En un recorrido por publicaciones de varios medios de comunicación, que usan como fuentes datos de la Policía Nacional Civil, es posible constatar que en días cercanos a cada evento electoral los índices de homicidios se incrementan, en una clara señal de que hay intereses oscuros de por medio que buscan incidir en los resultados electorales.
Semanas previas a los comicios del 28 de febrero no son la excepción. Varios hechos de sangre se vienen contabilizando desde hace días. Este viernes no se escapa, incluso fue asesinado un motorista de la Policía Nacional Civil (PNC).
Este tipo de ataque se han dado en las últimas seis elecciones, tal como lo registran notas periodísticas de diversos medios. A esto se suma que sectores políticos de oposición han comenzado a vender la idea de que el Plan Control Territorial está fracasando, pese a que sus resultados han sido innegables.
Los datos periodísticos advierten que, para las elecciones presidenciales del 3 de febrero de 2019, entre el 12 y 15 de enero se dieron una serie de ataques armados contra miembros de la fuerza pública, tal como ha sucedido este viernes. Solo el lunes 14 de ese mismo mes y año se reportaron 26 salvadoreños asesinados.
Mientras, en las semanas previas a las elecciones municipales y legislativas del 4 de marzo de 2018, se reportó un nuevo repunte de homicidios. Durante los primeros 20 días de enero de 2018, fueron registrados 209 hechos de sangre, cifra que reflejó un aumento de 37 casos en comparación al mismo período de 2017. Ese mes superó las 300 muertes violentas.
De igual forma, en el proceso electoral para elegir alcaldes y diputados del 1 de marzo de 2015, días antes de los comicios se contabilizaban 10 homicidios diarios. Un triple asesinato y tres dobles crímenes fueron parte de los hechos ocurridos entre el 25 y 26 de febrero.
En tanto, para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 9 de marzo 2014, también las autoridades policiales registraron previo a los comicios un repunte de los asesinatos que alcanzó los 8 diarios. Entre los días 14, 15 y 16 de febrero se contabilizaron 43 hechos. Solo el domingo 16 de febrero murieron 30 personas.
El único evento electoral donde no se registró este fenómeno fue en las legislativas de 2012, pero ello se debió a la tregua entre pandillas que impulsó el Gobierno de Mauricio Funes, quien negoció beneficios con estos grupos criminales a cambio de respetar la vida de los salvadoreños.
Finalmente, en los días previos a los comicios presidenciales y legislativos del 15 de marzo de 2009, se reportó un repunte del 37 % en los asesinatos en comparación a los ocurridos en 2008.