Conozco un doctor dueño de varias clínicas quiroprácticas y otros negocios. Un hombre acaudalado y aficionado a los autos. En su estacionamiento encuentras desde un BMW i8 (que hace tiempo trata de vender sin encontrar comprador) un Porche 911 o una camioneta de tamaño completo.
La camioneta de marras es una Toyota Tundra, que ha mantenido ya por algunos años. Le he preguntado sobre el por qué no la ha cambiado, y su respuesta, aunque quizá extraña para algunos,
puede resumir en cortas palabras la razón por la cual tantos dueños de estas camionetas las idolatran: “es una bestia aprueba de balas”.
Luego de cinco años, una Toyota Tundra se deprecia solo en un 35.9%. En comparación la Ford F-150 pierde casi un 47%. Es sabido que como el afortunado doctor que conozco, otros tantos miles de dueños de estas camionetas de Toyota las mantienen por muchos años, razón quizás por la que el fabricante cambia poco en ellas, especialmente en la Tundra, que se mantiene sin alteraciones significativas desde el 2014 y la actual generación data del 2007, lo que en “años automotrices” sería algo así como un milenio.
Esta quizá también sea la razón por la que, aunque amada, la Tundra no ha podido hacer mella entre los tres grandes de Detroit.
DESDE AFUERA Y POR DENTRO
Para el 2021, los pocos cambios en la Tundra incluyen nuevas ediciones especiales Nightshade y Trail, que son en su mayoría cambios visuales. El resto de las versiones conservan con las mismas formas básicas que se usan desde antaño. A pesar de esto, Toyota conjuga todos los ingredientes para hacer una camioneta atractiva, con grandes ruedas, una parrilla voluminosa, grandes parachoques cromados y un extenso nombre estampado en el portón trasero.
El próximo año puede que traiga la esperada renovación a la camioneta, con nueva plataforma, motor y suspensión, pero en apariencia no se esperan extensos cambios.
En el interior un tablero ancho sin muchos rasgos distintivos nos recibe. La cabina es funcional, pero se nota que lleva tiempo sin rediseñarse, con un estilo que dista de los contrincantes más modernos. Los compartimientos para almacenaje son amplios, incluido el de la consola central que bien pudiera acomodar una computadora portátil. La mayoría de los plásticos interiores son duros al tacto, aunque los plásticos del salpicadero y de las puertas tienen una textura agradable. Nada que objetar aquí pues al final, hablamos de un vehículo para trabajos fuertes.
Los que busquen algo más de elegancia y lujo podrían elegir el tope de gama 1794 Edition, llamada así por el rancho donde Toyota construyó la planta que produce las camionetas, en las afueras de San Antonio Texas.
EQUIPAMIENTO Y SEGURIDAD
La Tundra 2021 tiene más características de seguridad estándar que la mayoría de sus competidores y no es el único modelo de Toyota con esa virtud. El fabricante ha tomado la seguridad en sus autos con rigor, y es algo que el consumidor agradece. Advertencia de colisión frontal con detección de peatones y frenado automático de emergencia, advertencia de salida de carril, control de crucero adaptativo, cambio de luz alta automático y una cámara trasera vienen en todas las Tundras.
De forma opcional puede encontrar sensores de estacionamiento, monitor de punto ciego y alerta de tráfico cruzando en la parte posterior. Los frenos de disco en las cuatro ruedas con control de
estabilidad también son estándar, aunque no es una camioneta que destaque en distancia de frenado.
La Tundra 2021 también cuenta con programación estándar de control de balanceo del remolque. El controlador de freno del remolque permite al conductor administrar la cantidad de impulso de frenado aplicado a los frenos eléctricos de este cuando el conductor aplica los frenos del vehículo.
El sistema de información y entretenimiento de la Tundra es tolerable, funciona de manera adecuada y receptiva, pero no es intuitivo. Los niveles de equipamiento más altos tienen un paquete avanzado que agrega más altavoces para el sistema de audio, así como navegación integrada.
Apple carplay y Android Auto han sido incorporados recientemente, haciendo que el sistema sea más moderno y fácil de usar. En nuestra prueba con Android casi todo trabajó con normalidad, y solo algunas incomodidades con la aplicación TuneIn fueron manifestadas.
EN LA CARRETERA
En comparación con los trenes de poder más nuevos y avanzados, el motor y la transmisión de la Tundra son prehistóricos. El motor V-8 de 5.7 litros y 381 caballos de fuerza es el único disponible, otra de las desventajas frente a productos de la competencia que como la Ford F-150, que tiene 6 opciones de motor diferentes.
A pesar de su senectud, este motor se siente lleno de vida. Los 6.7 segundos que necesita la Toyota tundra para alcanzar las 60 millas o 94 kilómetros lo demuestra, y lo colocan entre las mejores de su clase en la categoría. La transmisión de seis velocidades también enseña el paso del tiempo. Los competidores utilizan transmisiones de 10 velocidades que garantizan una mejor economía de combustible. Con 15 millas por galón o 15.68 litros cada 100km de rendimiento en manejo combinado, la Toyota Tundra es la menos eficiente del sector.
La capacidad de remolque y carga también son algo reducidos. Puede remolcar hasta 10,200 libras (4,626 kilogramos) y cargar 1,730 libras (785 kilos) lo que coloca a la Toyota Tundra por debajo de casi todos sus competidores.
Incluso para los estándares de las camionetas grandes, el manejo y la calidad de conducción de la Tundra dejan margen para mejora. La suspensión deja pasar a la cabina las imperfecciones de la carretera, especialmente las más grandes. El manejo inspira poco y su tamaño hace que la maniobrabilidad sea un desafío en lugares estrechos.
Por suerte, la próxima versión de la Toyota Tundra 2022 posiblemente cambie a la nueva plataforma TNGA-F o “Toyota New Global Architecture-F” lo que permitirá cambios sustanciales que mejoraran no solo la calidad y comodidad de marcha, si no la capacidad de carga y remolque, al aligerar el peso de la camioneta.
Para los que prefieren las aventuras en el fango y los terrenos poco accesibles, Toyota destina la Tundra TRD Pro, con tracción estándar en las 4 ruedas, ganchos de remolque delanteros, una placa protectora bajo el motor y amortiguadores mejorados que facilitarán la tarea.
PARA ESCOGER
La Tundra viene en seis versiones diferentes: SR, SR5, Limited, TRD Pro, Platinum y 1794 Edition. Antes de que elija uno de estos terminados debe decidir qué tipo de cabina y cama desea, ya que no todos ofrecen ambos estilos de cabina (Doble o de tripulación) o las tres longitudes de cama. Agregar tracción en las cuatro ruedas le costará unos $ 3,000 dólares adicionales, excepto en la Tundra TRD Pro, que viene de serie con ella.
La 2021 Tundra más barata comienza en los $33,675 y es la SR. Le siguen la SR5 por $35,365, Limited en los $42,390 y la TRD Pro que comienza en los $48,775. Los dos acabados más lujosos, Platinum y Tundra 1794 Edition, se mueven ambas en la cercanía de los $ 49.000 dólares.
Competencia no hay mucha en el sector de las camionetas de tamaño completo. Dominan el escenario Ford con la F-150, General Motors y sus Silverado y Sierra 1500 y RAM, que le ha sacado un susto tremendo a General Motors con solidas ventas de sus camionetas. Nissan también tiene un vehículo en esta categoría, la Nissan Titan que como la Toyota Tundra permanecen muy rezagadas de las “tres grandes” de Detroit.
CONCLUYENDO
Como un nadador practicando apnea bajo el agua sin sacar la cabeza para respirar, Toyota ha mantenido por años inamovible en su esencia a su única camioneta de ½ tonelada. Sus virtudes son evidentes, como también lo es su contraste con productos renovados de la competencia.
Por años he escuchado los rumores sobre una nueva generación, y al parecer ahora más que nunca, “cuando el río suena”, nuevas 2022 Toyota Tundra trae. Roger Rivero es un periodista independiente, miembro de NAHJ, la Asociación nacional de periodistas Hispaños y de NWAPA, la Asociación de periodistas automovilísticos del noroeste. Los vehículos son proporcionados por los fabricantes como préstamo por una semana para fines de la reseña. De ninguna manera los fabricantes controlan el contenido de los comentarios.