Luis Suárez, un año de goles

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DEPORTES

Luis Suárez, un año de goles

PAG 38Sigue entrando en el Camp Nou con su termo de mate y la cháchara a punto con Leo Messi. Sale a jugar bromeando con el astro y con Neymar, como si no llevara la camiseta de sus sueños, como si no fuera a disputar un partido de fútbol. Y continúa celebrando sus goles con tres besos en el pulgar, índice y corazón mientras pide un deseo. Aunque los anhelos de Luis Suárez son realidades constatadas. Hace un año, exactamente un año, celebraba su primer tanto oficial como azulgrana. Fue ante el APOEL de Nicosia en la Liga de Campeones. Ahora acumula 41 dianas y una puntería que recuerda a las canastas de las leyendas del baloncesto.

Parece que no está, pero de repente aparece. Desde la nada más absoluta, desde no se sabe dónde. Tras un combate de lucha libre americana con los defensas, coge impulso sin cinta elástica que valga y se lanza a por el gol. La temporada pasada fueron 24 las veces que acercó sus labios a sus dedos tras anotar en los 40 partidos disputados. En los 19 encuentros que lleva hasta la fecha ha celebrado 17 dianas, 10 de ellas en los últimos seis duelos, en los que ha festejado de forma consecutiva. Los números y el balón están de su parte. No en vano, es el máximo goleador azulgrana esta campaña.

393 MINUTOS INTERMINABLES

Cómo ha cambiado su panorama. Tras ingresar en la cuenta bancaria del Liverpool 81 millones de euros, tuvo que firmar sin ojos extraños, prácticamente en la clandestinidad. La FIFA acababa de sancionarle por el bocado a Giorgio Chiellini durante el Mundial, y por ese castigo sin el postre del fútbol se vio obligado a entrenar a unos cuantos kilómetros de distancia de la Ciutat Esportiva Joan Gamper, en un gimnasio de Sitges, a donde iba desde Castelldefels. Finalmente consiguió ejercitarse con el grupo, incluso disputar un encuentro amistoso con el filial ante la selección sub’19 de Indonesia en el que marcó. Y nada más.

De ahí la liberación. Su primer partido oficial fue ni más ni menos que ante el Real Madrid. Por fin lucía en público la camiseta de su infancia, la que le llevó a descender al juvenil cuando entrenaba con el primer equipo del Nacional única y exclusivamente para enfrentarse al Barcelona en la Punta Cup. Aquello ya iba en serio. Pero se puso en entredicho su forma física y su puntería. Estuvo un mes sin marcar, cinco partidos y 393 minutos interminables durante los envites que parecía horas. Fue desde el 25 de octubre de 2014 en el Santiago Bernabéu al 25 de noviembre de 2014 en Nicosia. Su primer gol de unos cuantos más.

Las casualidades han querido que venga de anotar en ese mismo escenario, el feudo de Chamartín, y que hoy se cumpla el primer aniversario de su primer gol azulgrana. Tipo familiar, ídolo de Gabriel Batistuta, llegó a ver partidos memorables del Barça en el Camp Nou, como aquel 5-0 de hace cinco años. Ahora, él es uno de los protagonistas del estadio.

‘ES UN IMÁN, ATRAE COSAS POSITIVAS’

¿Cuál ha sido su evolución durante este tiempo? «Es un jugador que parece que juega en el Barça desde hace muchos años, aunque lleva poco tiempo. Transmite con su trabajo muchísimas cosas. Es un jugador imán, atrae cosas positivas. Tiene claramente un instinto de intensidad de un nivel altísimo y si le suman la calidad que tiene, es vital para nosotros», responde Luis Enrique.

El protagonista de este texto es humilde cuando habla de su estado de forma, que le lleva a acumular las mismas cinco dianas que Robert Lewandowski, Cristiano Ronaldo, Artiom Dzyuba y Thomas Müller, máximos anotadores del torneo. «Sabemos que cada jugador que entra tiene que tratar de cumplir con las expectativas, con un gol o una asistencia. Lo importante es ayudar al equipo», admite, consciente de que las puntas del tenedor ofensivo del Barça son como aquella película de Disney: Tres caballeros… y amigos.

«Somos jugadores que estamos por el bien del equipo, por ayudar al Barcelona, no por el individualismo de ser mejor que el otro. Porque sabemos que Leo [Messi] es el mejor. Por eso es una alegría enorme que haya regresado. La gente esperaba que volviera para hacer feliz con el fútbol espectacular que hace». Modesto y goleador. Cómo ha cambiado su vida en un año. Un año de goles. (Fuente: EL MUNDO, ANDRÉS CORPAS)