Murió el exasesor de seguridad nacional de la Presidencia de la República, Jorge Alejandro Muyshondt Álvarez, en una de las camas del Hospital Nacional Saldaña, localizado en el área de Los Planes de Renderos, de San Salvador, donde llegó con quebrantos de salud que al final terminaron con su vida y con ello, se llevó a la eternidad una serie de información privilegiada que podría haber revolucionado la historia salvadoreña.
La mañana de este jueves, los padres de Muyshondt Álvarez recibieron la fatal noticia de la muerte de su hijo. Fue una notificación de la Fiscalía General de la República (FGR) de San Marcos, departamento de San Salvador, que les hacía oficial la muerte del exfuncionario del gobierno del presidente de la República, Nayib Bukele Ortez.
El “Chele”, como era conocido en su círculo más cercano, murió a las 20:10 de la noche del miércoles 7 de febrero, según se detalla en el informe de Medicina Legal doctor Roberto Masferrer, expediente A24-210. Ahí se dice que la causa de su deceso fue por un EDEMA PULMONAR como una posible (CAUSA PRELIMINAR y que está PENDIENTE DE ESTUDIO); sin embargo, y de forma no oficial, se había comunicado que el año pasado, Alejandro había sufrido un accidente cerebro vascular y que se recuperaba de forma satisfactoria.
Siempre se le veía como un hombre saludable, rudo, de carácter fuerte, de esos de “mecha corta” o de armas tomar, sin embargo, al tratarlo demostraba que era amable y tratable, solo que a los corruptos y delincuentes les tenía que temblar las piernas porque siempre los tuvo en la mira exponiéndolos en su cuenta de X y otras redes, sin importar las consecuencias que le pudieran derivar al señalar a políticos y empresario que estaban envueltos en situaciones al margen de la ley.
Posiblemente, en más de una ocasión fue utilizado por algún político o empresario para dañar a otro, por lo que le filtraron documentos para que él pudiera hacer las denuncias pertinentes.
Alejandro Muyshondt fue detenido el 9 de agosto del año pasado y acusado de ser un “doble agente” desde el 2019, lo ubican en filtrar información al expresidente Mauricio Funes y de alertarlo para que huyera a Nicaragua porque ya tenía orden de captura.
El último caso en que se involucró Muyshondt Álvarez, fue al señalar de narcotráfico al diputado de Nuevas Ideas por el departamento de La Libertad, Erick García, quien guarda prisión por el delito de falsedad ideológica y por lo cual fue enviado a juicio.
Alejandro Muyshondt reveló audios donde el parlamentario García aceptó una negociación ficticia de aproximadamente 90 mil dólares antes de ser diputado y cuyo delito podría ser tipificado de lavado de dinero, ya que él, sin tener recursos y vivir en la casa de sus padres, firmó un documento ante un notario de haber prestado ese monto a otra persona y por lo que recibiría 6 mil dólares mensuales.
En esa plática que Muyshondt sostuvo con García, también estuvo presente la diputada cyan por el departamento de La Libertad, Rebeca Santos, que con un lenguaje “coloquial” le daba consejos al diputado García, sobre lo que debería hacer para evitar enfrentar la justicia.
Días después, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) capturaron al exasesor de seguridad nacional de la Presidencia de la República y luego el presidente Nayib Bukele Ortez, manifestó que personal del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) le investigó y determinó que era un doble agente desde 2019.
Cheques de sobresueldo
En el 2018, Alejandro Muyshondt dio a conocer una serie de fotografías donde se daba a conocer los sobresueldos que recibieron funcionarios del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y por lo que fueron citados a declarar a la Asamblea Legislativa.
En su oportunidad manifestó: “Es un dedo en la llaga del partido ARENA”.
“Hoy no lo pueden negar”, dijo Muyshondt en su página web, al presentar recibos originales. Muchos de los señalados abanderaban estar en contra de la corrupción y el despilfarro.
Uno de ellos era Ana Vilma de Escobar, exvicepresidenta de la República y luego diputada. Ella figuraba en el listado de Alejandro Muyshondt con una “bonificación” mensual 10 mil dólares.
Otros exfuncionarios señalados fueron la viceministra de Comercio e Industria y exmiembro del Consejo Directivo del CNR, Blanca Imelda Jaco, con $8,000; el exviceministro de Tecnología Carlos Benjamín Orozco, con $4,000; el exviceministro de Obras Públicas, Carlos José Guerrero, con $7,000; el exministro de Medio Ambiente, Enrique Oñate Muyshondt, con $3,000; la exministra de Educación, Evelyn Jacir de Lovo, ella recibía $10,00 y Gino Rolando Bettaglio, del CNR, recibía $4,000.
También el exministro de Medio Ambiente, Hugo Barrera, él tenía un sobresueldo de $7,000; el exviceministro de Agricultura y Ganadería, José Emilio Suadi, recibía $4,000; el exsecretario Jurídico de CAPRES, Luis Mario Rodríguez, recibía $8,000; el exministro de Relaciones Exteriores, Francisco Laínez, recibía $10,000 y $15,000; el exviceministro de Vivienda, René Escolán, recibía $7,000; el exembajador en el Vaticano, Roberto Simán, le entregaban $6,000; el exministro Consejero en El Vaticano, Rogelio Milla, recibía $2,500 y la directora de la Comisión Nacional de Desarrollo, Sandra de Barraza, recibió $29,685 al año, entre otros.
Todos esos señalamientos le agenciaron enemigos en esta y en la otra vida. Ahora hace falta saber si la información que manejaba Alejandro Muyshondt de repente se active desde “el más allá” en redes sociales y golpee a más políticos, ya que era muy inteligente y haya dejado en la línea del tiempo un regalo para ellos.
El cuerpo de Alejandro Muyshondt lo velaron en un complejo funerario privado en Santa Elena, de Antiguo Cuscatlán, en La Libertad.