AUTOS
El viaje, de 5.600 kilómetros, arranca este domingo 22 de marzo y llevará una semana. A bordo siempre habrá dos ingenieros para tomar los mandos en caso de problemas. Solo uno de los muchos radares que lleva puede costar unos 70 mil dólares.
Dicen los expertos que los autos de conducción autónoma todavía tardarán al menos una década en ser una realidad en las calles. Sobre todo, por la complejidad que supondrá lograr -piense en una ciudad- que cientos o miles de vehículos se coordinen entre ellos y con las infraestructuras sin crear un monumental caos. Y también está las cuestiones legales, como quien asume la responsabilidad en caso de accidente.
Pero ejemplos de automóviles de este tipo, capaces de desenvolverse de forma independiente en medio del tráfico abierto, hace ya años que se vienen experimentado con éxito. De hecho, podemos citar incluso desarrollos españoles o llevados a cabo sobre camiones, como es el Mercedes Future Truck 2025.
Aunque los casos más conocidos sean los del Google o, más recientemente, de Audi. Esta ha experimentado con vehículos en circuito y uno de sus prototipos recorrió sin intervención humana los 885 kilómetros entre Los Ángeles y Las Vegas, para acudir en esta última ciudad a la feria CES 2015.
Y allí también estaba presente el fabricante de componentes para auto Delphi. Acudió para, entre otras cosas, mostrar su propuesta de vehículo autónomo -hecho sobre la base de un Audi Q5- con el que ahora quiere ir mucho más lejos: quiere que sea el primero de este tipo que recorra EEUU de costa a costa sin intervención humana.
El trayecto, de 5.600 kilómetros, irá de San Francisco a Nueva York. Comenzará este domingo 22 de marzo y está previsto que culmine una semana después para estar presente en el salón del automóvil que se celebrará en la ciudad de los rascacielos a comienzos de abril.
En principio, a bordo del coche siempre habrá una pareja de ingenieros de la compañía, que ha seleccionado a seis de ellos para que formen parte de la aventura. Entre otras razones, porque las leyes de tráfico de Estados Unidos exigen que, en estas pruebas piloto, haya un conductor que pueda tomar los mandos en caso de fallo o emergencia.
¿Cómo funciona?
Salvo el desarrollo de Google, que de coche tiene poco, estos prototipos consisten en convertir un vehículo convencional en autónomo instalando todos los equipos, sensores y sistemas informáticos capaces de darle esa independencia. De modo que, salvo por la decoración de su carrocería, muy poco distingue al Audi Q5 de Delphi del que, por ejemplo, pueda tener usted.
La compañía ha instalado varios radares láser y, como éstos no funcionan bien en situaciones de fuerte lluvia o niebla, también se han colocado otros radares convencionales. Aparte de cámaras y un sistema de navegación con GPS de alta precisión.
El objetivo es que, a medida que el vehículo avance, estos dispositivos (muchos, quizás no tan elaborados, están ya en coches de serie) vayan reconociendo todo tipo de señalización, semáforos, obstáculos y el resto de coches a su alrededor, creando una cartografía digital del recorrido a seguir por el coche de modo que este sea capaz, por ejemplo, de interpretar no sólo debe girar y en qué dirección, sino que puede hacerlo con seguridad.
Según Delphi, el automóvil es capaz de tomar decisiones complejas como desplazarse por vías de varios carriles moviéndose entre ellos, realizar cambios de dirección no regulados por semáforo, adelantar a un ciclista o incorporarse y salir de las autopistas. Y, si en algún momento el sistema detecta algún conflicto, avisará mediante señales luminosas y acústicas para que el ingeniero a bordo tome los mandos. (Fuente: El Mundo)