DESARROLLO
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este 2 de marzo a los países centroamericanos a redoblar sus esfuerzos en la lucha contra la violencia, pobreza e inmigración irregular: “Mientras que exista lo político, no hay motivo para que la región no se convierta en la próxima gran historia de éxito en el hemisferio oeste”. Estas declaraciones las ha realizado durante su vista de dos días en Guatemala donde se ha reunido con el presidente Otto Pérez Molina, el presidente de El Salvador Sánchez Cerén y el líder hondureño Juan Orlando Hernández.
“Lo que sucede en Centroamérica es un asunto de gran interés para Estados Unidos. Seis millones de jóvenes ingresarán en la fuerza laboral en Centroamérica durante los próximos 10 años”, ha asegurado Biden.
Este viaje forma parte del compromiso del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) con Washington. Los tres países tienen previsto presentar en la capital estadounidense, los días 16, 17 y 18 de marzo, un plan detallado de cómo invertirán los mil millones de dólares que la administración de Barack Obama ha solicitado al Congreso para invertir en la región y reducir la inmigración ilegal a EE UU. La financiación se destina a programas para promover el comercio, la protección de fronteras y ayudar a crear puestos de trabajo.
La visita de Biden se enmarca en el llamado Plan Para la Prosperidad (PPP), nacido de la necesidad de poner fin a las migraciones de niños centroamericanos. En 2014, más de 68.500 viajaron solos hasta el país del norte, huyendo de la violencia y en busca de oportunidades que sus países no les ofrecen.
A su llegada, el vicepresidente estadounidense ha mostrado la preocupación de su Gobierno por los altos índices de violencia que colocan a la región como la más conflictiva del continente: “Las víctimas del crimen deben estar seguras de que los responsables enfrentarán a la justicia (…) El sistema legal funcionará para ellos y no para los delincuentes”. Ha añadido que se debería analizar la posibilidad de crear un ente supranacional, parecido a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) para fortalecer la justicia en la región, tema que finalmente no fue incluido en las mesas de trabajo.
Ha abogado, igualmente, por la necesidad de crear las condiciones de seguridad para facilitar la inversión, para combatir la pobreza. Y ha subrayado que los tres países deben garantizar el buen uso de esos fondos: “Los Gobiernos deben fortalecer la recaudación fiscal y la seguridad local, pero, sobre todo, trabajar en la transparencia de la gestión pública”.
“Es muy difícil que los presidentes cumplan con la transparencia”, dijo a EL PAÍS el analista Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana. “Los Estados y sus instituciones están penetrados por las mafias, algo particularmente dramático en Guatemala y Honduras”. La activista Ileana Alamilla señala que dada la desconfianza que inspiran los Gobiernos centroamericanos, el uso correcto de los fondos no debería ser problema: “Según tengo conocimiento, no serán los Estados quienes manejen esos fondos”. (Fuente: El País/ José Elías)