Nicaragua se conjuga en presente y futuro

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DEPORTES

Entre Honduras y Costa Rica, donde respiran el fútbol, se encuentra Nicaragua. A diferencia de los países vecinos, aquí la gente prefiere el bate, la manopla y la pelota de béisbol. Y esa historia es notoria: un par de subcampeonatos mundiales, dos medallas de plata en Juegos Panamericanos y jugadores que han participado en las ligas más competitivas del orbe.

El fútbol, en cambio, tiene un recorrido más discreto. Su selección nunca ha participado en ningún torneo FIFA. Ni siquiera había superado nunca su primer escollo en la eliminatoria mundialista.

Aquí, el fútbol pertenece a la calle, donde los niños pelean el balón en canchas de tierra por pura diversión. Es ahí, en las nuevas generaciones pinoleras, donde el balompié, a paso lento pero seguro, se hace de un lugar.

A pesar de la notoria popularidad del béisbol y el boxeo, los que juegan al fútbol reclaman su lugar. Para empezar, entre febrero y marzo, la selección nicaragüense subió 31 peldaños en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola para instalarse en el puesto 154… ¿El secreto de este éxito? Henry Duarte, el técnico costarricense que inició el 2015 al mando de la selección y encajó fino en el contexto juvenil del país.

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A sus 56 años, Duarte ha trabajado en Costa Rica con selecciones menores y en la FEDEFUTBOL en el área de desarrollo deportivo, por lo que su llegada al país vecino lucía ideal para dar un correcto empujón al fútbol nicaragüense. “Espero aportar a la formación de las fuerzas básicas, que es donde está el futuro del fútbol de Nicaragua”, apuntó firme al emprender el reto.

“El futuro del fútbol no está en la selección mayor. Está en los niños, posiblemente en la Sub-17 o Sub-20. Nicaragua tiene una gran ventaja con respecto a otros países. Están jugando el fútbol en las calles, en las canchas de tierra. Hay que saber aprovechar eso porque ése es el verdadero fútbol que florece, si se le da las herramientas necesarias”, complementó.

Y mientras vigila que se abonen y se hagan crecer esas semillas para un futuro mejor, trabaja también en el presente de la selección mayor que juega un papel fundamental en su proyecto.

A pesar de llevar poco tiempo al mando de la absoluta, ya ha sellado un gran logro: avanzar a una segunda etapa del clasificatorio de la Zona Norte, Centroamérica y Caribe rumbo a la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.

PRIMER ESCOLLO, SUPERADO

Sin mucho tiempo para prepararse, Nicaragua se enfrentó a Anguila, primer sinodal de esta nueva etapa, el 23 de marzo. Ubicados en el puesto 185 del Ranking FIFA, Duarte echó mano de un equipo juvenil, y guiados por Juan Barrera, quien será el primer jugador nicaragüense en jugar en Europa cuando emigre al Rheindorf austriaco, hicieron valer el Estadio Nacional de Managua.

En el partido de ida, con una arrolladora primera mitad donde anotaron cuatro de los cinco goles, consiguieron un resultado cómodo que les hacía soñar con la anhelada segunda fase. Seis días después, tomaron un avión a Anguila y, con dos goles de Moisés Leguías y otro más de Barrera, completaron la hazaña y cerraron el 8-0 global.

Nicaragua celebró a lo grande: los jugadores de azul y blanco, por mantenerse con vida en la eliminatoria; Duarte, por haber visto a sus dirigidos mostrar un fútbol veloz, con entrega pero ordenados en la táctica, conceptos claros, recuperación de pelota y transiciones ofensivas rápidas; y los aficionados, porque empiezan a contagiarse con la ilusión del “sí, se puede” al ver a su selección brincar al lugar 154 de la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, acostumbrados al 173 que promediaron en 2014.

Ahora la mente está puesta en el próximo desafío: Surinam, rival al que enfrentarán a doble partido los días 7 y 16 de junio. Superarlo, les dejaría un paso más cerca del objetivo realista que se marca en técnico. “Para el Mundial de Rusia 2018 tal vez no vayamos a clasificar, pero creo que podemos estar entre los seis mejores de CONCACAF”.

Así sigue trabajando Duarte, con el presente y el futuro alternándose en su mente. Con la eliminatoria en las manos pero también con los juveniles rondando su plan de trabajo; con la utopía batallándole de cerca a la realidad.

Henry Duarte siembra para el futuro y abona el presente: “Desde que llegué al país me di cuenta que acá hay mucho talento, pero falta que se muestre al exterior para que el fútbol se desarrolle. Mi mayor triunfo no será Anguila, sino dejar un legado aquí”. Y vaya que ha comenzado con buen pie. (Fuente: FIFA.com)