DEPORTES
La Copa Mundial de la FIFA siempre ha ejercido una poderosa influencia en muchos aspectos de la sociedad de los países anfitriones, y Rusia no es una excepción. A poco más de cuatro meses para el comienzo del campeonato, el escenario que albergará el partido inaugural y la final de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™ ha recibido el certificado final por haber superado los requisitos de la normativa internacional verde BREEAM.
Certificar los estadios conforme a normas sostenibles es un objetivo importante para los organizadores del certamen: construir estadios deportivos conforme a la ‘normativa verde’ no sólo reduce su impacto sobre el medioambiente, sino que también, en gran medida, determina los hábitos en el futuro, incluida una reducción en el uso de agua y energía.
El estadio Luzhniki, que el pasado noviembre albergó su primer encuentro tras una exhaustiva remodelación recibiendo a las selecciones de Rusia y Argentina, ha pasado por un ciclo completo de certificación desde el diseño hasta la construcción.
Las decisiones relativas a la construcción verde y la eficiencia medioambiental de la instalación se incorporaron al proyecto desde sus fases iniciales.
EL LUZHNIKI: UN ESTADIO VERDE
El ahorro energético en el estadio Luzhniki se consigue mediante modernos sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, así como reuniendo todos los servicios esenciales en un sistema central automatizado. Ello permitirá realizar un completo seguimiento y control de cuánta energía está consumiendo el edificio.
Utilizar luces LED en vez de luces incandescentes ahorrará una cantidad considerable de electricidad. La iluminación exterior del estadio también se instaló utilizando estrategias de ahorro eléctrico.
La tecnología de ahorro de agua en el estadio permitirá que se ahorren cientos de miles de litros durante un partido que se desarrolle con plena capacidad operativa.
Los grandes espacios verdes y los numerosos árboles que ya había en los terrenos circundantes se conservaron durante la reconstrucción, al tiempo que se añadía aún más vegetación. Según los responsables del estadio, se plantaron 1.050 árboles y arbustos, y se colocaron 15.700 metros cuadrados de parterres.
Aparte del Luzhniki, otros dos estadios mundialistas se han sometido a certificación conforme a normas sostenibles. En enero, el estadio del Spartak, también en Moscú, recibió su certificado final ‘BREEAM en uso’ con la puntuación de ‘Bueno’. La instalación moscovita está rodeada por amplios espacios verdes, y su suministro energético lo regulan eficazmente diversos sistemas de gestión, que garantizan el ahorro de importantes recursos.
El Kazán Arena ha recibido la puntuación de ‘Plata’ en su certificado final de la normativa “RUSO. Los Estadios de Fútbol”, que se creó en el marco de la preparación del Mundial de 2018, para cumplir el requisito obligatorio de la FIFA sobre la certificación verde de los estadios de fútbol utilizados en el campeonato. (Con datos de fifa.com)