”
La siguiente fue Malala, desde el valle de Swat en el noroeste de Pakistán. Los talibanes comenzaron a establecerse allí en 2003, trayendo con ellos sus puntos de vista conservadores -incluyendo que las niñas no deben ser educadas-.
Sin embargo Malala no sólo continuó acudiendo a la escuela, también escribió acerca de sus experiencias para un blog de la BBC. Eso la llevó a ser identificada en un autobús por los talibanes y baleada. Después de su recuperación, ha ampliado su campaña por la educación de las niñas.
Durante la entrega del Premio Nobel de la Paz dijo que el galardón “no es sólo para mí. Es para esos niños olvidados que quieren educación. Es para aquellos niños asustados que quieren la paz. Es para aquellos niños sin voz que quieren un cambio”.
“Estoy aquí para defender sus derechos, para elevar su voz”, dijo Malala. “No es el momento de sentir pena por ellos. No es tiempo para la piedad de ellos. Es el momento de actuar, para que se convierta en la última vez que veamos a un niño privado de la educación”. (Con datos de CNN)