Un año de Trump sobre inmigración

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OPINION

“Cuando México envía a su gente, no está enviando a los mejores… Traen drogas. Traen delincuencia. Son violadores. Y algunos, asumo, son buenas personas”: Donald Trump, durante el discurso en que anunció su campaña presidencial en junio de 2015

  “¿Creen que el país nos está dando a su mejor gente? No… Nos dan a su peor gente”: Donald Trump, en referencia al programa de lotería de visas en diciembre de 2017.

Como nos recuerdan estas dos citas, y como ha sido evidente en el primer año de su gobierno, los ataques de Donald Trump contra los inmigrantes y contra “el otro” han sido el rasgo fundamental y definitorio tanto de su candidatura como de su presidencia. Al acercarnos al final del primer año de su presidencia, ofrecemos el siguiente resumen de sus acciones en torno a la inmigración: la visión radical de su gobierno; la cruel implementación de su agenda de la que hemos sido testigos; y la resistencia nacional que ofrece una poderosa y esperanzadora contraposición a la oscura versión que de Estados Unidos tiene el gobierno de Trump.

 

LA VISIÓN RADICAL

A partir de la dirección del presidente Trump, y con la guía de funcionarios y consejeros como Jeff Sessions, John Kelly y Stephen Miller, el actual gobierno ha impulsado una visión radical que busca deshacerse y mantener fuera a inmigrantes y refugiados, con el fin de revertir la diversificación demográfica de Estados Unidos. Una serie de memos, prácticas y comentarios del gobierno de Trump hacen explícito que su visión sobre la aplicación de la ley inmigratoria es deportar o excluir a todos y cada uno de los que pueda. Tomemos en cuenta lo siguiente:

La acción ejecutiva de Trump sobre la aplicación de la ley interior. Los detalles de esta acción ejecutiva dejan en claro que los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos están en riesgo de deportación. Incluso Breitbart estuvo de acuerdo en esto, haciendo notar que las órdenes ejecutivas de Trump en inmigración son “mucho más amplias de lo esperado”, y afirmando que las principales medidas sobre deportación “están escondidas en los detalles”.

Memos de implementación de la ley inmigratoria del DHS. Divulgados en febrero, en estos memos del DHS se admite que “no eximirán clases o categorías de extranjeros removibles de la potencial aplicación de la ley”. Igualmente, en un memo de febrero de ICE se afirmó que “efectivo inmediatamente, agentes de ERO aplicarán la ley contra todos los extranjeros removibles que se encuentren en el curso de sus funciones”. En diciembre, el director de ICE, Thomas Homan, afirmó a Associated Press: “El presidente lo dejó bien claro en sus órdenes ejecutivas: nadie está a salvo. Si estás en el país ilegalmente, te buscaremos y te aprehenderemos”.

Falsas aseveraciones sobre no tener poderes discrecionales en casos individuales de deportación. Cuando fungía como secretario del DHS, John Kelly afirmó falsamente que no tenía facultades discrecionales para intervenir en casos individuales de deportación. Esta combinación —la intensificación de la aplicación indiscriminada de la ley y la inexacta aseveración de Kelly de que “mis manos están atadas” — significa que las deportaciones han sido decididamente radicales e indiscriminadas en su diseño.

Depender de “redadas silenciosas”. El gobierno ha convertido en práctica el perseguir a los inmigrantes indocumentados más fáciles de localizar —los que anteriormente eran considerados de “baja prioridad” que se presentaban a citas de rutina en oficinas de ICE y otros departamentos del DHS (una práctica que hemos considerado como “redadas silenciosas”), y a quienes atendían audiencias en los juzgados de nuestra nación.

 

LA CRUEL IMPLEMENTACIÓN

A nuestro nombre y con nuestros impuestos, el gobierno de Trump se ha empeñado en una operación masiva para sembrar miedo y separar familias, deportando a tanta gente como sea posible. El tiempo que los inmigrantes han vivido en Estados Unidos, su historial de contribuciones, su apoyo a niños ciudadanos estadounidenses y el no tener antecedentes penales ya no importan.

Los arrestos de ICE de inmigrantes sin antecedentes penales se han duplicado con Trump y en general las “remociones interiores” –frase que abarca deportaciones lejos de la frontera– se elevaron 37 por ciento en comparación con el año anterior.

Estas estadísticas captan solamente una parte del alarmante plan que ha sido puesto en práctica. Además, el gobierno ha:

Impuesto una prohibición a millones de musulmanes; Terminado DACA y sumido a unos 800,000 jóvenes inmigrantes en una crisis que aún no ha sido resuelta por el Congreso, a pesar de la urgente necesidad; Eliminado prioridades de aplicación de la ley migratoria y ha deportado a inmigrantes establecidos desde hace mucho tiempo, independientemente de su patrimonio;

Realizado “redadas silenciosas” en contra de inmigrantes que han respetado la ley y se han reportado regularmente con el gobierno.

Aniquilado protecciones para menores centroamericanos que huyen de la violencia; Recortado la admisión de refugiados; Usado el espectro de la delincuencia para llevar a cabo redadas radicales en contra de la juventud inmigrante; Buscado castigar a jurisdicciones locales más interesadas en la seguridad pública que en ayudar y en ser cómplices de la deportación masiva; Tratado de recortar la inmigración legal de distintas formas; Desmantelado las protecciones para 300,000 beneficiarios de TPS de naciones que no están en condiciones de aceptar su retorno; y solicitado billones de nuevos dólares para un muro fronterizo, agentes de deportación y centros de detención.

Por supuesto que es gente real y son familias reales las perjudicadas por las políticas antes mencionadas que llevan devastación a los hogares, en una forma que las estadísticas y los resúmenes de dichas políticas no pueden mostrar. Desafortunadamente, hay bastantes historias desgarradoras de familias separadas por el extremismo inmigratorio de Trump este año.

A pesar de las alarmantes políticas puestas en práctica y las desgarradoras historias de las familias y vidas afectadas, este año también ha demostrado que millones de estadounidenses están en franco desacuerdo con el gobierno de Trump en este tema. Se están volviendo activos de nuevas formas, defendiendo a los inmigrantes y en favor de un Estados Unidos más incluyente y receptivo.

Como demuestran las recientes elecciones en Virginia y Alabama, quienes luchan por una visión incluyente de los inmigrantes en Estados Unidos se movilizan y avanzan. Ha sido un año sumamente difícil para los inmigrantes y los refugiados, pero creemos que en algún momento el justo, compasivo y buen corazón de Estados Unidos prevalecerá. (por: americasvoice.org)