¿Alguna vez te has preguntado si es correcto ayudar a alguien, aunque eso vaya en contra de las normas? ¿Si está bien mentir para beneficiarse de algo? ¿Si una sentencia fue justa contra un acusado? Todas estas reflexiones las personas nos las hacemos a menudo y están basadas en la ética y la escala de valores que cada uno construya.
Los valores éticos son guías de comportamiento que regulan la conducta de un individuo. La ética es la rama de la filosofía que estudia la moral y realiza un análisis del sistema moral para ser aplicado a nivel individual y social.
Estos se desarrollan a lo largo de la vida a partir de las experiencias en el entorno cercano familiar, social y escolar. Además, es influenciado por la cultura, los medios de comunicación, el contexto histórico y las ideologías que rigen determinada sociedad. En ese sentido, todos contamos con la capacidad de reflexionar acerca de nuestras acciones y de los demás bajo un panorama ético de lo que consideramos correcto.
Entre los valores éticos más relevantes se pueden mencionar: justicia, libertad, respeto, responsabilidad, integridad, lealtad, honestidad, equidad, entre otros. Dependiendo de la cultura o la sociedad desde donde se analice, se priorizarán algunos valores por encima de otros.
ESCALA DE VALORES
La escala de valores se fundamenta en el reconocimiento mínimo de los valores más importantes para cada sociedad e individuo. De esta manera, la persona realiza sus razonamientos acerca de lo bueno y lo malo en base a esta escala y establece una actitud de vida consecuente con sus valores.
Por ello, es importante construir una sociedad con una escala de valores a partir del amor, la lealtad, el respeto, la honestidad, la paz, la unidad, el amor al prójimo, a fin de evitar las desigualdades y las injusticias.
La ética feminista es un enfoque de la ética que se basa en la creencia de que la teoría ética tradicionalmente ha subestimado y menospreciado la experiencia moral de las mujeres, que en gran medida está dominada por los hombres, y por lo tanto opta por reimaginar la ética a través de un enfoque feminista holístico para transformarla.
DIFERENTES PUNTOS DE VISTA
Las éticas feministas creen que existe la obligación de que se escuchen los diferentes puntos de vista de las mujeres y luego forjar una visión de consenso inclusivo a partir de ellos. Intentar lograr esto y avanzar juntos hacia la igualdad de género con los hombres es el objetivo de la ética feminista.
La solución de estos problemas es importante en los tiempos modernos debido a los puntos de vista cambiantes, así como a lo que se ha considerado ‘ético’ en términos de trato y cómo se debe tratar a las mujeres, en particular, los cuerpos de las mujeres.
“El objetivo de la ética feminista es la transformación de sociedades y situaciones en las que las mujeres son perjudicadas por la violencia, la subordinación y la exclusión. Por ejemplo: cada vez es menos aceptable socialmente cometer violencia contra la mujer.
VALORES ÉTICOS
Finalmente, dejamos algunas referencias para analizar de qué forma estamos llevando nuestra vida, es decir, bajo qué valores éticos:
– Revisa las razones detrás de tus decisiones. Tus gustos, preferencias o intereses no siempre serán lo más conveniente.
– Conoce tus motivaciones: Pregúntate constantemente ¿Por qué y para qué haces las cosas?
– Reconoce tus emociones frente a una decisión. Toda decisión tiene una influencia de nuestras emociones, es importante reconocerlas y analizar si las tomaremos en cuenta para tomar la decisión.
– Piensa en las consecuencias de tus acciones para ti mismo: ¿Qué me pasará si hago esto? ¿Qué logro o gano con esto? ¿Qué puedo perder?
EFECTOS EN LOS DEMÁS
Y sobre los demás: ¿Qué efecto tendrá en los demás? ¿Es algo que me gustaría que me hagan a mí?
– Acepta que la vida es compleja. No siempre un mismo argumento va a servir para todas las decisiones. Cada caso es diferente y hay que analizarlo por separado tomando en cuenta distintos puntos de vista.
– Busca alternativas a tus acciones y escoge la que mejor se relacione con tu escala de valores. Si haces algo mal, reconócelo, pide perdón y vuelve a empezar.
– A veces racionalizamos nuestras conductas para convencernos de que hicimos lo correcto. No siempre nos damos cuenta de ello, para eso podemos consultarlo con alguien externo que pueda ser más objetivo.