CENTROAMERICA
El plan de desarrollo presentado en noviembre por Guatemala, El Salvador y Honduras, y apoyado por Estados Unidos, que busca frenar la migración ilegal, complementará los esfuerzos de unión aduanera e integración comercial en Centroamérica, afirmaron este viernes 13 de febrero responsables de economía de esos tres países.
El plan de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte (centroamericano) “es un complemento ideal para los deseos de avanzar en el tema de la integración económica centroamericana”, dijo a periodistas Alden Rivera, secretario de Desarrollo Económico de Honduras.
Según Rivera, los ejes de desarrollo económico trazados en el plan, que apoyará Estados Unidos con 1,000 millones de dólares, tienen una “correspondencia y complementariedad” con el afán de Centroamérica de promover el comercio y mejorar la productividad en el istmo, entre otras metas.
En noviembre pasado los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras lanzaron el plan de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte, con la intención de desestimular la migración ilegal, y pidieron a Estados Unidos que se integrara al proyecto como socio.
La iniciativa intentará crear mejores condiciones económicas y de seguridad en los tres países para reducir las migraciones masivas, luego de la crisis causada en 2014 por la detención en Estados Unidos de más de 68.000 niños no acompañados, provenientes principalmente de esta región.
“La integración de toda Centroamérica abona los objetivos específicos del plan para la prosperidad”, afirmó el ministro guatemalteco de Economía, Sergio de la Torre, quien puso como ejemplo las tareas conjuntas anunciadas recientemente con Honduras para combatir el crimen fronterizo e impulsar la unión aduanera.
De su lado, Luz Rodríguez, viceministra de Economía de El Salvador, agregó que el programa de desarrollo “es una oportunidad que se presenta para avanzar en la región, sin olvidar que lo fundamental es que es Centroamérica la que debe avanzar en su conjunto”.
Problema migratorio
El gran número de niños y familias centroamericanas que cruzaron la frontera sur de los Estados Unidos el verano de 2014 puso el foco de atención en las condiciones de seguridad y socio-económicas en los países del triángulo norte. La situación también dejó en claro que a menos que los factores que impulsaron originalmente estos niños a migrar sean atendidos, muchos seguirán buscando refugio en los Estados Unidos.
¿Cómo deberían los Estados Unidos responder y evaluar la Alianza para la Prosperidad?
Si el plan es sólido, los Estados Unidos deberían estar preparados para responder con apoyo financiero, técnico y político. Estimaciones recientes sugieren que Estados Unidos invirtió más de $9 mil millones de dólares durante los conflictos Centroamericanos de la década de los ochentas. En contraste, la asistencia otorgada en años recientes para el desarrollo, la gobernabilidad y la aplicación de la ley ha sido sólo una fracción de esta: mucho menos de $200 millones de dólares al año. Si bien es cierto que las restricciones presupuestarias son reales, es de interés de los Estados Unidos asegurarse que la seguridad ciudadana y el desarrollo económico se arraiguen en Centroamérica.
Los Estados Unidos deberían revisar el plan y sus componentes cuidadosamente. Es crucial asegurar que cualquier plan que los Estados Unidos apoye sea integral; claramente encauzado y estratégico; que incluya indicadores que permitan su evaluación; y que cuente con el serio respaldo de parte de los gobiernos centroamericanos para su implementación; una lucha frontal contra la corrupción; y la promoción de la transparencia, cita un informe de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos. (Con datos de La Prensa)