DEPORTES
El equipo de Kansas logra el título de béisbol con el tirón de venezolano Salvador Pérez. Las Series Mundiales de béisbol, el gran título del deporte rey de Estados Unidos, ese que enfrenta a los ganadores de las dos principales ligas del país, solo podía acabar en gloria y en tragedia. Se enfrentaban dos equipos que no lograban semejante triunfo desde hacía tres décadas, los Royals de Kansas y los Mets de Nueva York, así que no había lugar para los tibios: los primeros lograron esta noche el cielo y los segundos cayeron en desgracia.
El equipo de Kansas derrotó a los neoyorquinos sin peros y sin demora: cuatro victorias a una de los siete partidos previstos para elegir al vencedor. El quinto, que se jugó en el campo de los Mets bastó para dictar sentencia y para llevar a los Royals una victoria que no obtenían desde 1985. Los Mets -que son una suerte de Atlético de Madrid en la ciudad de Nueva York, frente a los Yankees, o de Espanyol en Barcelona- lo ganaron por última vez en el 86.
El venezolano Salvador Pérez, de los Royals, un joven de 25 años nacido en Valencia que se sentía en una especie de nube, marcó las diferencias a lo largo del torneo y acabó elegido el Jugador Más Valioso (MVP) del llamado “Clásico de otoño”, aunque el domingo dio la campanada el puertorriqueño Christian Colón, en el que fue su primer bateo de la postemporada. Impulsó la victoria de cinco carreras decisivas en un partido en el que se había adelantado los Mets y acabó 2-7.
Esa actuación hizo inútil el trabajo del lanzador de los Mets, el diestro Matt Harvey, que lanzó ocho mangas sin que los rivales pudieran anotar una sola carrera. A la novena, le robaron dos bases y el mánager del equipo, Terry Collins, le sustituyó por Jeurys Familia.
Los neoyorquinos habían perdido los dos primeros partidos, pero ganaron el tercero y eso dio esperanzas de que llegaran con vida al séptimo, que estaba previsto para este miércoles. Para Nueva York, el resultado es un jarro de agua fría, ya que hacía 15 años que los Mets no llegaban a dicha final. Se había desatado una locura por las entradas, que costaban un mínimo de 400 dólares. El alcalde Nueva York, Bill de Blasio, dijo el sábado que, con esa victoria lograda, la postemporada de los Mets podía generar un impacto económico de hasta 81 millones de dólares en la ciudad.