La estación experimental y de prácticas de la Facultad de Ciencias Agronómicas, de la Universidad de El Salvador (UES), ubicada en el municipio de San Luis Talpa, en el departamento de La Paz, a unos 40 kilómetros de San Salvador, es un vivero de formación académica para los profesionales del sector agropecuario. Cuenta con 143 manzanas de terreno, donde los estudiantes realizan prácticas agrícolas, laboratorios, pasantías, procesos de investigación y horas sociales, como requisito para graduarse.
Es un lugar tranquilo, se disfruta de la naturaleza y ver a los estudiantes entusiasmados realizar una variedad de actividades agrícolas. Los futuros profesionales de las carreras de Ingeniería Agronómica, Medicina Veterinaria y Zootecnia e Ingeniería Agro industrial, ahí dan sus primeros pasos de prácticas académicas e iniciar una nueva etapa de sus vidas.
Constantemente, los docentes verifican sus prácticas profesionales, horas sociales, pasantías e investigaciones, que realizan los estudiantes. Llegamos a la estación experimental y nos dirigimos a la bodega del lugar, ahí les prestan herramientas de trabajo como cumas, palas, azadones y corvos, para que realicen sus prácticas académicas. Ya con los utensilios, fuimos en busca de los futuros profesionales, que realizan sus labores de campo, bajo un fuerte sol de 34 grados.
Llegamos al primer punto, frente a las piscigranjas nos espera el estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería Agroindustrial, Ernesto Chamorro, quien realiza su trabajo de investigación sobre el monitoreo de la calidad del agua, en la producción de tilapias. Con mucha serenidad, explica sobre el proceso y técnica, que utiliza para la toma de muestras del agua y el análisis de los parámetros físicos y químicos.
El ingeniero agrícola, Mauricio Tejada, docente de la Facultad de Ciencias Agronómicas del Alma Mater y tutor de esa investigación, que realiza el estudiante, está atento a su ponencia, para hacer preguntas técnicas y aportar sus conocimientos académicos.
“Este trabajo lleva un proceso delicado, para traer los alevines conocidos como tilapias a la piscigranja; hay que levantarse a las tres de la mañana, se trasladan en una bolsa de plástico con oxígeno inyectado, para que no se mueran. Eso da la oportunidad de tenerlas ahí por dos horas de vida. Hay que dar énfasis al monitoreo de la calidad del agua, lo cual es importante para la vida y crecimiento de las tilapias, para que les permita establecer indicadores para el recambio del agua de forma oportuna, como es el caso del oxígeno, temperatura, salinidad y pH.
TRATAMIENTO TÉCNICO
“Se necesita darles un cuido especial, constante y para consumirla, debe tener tres meses de crecimiento, todo dependerá del tratamiento técnico, que de cada productor”, asegura Ernesto Chamorro, estudiante de quinto año de la carrera Ingeniería Agroindustrial, quien realiza su investigación sobre la producción de tilapia.
Este es un pez de origen africano, vive en zonas tropicales, se puede criar en piscigranjas artesanales con agua dulce o salada, en arroyos poco profundos, estanques, ríos y lagos. Se adapta a poblaciones grandes y a una variedad de alimentos. Tiene una aceptación comercial y consumo en el mundo. En otros países, están realizando investigaciones de las propiedades, que posee el colágeno de sus escamas, tienen bajas cantidades de grasa.
“En estas piscigranjas, estamos cultivando unas 500 tilapias, su proceso requiere paciencia y mucho detalle. El trabajo, lo iniciamos a las seis de la mañana y finaliza tarde por su alimentación. Tomamos datos para verificar su crecimiento, cuido, clima y temperatura del agua. En su proceso de crecimiento, estamos pendientes para tener resultados concretos”.
“Cuando tengamos datos finales, presentaremos un informe técnico sobre su evolución a nuestro tutor, que servirá a los estudiantes para tener un mejor conocimiento sobre la tilapia. Hoy en día, muchas personas están emprendiendo con este producto, generando fuentes de empleo a familias,” afirma Gabriela Alberto, estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería Agro Industrial.
TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES
Se concluye la visita de uno de los tres proyectos, que realizan los futuros profesionales. Nos trasladamos al segundo trabajo de campo, para verificar el tratamiento de aguas residuales, procedentes de la producción de conejos. Estas aguas si no reciben el tratamiento adecuado y se vierten al medio receptor, pueden causar graves problemas ambientales y a la salud humana, pero con un buen sistema de depuración, pueden ser reutiliza para regar cultivos y zonas verdes.
Los países como Singapur, Israel, Países Bajos y Estocolmo capital de Suecia, aplican esta técnica para ayudar al medio ambiente y tener un desarrollo sostenible.
Para verificar el tratamiento a aguas residuales, nos desplazamos entre el pequeño bosque de la estación experimental del Alma Mater, ahí nos esperan los estudiantes de cuarto año, Raquel Pérez y Eduardo Burgos, de Ingeniería Agronómica de la UES. Ellos, dan mantenimiento al humedal artificial de aguas residuales, qué recibe las aguas del proceso de limpieza de la conejera con residuos de orina y heces, lo cual se realiza todos los días a primera hora de la jornada laboral como parte de sus horas sociales.
Al darle un buen tratamiento o manejo técnico a las aguas residuales, pueden reutilizarse en riego de cultivos, procesos industriales, ayudar al mismo medio ambiente y por sus compuestos pueden generar energía y nutrientes. Se puede utilizar en actividades domésticas, urbanos y ganadería.
Estas aguas, en su mayor composición son contaminantes orgánicos y pueden contener residuos de vegetales, grasas, animales, aceites, sólidos pequeños como telas, plásticos, químicos, arena entre otros. Con el tratamiento técnico que se le pueda dar, pueden ayudar a partir de los residuos sólidos o lodos residuales, a la elaboración de abono orgánico, mediante la técnica de compostaje, lo cual significa un recurso importante para la agricultura.
Pese al ardiente sol, los estudiantes que controlan las aguas residuales, los veo motivados de hacer sus trabajos. Cada uno pone sus esfuerzos para que todo salga bien. “Para realizar esta actividad, hay que llevar un proceso técnico, en primer lugar, se retiran los desechos sólidos o estiércol de conejo, que caen al piso o drenaje. En segundo lugar, se aparta el excremento y el más grueso se traslada a unas cubetas para colocarlas en un balancín, para su proceso de compostaje”.
“En tercer lugar, las heces más líquidas, pasan a un proceso de patio de secado. Como cuarto punto, finos en suspensión y disueltos los sólidos, se conduce a un canal que desemboca al humedal artificial con plantas de jacinto-Eichhormia crassipes, especie con alto potencial depurador de contaminantes orgánicos e inorgánicos, con el fin de purificar el agua y que sea reutilizada para riego”.
“Como quinto punto, después de todo ese proceso de tratamiento y secado del estiércol, se hace un compostaje o abono, este lleva hojas secas, tierra y agua. Estos se mezclan, para luego aplicarlos a los cultivos o plantas”, asegura Raquel Pérez, estudiante de cuarto año de la carrera de Ingeniería Agronómica.
PLANTAS PURIFICADORAS DE AGUA
En estas aguas residuales, hay plantas acuáticas conocidas como jacinto, lechuga, lirio o ninfas, ayudan a purificar el agua y descontaminar de los componentes que tienen los orines y estiércol de conejo y de metales pesados, en los casos de grandes extensiones, que reciben ese tipo de contaminantes como los embalses y ríos. También, da oportunidad, que puedan habitar y alimentarse algunos animales como ranas, culebras y peces si se tratara de un humedal grande.
Continuamos verificando los proyectos de los futuros profesionales, son las once y media del mediodía, caminamos bajo un ardiente sol de 36 grados, tenemos que llegar al tercer proyecto, la parcela familiar agroecológica.
No se puede perder tiempo, los estudiantes tenían una misión, hacer un cerco natural o cerca viva para dividir terrenos y sembrar árboles comestibles. Toman sus herramientas y distribuyen el trabajo. Unos hacen hoyos y otros preparan la tierra para sembrar girasoles y maíz, él resto controla el sistema de riego tecnificado de goteo.
“La iniciativa del estudio del agua, es un recurso hídrico importante, es parte de nuestros estudios académicos dentro de las ciencias agronómicas y es el recurso que más énfasis se hace en los tres proyectos, como parte fundamental, en la producción de alimentos para la seguridad y soberanía alimentaria y ambiental.
Los tres proyectos que hemos visto, como la producción de tilapia, aguas residuales y la parcela familiar agroecológica, pueden generar una verdadera soberanía y seguridad alimentaria a la familia, todas tienen una relación con el agua. Esta materia, es para que los estudiantes tomen iniciativas y puedan hacer estudios de tratamientos de aguas residuales, sistemas de riego y calidad del agua”.
“En la estación experimental de la UES, tenemos diferentes áreas productivas, los docentes acompañamos a los estudiantes a realizar sus horas sociales, investigaciones y pasantías de diferentes temas, que abarcan las ciencias agronómicas, para que sus conocimientos sean amplios y profesionales”.
“El departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la facultad de Ciencias Agronómicas, realizará otros proyectos como la agroecología y su forma de producción, para favorecer la salud de los seres humanos. Otro tema que estamos promoviendo, es el buen uso y las prácticas de la conservación de los suelos, áreas de maquinaria agrícola y agroindustrial, el reúso de las aguas residuales tratadas, el área del clima o climatología aplicada a producción agrícola y pecuaria”.
“Estamos impulsando la carrera de Ingeniería Geología, que involucra la gestión de riesgo, mantos acuíferos y aguas superficiales y la misma vulcanología. Todos estos temas, están relacionados al cambio climático y medio ambiente”, asegura Mauricio Tejada, docente y jefe del departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la UES.
El Alma Mater, continuará formando futuros profesionales relacionados a las ciencias agropecuarias y forestales, lo cual es importante para el desarrollo de El Salvador. Esto permitirá tener mejores alternativas agrícolas, que favorezcan al cambio climático, medio ambiente y tener un ambiente saludable.