Neymar Jr. y su escudero Luis Suárez

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DEPORTES

Neymar Jr. y su escudero Luis Suárez

 

PAG 28Todos hablan de Neymar Jr., el hombre del momento, capaz de llenar el vacío dejado por Lionel Messi en el juego del Barça, hazaña que parecía imposible. El brasileño tiene tantas virtudes futbolísticas que cuesta identificar la más destacada, pero si dejamos de lado el aspecto técnico, de sobra conocido, habrá que señalar su inteligencia, su compañerismo y su instinto competitivo.

La supuesta “messidependencia” del Barcelona es uno de los temas obligados de los comentaristas españoles, de modo que todos estuvieron pendientes de cómo reaccionarían los dos “peso pesados” del plantel, Neymar y Luis Suárez.

La respuesta ha sido más que positiva, pero lo del brasileño resulta particularmente brillante. Neymar y Suárez han marcado 13 goles por barba desde comienzos de temporada, y entre ambos llevan 20 de los 23 señalados por el Barça desde la lesión de su talismán argentino.

Messi sufrió una rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda el 26 de setiembre, al comienzo de un partido que el Barcelona ganó 2-1 a Las Palmas (ambos de Suárez). Los médicos indicaron una recuperación de ocho semanas.

El primer partido sin Messi, tres días después, pareció confirmar los temores: el Bayer Leverkusen jugó mejor en el Camp Nou, aunque finalmente cayó 2-1, con un golazo de Suárez completando la recuperación iniciada por Sergi Roberto. Neymar pasó relativamente inadvertido, dada su categoría.

Desde entonces ha jugado siete partidos, convirtiendo 10 goles y dando seis asistencias. En cinco de esos encuentros fue declarado el mejor del campo. Su recuperación comenzó el 3 de octubre, en el campo del Sevilla, donde marcó un gol, aunque el Barça cayó 2-1, acentuando el pesimismo de su gente.

En la jornada siguiente estuvo devastador, convirtiendo cuatro goles en el Barça 5-2 Rayo Vallecano, y desde entonces ha marcado otros cinco goles y dado cinco asistencias, culminando con una obra de arte ante el Villarreal.

Esta campaña ha impulsado al equipo al primer lugar de la tabla, desplazando a un Real Madrid que ante el Sevilla acusó la ausencia de Keylor Navas y el bajo rendimiento de Cristiano Ronaldo, cayendo derrotado por 3-2. (Algunos comentaristas españoles también responsabilizan al entrenador, Rafael Benítez, por dejar en el banquillo a James Rodríguez, cuyo ingreso en el segundo tiempo posibilitó el gol con que el Madrid maquilló el resultado.)

No es algo novedoso, pero conviene recordar que la inteligencia o capacidad cognitiva no se mide únicamente por el coeficiente intelectual, sino por la capacidad para comprender las motivaciones de otras personas (inteligencia interpersonal) y la trama de sensaciones propias (inteligencia intrapersonal).

Es obvio que Neymar Jr. tiene mucha de esta “inteligencia emocional”: llegó a Barcelona con las orejas zumbándole por los elogios del mayor país futbolístico del mundo, pero en vez de enfrentar al gallo del nuevo corral se hizo su amigo.

Dadas las rivalidades entre las principales naciones futbolísticas de Sudamérica, el entendimiento y la buena relación entre Messi, Neymar y Suárez son dignas de estudio, porque no se limitan al campo de juego.

Esta situación habla bien de los tres personajes. Resulta evidente que tanto Neymar como Suárez se esmeran en cultivar la relación con Messi: en las últimas semanas ambos han declarado en más de una oportunidad que “no han hecho olvidar a Messi”, porque “Messi es el mejor” y cosas por el estilo.

Esto sugiere un intento deliberado de cuidar la relación en un momento crítico, porque existe la posibilidad de que el macho alfa residente sienta amenazado su lugar en la manada si sus reemplazantes tienen éxito en el liderazgo.

Pocos recuerdan ahora la advertencia de Johan Cruyff cuando llegó Neymar: el gurú del resurgimiento culé dijo en su momento que el club debía vender a Messi si quería conservar al brasileño, porque en el vestuario no habría lugar para dos cracks.

Desde entonces se ha visto que hay lugar no sólo para dos, sino también para tres cracks, algo que debe anotarse como mérito de los jugadores antes que de la institución, los técnicos o los dirigentes. (Fuente: BBC Mundo)