Por: Gustavo Rico
En el Mundial de Brasil de 1950, la FIFA comenzó a asignar un número a cada jugador para ser reconocido; para el Mundial de Suiza en 1954, cada dorsal asignado era un número fijo para cada jugador durante todo el torneo, y debía ser del uno al once, que son los jugadores en cancha.
En el Mundial de Suecia de 1958, la Selección de Brasil se le olvidó mandar a la FIFA en su listado de jugadores, el número asignado a cada jugador: entonces el uruguayo Lorenzo Villizio, miembro del Comité Organizador de la Federación Internacional, asignó al azar el número de cada jugador de la selección verdeamarela, así se le asignó el número 10 a un joven de 17 años de nombre Edson Arantes do Nascimento, al cual se le conocería en el futuro como Pelé.
Y luego de los tres triunfos de la Copa Mundial, con la canarinha, se le bautizaría en los medios del planeta como el Rey Pelé o simplemente O Rei: único 10 que ha ganado tres títulos mundiales y se le considera el mejor 10 del mundo, y eso que llegó al mundial como jugador suplente.
HENDRIK JOHANNES CRUYFF
Así el número 10 fue pasando de camiseta en camiseta como una medalla eterna que le dice a la tribuna quién es el mejor jugador en cancha… A pesar de ello, en la foto no aparece quién para mí es el mejor jugador del mundo, simplemente porque no usaba el número 10: Hendrik Johannes Cruyff usaba el 9 y el 14.
Aquel mítico capitán de la temida selección de Holanda conocida como La Naranja Mecánica, él pudo haber sido el primer jugador en levantar una Copa del Mundo de su país, pero se rehusó a jugar el Mundial Argentina 1978, porque el país estaba regido por la dictadura del General Videla, a quién se le acusa de estar detrás de los resultados de dicho Mundial del Mundo.
La versión oficial de la no participación de Johannes Cruyff en dicho mundial es esa, que se rehusó por no querer jugar bajo una dictadura; pero lo que pocos saben es que su familia sufrió un intento de secuestro en Barcelona en vísperas al Mundial, Hendrik Johannes Cruyff vivía en Barcelona con su esposa e hijos, ya que militaba para el equipo azulgrana, (su primer equipo fue el Ajax).
Aunque nunca se hizo público que el intento de secuestro estuviera relacionado con su participación en el Mundial de Argentina, las coincidencias son muy altas.
Johannes Cruyff no jugó el Mundial de Argentina, aun así, La Naranja Mecánica llegó a jugar la final con el anfitrión del Mundial de 1978, y en donde el equipo anfitrión se coronó campeón del Mundo.
Para que Argentina llegará a jugar la final del mundial debía saber el resultado del partido entre Brasil contra Polonia, y como los partidos se juegan al mismo tiempo en eliminatorias, el partido entre Polonia y Brasil se jugó antes que el muy cuestionado Argentina contra Perú, pero bajo excusas raras y reclamos de la Selección brasileña, así se jugaron ambos partidos que decidiría quién jugaría la final contra los holandeses.
El partido de la verdeamarela contra Polonia se realizó antes que el de Argentina contra Perú, y así Argentina supo que debía ganarle a Perú por más de 4 goles para poder avanzar a la final, y quitarle la oportunidad de Brasil de jugar la final contra Holanda por la diferencia de goles, al final, cómo era de esperarse, Argentina le ganó 6 a 0 a Perú.
La peor parte se la llevaron algunos jugadores del Perú en el futuro: luego del Mundial algunos jugadores debieron huir del país por el constante y violento ataque de sus ciudadanos que les gritaban en la calle: “traidores y vendidos”, ya que todo apunta que el partido fue arreglado, incluso el arquero del Perú era argentino, y ese día se convirtió en coladera de pelotas, aún puede buscarse el partido en plataformas como Youtube.
Como dato curioso; Cruyff impregnó en el Barcelona ese ADN de la Naranja Mecánica cuando luego de jugador pasó a Técnico, ADN que aún se usa en el equipo catalán. Cómo buen católico Johannes Cruyff bautizó a su hijo con el nombre de Jordi, nombre que lleva el Santo Patrono de Barcelona: Saint Jordi, pero cómo Cataluña ha estado gobernada o regida por la Esquerra Republicana desde casi siempre, los nombres católicos estaban prohibidos, porque el gobierno de izquierda tomaba como ofensivo todo lo que fuera católico, o relativo a la Corona Española, etc. Actualmente el hablar en idioma español está mal visto… Así que Johannes Cruyff tuvo que bautizar y registrar a su hijo en Holanda.
Luego en el Mundial de México de 1986, otro número 10 nacería y haría historia, él mismo levantaría la Copa Jules Rimet de oro entre el estallido de aplausos en el colosal estadio Azteca de la ciudad de México, era Diego Armando Maradona con la albiceleste y su enorme 10 en la espalda que nunca lo abandonaría a lo largo de su vida deportiva. Así el fútbol. Para adornar la nota, un arte de la página GOAL.