Ni un paso atrás: “Ni tregua ni diálogo con las pandillas”

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EL SALVADOR

Ni un paso atrás: “Ni tregua ni diálogo con las pandillas”

 

PAG 21El gobierno salvadoreño, ante el histórico repunte de homicidios que se ha reportado en las últimas semanas, ha reafirmado que no dialogará de ninguna forma con las pandillas, según informó el secretario de comunicaciones de la presidencia, Eugenio Chicas.

“La política firme del presidente (Salvador Sánchez Cerén) es no transigir, no dialogar, ni negociar con estos criminales. No hay tregua ni diálogo con los criminales. Se deben de someter al imperio de la ley y si no tendrán que soportar los efectos”, aseguró a pie juntillas el secretario al ser cuestionado por la prensa ante los altos números de homicidios.

Solo en los últimos cinco días, la Policía Nacional Civil (PNC) ha reportado más de 139 homicidios, lo que equivale a un promedio de 28 diarios, una cifra que pasa muy por encima de las 12 a 14 muertes violentas que se contabilizaban al día hace unos meses, y que, según las autoridades, no se veía desde hace mucho tiempo.

Ante esta situación, tanto el director de la PNC, Mauricio Ramírez Landaverde; el comisionado Presidencial para la Seguridad Ciudadana y Convivencia, Franzi Hato Hasbún y el secretario Chicas han creado una misma idea: las pandillas quieren hacer números rojos para desestabilizar al gobierno.

Pero según con el director del Instituto de Medicina Legal (IML), Miguel Fortín Magaña, el número de homicidios en El Salvador, una cifra que suele mostrar altos y bajos, y de la que solo se puede establecer una tendencia en término de seis meses, viene dibujando una gráfica creciente desde finales de 2013, justo luego de que la tregua entre pandillas terminara de agonizar.

Magaña ha sido enfático en que el número de homicidios en El Salvador viene creciendo luego del  desplome causado por la tregua en menos de 48 horas, a inicios de marzo de 2012, que duró aproximadamente 15 meses.

Así lo comprueban también las estadísticas de homicidios de la PNC, que entre el cierre de los años 2012 y 2014 muestra un incremento superior a los 1,300 asesinatos en todo el territorio nacional. De igual manera, hasta este 18 de mayo, la institución policial reportó 1,887 muertes violentas, lo que significa un promedio de 13 diarias, muy por encima de las 10 reportadas el año pasado y las siete del 2012.

Para Magaña, el problema de contar cada día más muertos es solo una manera de medirle la temperatura al verdadero problema, el cual, asegura, no son los homicidios, sino que las pandillas siguen creciendo.

“Si en este país mueren, digamos, cinco mil personas al mes y suponiendo que todos sean pandilleros, en cinco años habrían muerto 25 mil pandilleros, lo que equivaldría teóricamente a que estos grupos se deberían de ir acabando, pero no, al contrario, vemos que van creciendo. El verdadero problema en El Salvador es que las pandillas siguen reclutando gente todos los días. En eso se deberían de enfocar los esfuerzos del gobierno”, señala Magaña.

Esta teoría es reforzada por los datos que recientemente reveló el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien fue contratado por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) para que realizara un estudio en el país y planteara un recetario para disminuir los homicidios. Giuliani reveló durante su conferencia que actualmente hay cerca de 80 mil pandilleros activos en el país, de los cuales 50 mil pertenecen a la MS y 30 mil al Barrio 18.

Ante esta situación, el gobierno ha implementado nuevas medidas de combate a la delincuencia que van desde la clasificación y traslado de reos por nivel de peligrosidad a diferentes cárceles del país, entre ellas la de mayor seguridad, hasta la conformación de cuatro batallones especiales entre los que destacan tres conformados por 600 elementos de la Fuerza Armada.

El mensaje que las autoridades han mandado a la población luego de una racha de homicidios que se llevó de paso a más de 23 policías y siete soldados ha sido de ataque frontal a las pandillas y de cero negociaciones o diálogo con las mismas. Una actitud que algunos analistas comparan con el “manodurismo”, una práctica impulsada por gobiernos de anteriores, de derecha, que terminó incrementando los niveles de violencia. (Fuente: Contrapunto / Bryan Avelar)