37 años que los tripulantes del Challenger volaron para siempre

0
524
Astronautas que murieron en el transbordador Challenger Christa McAuliffe, Francis (Dick) Scobee, Michael Smith, Gregorio Jarvis, Ellison Onizuka, Judith Resnik y Ronald McNair.

Este 28 de enero se cumplen 37 años en que los tripulantes del transbordador espacial Challenger volaron al cielo para quedarse para siempre ante la presencia de Dios. La cuenta regresiva inició segundos antes que el reloj marcara las 11:38 de la mañana en Cabo Cañaveral, de Florida en los Estados Unidos, donde la nave despegaba y 73 segundos después explotó en mil pedazos.

Los siete astronautas y entre ellos la profesora de la escuela intermedia de New Hampshire S., Christa McAuliffe, murieron por falta de oxígeno antes del impacto porque no usaban trajes presurizados. Las otras víctimas fueron identificadas como el comandante, Francis (Dick) Scobee; piloto, Michael Smith; el ingeniero de Hughes Aircraft, Gregorio Jarvis; los especialistas en misiones Ellison Onizuka, Judith Resnik y Ronald McNair.

Ese 28 de enero de 1986 el mundo quedó horrorizado al ver las imágenes en televisión donde se veía como el transbordador espacial Challenger estallaba y sus tripulantes se veían frente a frente con Dios.

En su discurso a la nación la noche posterior al accidente, el presidente Ronald Reagan elogió a la tripulación del Challenger. Citando al aviador y poeta John Gillespie Magee, dijo: “Nunca los olvidaremos, ni la última vez que los vimos, esta mañana, mientras se preparaban para su viaje y se despidieron y ‘desprendieron las amarras ataduras de la tierra’ para ‘tocar el Rostro de Dios’”.

La noche anterior al lanzamiento, el centro de Florida fue barrido por una fuerte ola de frío que depositó una gruesa capa de hielo en la plataforma de lanzamiento. El día del lanzamiento, 28 de enero, el despegue se retrasó hasta las 11:38 de la mañana. Todo parecía normal hasta que el vehículo salió de “Max-Q”, el período de mayor presión aerodinámica. El control de la misión le dijo a Scobee: “Challenger, vaya con el acelerador a fondo”, y segundos después la nave desapareció en una explosión solo 73 segundos después del despegue, a una altitud de 14.000 metros (46.000 pies).

En la historia de las misiones espaciales de la NASA nunca se había incluido a dos mujeres en una. Ese año se perfilaba como el más ambicioso hasta ahora para el Programa del Transbordador Espacial de la NASA. Los planes de la agencia requerían hasta 15 misiones, incluido el primer vuelo desde el sitio de lanzamiento de la Costa Oeste en la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg en California.

Otras misiones importantes incluyeron el lanzamiento de dos naves espaciales planetarias con ventanas de lanzamiento muy estrechas, una misión de astronomía para estudiar el cometa Halley y el lanzamiento del telescopio espacial Hubble. La primera misión de 1986, STS-61C, retrasada desde diciembre de 1985, voló entre el 12 y el 18 de enero. El siguiente vuelo, designado STS-51L, marcó el 25 en el programa y el 10 para el transbordador espacial Challenger.

Durante la misión de seis días, la tripulación de siete miembros debe desplegar un gran satélite de comunicaciones, desplegar y recuperar una carga útil de astronomía para estudiar la cometa Halley, y el primer maestro en el espacio impartiría lecciones para escolares desde la órbita.

Por medio del programa “Forever Remembered”, se hace una exhibición colaborativa entre la NASA y las familias de los astronautas perdidos en los accidentes del Challenger y Columbia, por lo que se inauguró un monumento en el Complejo de Visitantes de KSC en 2015.

Con el monumento se rinde homenaje a las tripulaciones, rinde homenaje a la nave espacial y enfatiza la importancia de aprendiendo del pasado. Las exhibiciones incluyen pertenencias personales de cada uno de los miembros de la tripulación y piezas recuperadas tanto del Challenger como del Columbia. También en el Complejo de Visitantes de KSC, están los nombres de los siete astronautas perdidos en el accidente del Challenger están grabados en el Space Mirror Memorial.

Para honrar a los astronautas perdidos en el accidente del Challenger, así como los perdidos en el incendio del Apolo 1 y el accidente del Columbia, todos los años, a finales de enero, la NASA celebra un Día del Recuerdo. El día que permite a los empleados de la NASA reflexionar no solo sobre las vidas perdidas, sino también sobre las circunstancias que llevaron a los accidentes y los cambios resultantes en las operaciones y la cultura de seguridad de la NASA.

También es un momento para reflexionar y garantizar que todos los empleados hagan todo lo posible para evitar futuras tragedias a través de una mayor cultura de seguridad y excelencia.