En un acontecimiento que podría transformar el panorama de Medio Oriente, grupos armados de oposición han derrocado al presidente de Siria, Bashar al-Assad, tras una ofensiva relámpago de doce días. Assad dimitió y huyó a Rusia, donde le han concedido asilo. La familia Assad había gobernado Siria con mano de hierro durante más de 50 años.
Miles de ciudadanos sirios que vivían en el exilio han regresado al país, mientras que decenas de miles de prisioneros retenidos por el Gobierno de Assad han sido liberados. En la prisión de Sednaya, en Damasco, los equipos de rescate están intentando acceder a las celdas subterráneas del lugar, que ha sido descrito como un “matadero humano”.
El levantamiento fue liderado por Hayat Tahrir al-Sham, un grupo armado que cuenta con el respaldo de Turquía y que Estados Unidos y las Naciones Unidas han catalogado como organización terrorista. Miembros del grupo hablaron el domingo tras tomar el control de la televisión estatal de Siria.
Miembro del grupo rebelde sirio: “En el nombre de Dios, clemente y misericordioso; por la gracia de Dios Todopoderoso, la ciudad de Damasco ha sido liberada. El tirano Bashar al-Assad ha sido derrocado y todas las personas injustamente detenidas en las cárceles del régimen han sido liberadas”.
Se ha llegado a un acuerdo para que el primer ministro de Siria, Mohammad Ghazi al-Jalali, permanezca en el cargo y gestione las instituciones del Estado hasta que se instaure un Gobierno de transición.
Muchos sirios alrededor del mundo salieron a las calles para celebrar la caída de Assad. Estas fueron las palabras expresadas por Sabri Chikhou, quien participó en una manifestación celebrada en Londres.
Sabri Chikhou: “Estamos avanzando hacia la democracia y construyendo una nueva Siria con un sistema nuevo, un sistema democrático. Dependeremos de la sociedad y las instituciones, no de un régimen único que controla cada rincón de nuestro país”. (Fuente: Democracy Now)