DEPORTES
El Barcelona, con una actuación espléndida del brasileño Neymar, pasó semifinales de la Liga de Campeones de l UEFA por séptima vez en ocho años tras una plácida victoria por 2-0 ante un inofensivo París SG (5-1, global).
Autor del primer gol en París, el astro brasileño se convirtió en el vergudo del PSG en la primera parte anotando el primer gol tras una magnífica jugada del español Andrés Iniesta (14), y el segundo rematando un centro de su compatriota Dani Alves (34).
Advirtió Luis Enrique que la exhibición de la ida todavía no aseguraba nada y su equipo saltó al campo consciente de ello, demostrándose agresivo en la presión y desplazando el partido a los alrededores del área rival a la espera de una oportunidad.
Esta no tardó demasiado en llegar. En una magistral jugada, el español Andrés Iniesta recogió un balón en su propio campo, sorteó a tres rivales y condujo el balón hasta la frontal donde se la cedió a Neymar, que regateó al portero italiano Salvatore Sirigu para marcar a placer (14).
Los franceses, necesitados de cuatro goles para remontar, despertaron ligeramente. Ibrahimovic marcó pero en claro fuera de juego (17) y poco después el francés Blaise Matuidi no supo culminar en el área una magnífica jugada de su compañero Marco Verratti (19).
Pero fue solo un espejismo de dos minutos, los necesarios para que Iniesta y Sergio Busquets volvieran a manejar a su placer el centro del campo y la tripleta ofensiva sudamericana, Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez, reanudaran su acecho a la portería visitante.
El argentino Lionel Messi avisó con una volea alta después de una asistencia con el pecho del uruguayo Luis Suárez (22). El dominio continuó con una doble ocasión con un disparo lejano del lateral brasileño Dani Alves despejado por Sirigu y un cabezazo de Neymar que enganchó el rechace (25).
Los dos brasileños protagonizaron el segundo gol de la noche. Alves dispuso de mucho tiempo para centrar a su compañero que, rompiendo por el medio la defensa parisina, remató de cabeza para batir de nuevo a un impotente Sirigue (34).
Desde entonces hasta el descanso, los franceses desaparecieron y el Barcelona mantuvo el dominio absoluto del partido, permitiéndose incluso un pequeño recital de quiebros, fintas y sótanas haciendo levantar a los asistentes de las gradas. (Con datos de FIFA.com)