Di María: “Dios no quiso que esté en esa final”

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DEPORTES

Fuente:FIFA.com

 

Angel Di MariaPese a lo que indica su contextura física, Ángel Di María es un futbolista fuerte. Muy fuerte. Y más aún si se tienen en cuenta las situaciones adversas que ha debido enfrentar a lo largo de su vida. Desde su complicada lucha por un puesto en los seleccionados juveniles, que se ganó a fuerza de goles y desbordes, hasta el desafío que implicó el nacimiento prematuro de su hija con apenas seis meses de gestación en 2013.

“Lo que sucedió con Mía me cambió la vida. Ya no me preocupo por pequeñeces, sino por lo que realmente importa. Soy mucho más fuerte, crecí como hombre y como persona”, cuenta a FIFA.com. Y habrá que creerle: a fuerza de carácter, Fideo -como le conocen por su extrema delgadez- deslumbró a todos en 2014, fue transferido al Manchester United y, como si fuera poco, resultó incluido por el voto de sus colegas en el equipo ideal del año. “Fue una sorpresa, hace años que deseaba formar parte de la Gala. Todavía no caigo”, reconoce.

Sobre su aventura en Brasil, la salida del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, Lionel Messi y la particular visión sobre su futuro, el rosarino dialogó en exclusiva con FIFA.com.

 

Ángel, 2014 ha sido un año especial: ganó la Décima con el Real Madrid, pero tuvo que dejar el club; llegó a la final de la Copa Mundial en Brasil, pero se perdió los últimos dos partidos por lesión. ¿Es un balance agridulce?

No, no… estoy muy feliz por todo lo que pasó. Sacando las lesiones, que pueden ocurrir, conseguí cosas importantes: ganar la décima con el Madrid, haber llegado a la final del Mundial después de muchísimos años para Argentina. ¡Y de la manera que llegamos! Con mucho huevo, muchas ganas, con un grupo espectacular. Era más que merecido. Estoy más que satisfecho y feliz por lo que logré.

Si tuviera que destacar un momento de 2014, ¿cuál sería y por qué?

Es un poco raro lo que voy a decir, pero creo que el haber llegado a la final del Mundial. Es algo que jamás hubiera imaginado, ni cuando era chico. No pude jugar, pero fue el momento más lindo de mi carrera.

¿Percibió enseguida la gravedad de su lesión ante Bélgica?

Sí, sabía que podía ser grave porque sentí bastante dolor. Fue en el momento del pique. Cuando empecé a pasar en velocidad al defensor e iba quedándome solo, ya sentí el dolor. Pero soy muy creyente y confiaba en que podía volver a jugar, dejé todo para llegar a esa final. El fútbol es así, me dejó afuera de un Mundial… pero también da revancha. Ojalá me la dé.

¿Ha vuelto a ver los partidos del Mundial?

No, trato de no verlos (sonríe).

¿Ni siquiera el de su gol contra Suiza?

Bueno, sí… De vez en cuando pongo Youtube para ver algunas cosas. Sobre todo a la gente. Cuando estás en un Mundial no ves nada de lo que pasa afuera, pero pasan cosas muy lindas. Yo algo sabía por lo que me contaba mi familia: la cantidad de gente que nos seguía, la motivación que tenían. Todo eso no se ve, por eso es bueno poder verlo ahora y recordarlo de otra manera. Nos hubiese gustado darles una alegría más, ese escalón que nos faltó, a todos los argentinos. Ojalá algún día llegue.

¿Ha pensado en qué pudo haber cambiado si usted jugaba esa final?

No, porque soy muy creyente. Y si Dios no quiso que esté en esa final, será porque no tenía que estar. Estaban los chicos que estaban y dejaron la vida. Tuvimos millones de posibilidades para poder ganar, muchas chances de gol. Pero no entró. Ellos tuvieron dos, la del palo y la del gol. El fútbol es así.

Pero tácticamente, ante un equipo que defiende tan adelantado como Alemania, un jugador con sus características podría haber encontrado espacios…

Sí, sí… eso sí uno lo piensa porque ve lo que fue el partido. Tanto el Pocho (Ezequiel Lavezzi) como Leo (Messi) se iban en velocidad y ganaban. Creo que hubiese sido otro partido con una posición mía ahí. Con Leo ya nos habíamos entendido en todo el Mundial. Pero el fútbol es así, Dios no quería que esté.

Otro dato importante en 2014 fue su salida del Real Madrid. A la distancia, ¿cómo evalúa esa situación?

Bien, hice lo que tenía que hacer: gané una Supercopa, la Copa del Rey, la Champions, la Liga, gané todos los títulos. Me faltó sólo el Mundial de Clubes porque me fui antes. Estuve cuatro años y llega un momento en el que uno tiene que cambiar de aire. Tenía muchas ganas de jugar en la Premier, que miraba desde chiquito los sábados y los domingos antes de ir a jugar con Rosario Central. Tenía mucha ilusión y muchas ganas de probar el fútbol inglés.

Y al margen de lo futbolístico, ¿cómo lo trata Inglaterra?

¡Estoy muy bien! El clima es lo único que, bueno… no ayuda mucho (sonríe). Pero estoy muy feliz, muy contento. La gente me quiere mucho y eso es lo que más importa: su cariño. Es lo que más vale y yo lo tengo.

¿Y con el idioma? ¿Cómo venimos?

No, para atrás (ríe). ¡Muy mal! Muy poquito, entiendo poco. Pero trato de ir aprendiendo poco a poco, estoy teniendo clases. Espero aprender rápido.

Usted logró lo que pocos: compartir cancha, por bastante tiempo, con Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. ¿Le cansa que le pidan que los compare?

No, porque siempre dije lo mismo. Son dos jugadores completamente diferentes. A Leo se lo ve en cada partido: el arranque corto, el pasar a uno, dos o tres jugadores como si nada en una baldosa. Cristiano es la potencia, los tiros de afuera… son diferentes. Si yo fuese de la FIFA tendría que poner dos balones de oro, uno para que disputen ellos dos y otro para los demás.

Se ha hablado mucho de Messi últimamente, incluso que podría pasar al Chelsea. Usted ha tenido mucho tiempo a José Mourinho, ¿se los imagina juntos?

No creo que Leo se quiera ir del Barça principalmente. Es muy difícil que salga de un club donde dio todo, donde creció. Pero en cuanto a la pregunta, no creo que tuviese ningún problema con Mourinho (sonríe).

Volvamos a usted. Ya ha jugado en el Real Madrid, en el Manchester United… ¿y después? ¿A qué más se puede aspirar?

¿Después? Volver a Central, ¡otro grande! (sonríe) Cómo te puedo decir… estuve en los grandes clubes de Europa, es la realidad. Jugué dos Mundiales, gané la Champions. Ya jugué en el Real Madrid; arranqué en un equipo un poco más chico como Benfica, pero en Portugal es uno de los más grandes, y después pasé de un grande a otro grande como el Manchester United. Después de acá, creo que es hora de volver a Argentina. Espero que sea así.

¿Qué es lo que más extraña de Argentina? Al margen de Rosario Central, claro…

¡Mis amigos! Ahora más que nunca, porque el fútbol inglés no para en Navidad y no pude viajar. También a la familia que uno tiene lejos siempre: mis viejos, mis suegros, están todos en Argentina. Es un poco difícil de llevar también.

Este año se juega la Copa América, ¿ganarla es su máximo objetivo personal?

Ojalá. Me gustaría ganar algo con la selección mayor. Lo pude hacer en los Juegos Olímpicos y en el Sub-20, pero sería muy lindo cerrar ese círculo con una Copa en la mayor. Es difícil, hay muchas selecciones que se hicieron muy fuertes como Brasil, Colombia y Uruguay, que pelea siempre hasta el final. Será complicado, pero espero que las cosas nos salgan lo mejor posible y que podamos darle una alegría a Argentina de una vez por todas.