Este sábado 22 de enero fueron beatificados dos sacerdotes y dos laicos que fueron asesinados por miembros de escuadrones de la muerte en la época de la guerra, por considerarlos contrarios a la política del gobierno en turno.
El evento se llevó a cabo en la Plaza Divino Salvador del Mundo, que fue adornada con un estilo campesino en honor de los mártires, que siempre estuvieron de lado de los desprotegidos. La ceremonia fue presidida por el cardenal, Gregorio Rosa Chávez, en representación del papa Francisco.
“Nuestros mártires pueden ayudarnos a recuperar la memoria y la esperanza para que no renunciemos al sueño de un país reconciliado y en paz, un país como lo quiere Dios: Justo, fraterno y solidario”, dijo el prelado en su alocución.
Los sacerdotes Rutilio Grande, de El Salvador, y Cosme Spessoto, de Italia, fueron acribillados a balazos por escuadrones de la muerte en 1977 y 1980, respectivamente.
Rutilio Grande falleció en El Paisnal, al norte del departamento de San Salvador, en los momentos que regresaba a su pueblo natal. Junto a Grande también murieron Manuel Solórzano, de 72 años y Nelson Lemus, de 15, quienes fueron beatificados este sábado.
Cosme Spessoto, fue asesinado dentro de una iglesia de San Juan Nonualco, en el departamento de La Paz, donde era Párroco.
A la ceremonia asistieron miles de personas, entre invitados especiales, feligresía católica, diputados, el alcalde de San Salvador, el vicepresidente de la República, Félix Ulloa y demás funcionario de Gobierno.
En El Paisnal, sus pobladores realizaron diversas actividades para festejar la beatificación del padre “Tilo” como era reconocido en dicho lugar y siguieron la ceremonia por televisión. Más temprano un mariachi dedicó varias canciones a los beatos.
En los alrededores de la Plaza Salvador del Mundo, vendedores ofrecieron diversos productos con imágenes de los ahora beatos, como también agua y comida rápida.
