Este 17 de mayo, los salvadoreños recordaron como miembros de las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN), fue el brazo armado del FMLN, secuestró y luego asesinó al industrial japonés Fujio Matsumoto, presidente de la empresa textil Industrias Sintéticas de Centroamérica S.A. (INSINCA).
La noche del miércoles 17 de mayo de 1978 el industrial se disponía a salir de la oficina de la empresa, ubicada sobre el bulevar de Los Héroes, de San Salvador, momento en que fue interceptado por los de la FARN. Se lo llevaron a bordo de su vehículo, un Mercedez Benz que posteriormente fue abandonado cerca del redondel de la avenida Olímpica.
Se habla que los guerrilleros de la FARN exigían unos cuatro millones de colones para su liberación, sin embargo, sus caporales lo mataron y su cuerpo fue encontrado varias semanas después de su secuestro.
Fujio Matsumoto había llegado a El Salvador dos años antes de su secuestro para hacerse cargo de INSINCA. Al momento de su desaparición forzada tenía 54 años de edad. Fueron cinco sujetos los que irrumpieron en el parqueo de la INSINCA y por la fuerza, se lo llevaron.
Los delincuentes hicieron varios disparos a las instalaciones de la empresa textil para intimidar al personal que se encontraba al interior y obligaron a su chofer, René Mauricio Orellana, que saliera del auto y posteriormente huyeron del lugar. Sobre el piso de concreto se localizaron varios casquillos, algunos de pistola calibre 22 milímetros y otros de 9 milímetros. Pero también hirieron de bala a Carlos Alberto Campos Fonseca.

Por medio de un comunicado, los de la FARN se atribuyeron el secuestro y tildaron que Matsumoto representaba al “imperialismo japonés”. En el papel se decía que habría condiciones para dejarlo en libertad, pero que si no se cumplian las exigencias, el industrial sería ejecutado.
Investigadores de la Policía Nacional, de la Guardia Nacional y de la Policía de Hacienda, del gobierno del general Carlos Humberto Romero, se activaron para tratar de dar con el paradero de Fujio Matsumoto, por lo que capturaron a seis terroristas y dos de ellos fueron señalados que habían hablado sobre ese secuestro. Entre los detenidos figuraron: Marco Antonio Mendoza Rodríguez, José Guillermo Martínez, José Mauricio Cañas Rivas, Jerónimo Serpas Reyes, Manuel Perdomo Mendoza y Bernarda Elena Vásquez de López.
Uno de los señalados era Jerónimo Serpas Reyes. Las capturas fueron en una casa de seguridad que los FARN tenían en la colonia residencial El Cocal, del barrio San Jacinto, San Salvador. Los reos dijeron que fueron golpeados para obligarlos a declarar.
En ese momento, el diplomático japonés, Ryoichi Kurata, dijo a la prensa que había recibido instrucciones de su gobierno para darle toda la importancia que tenía ese asunto. El entonces embajador, Yuichi Hayashi, se encontraba de viaje por los Estados Unidos y se vio obligado a retornar de inmediato a El Salvador.
Casi de inmediato, la familia Matsumoto recibió un pliego de peticiones de los guerrilleros y entre los puntos estaba la entrega de cuatro millones y la liberación de unos 33 sujetos que estaban detenidos en distintos puntos del país.
La complejidad del caso, la embajada japonesa animó a todos los empresarios y dependientes japoneses que pudieran hacerlo, abandonar El Salvador. El éxodo de empresarios y ejecutivos extranjeros, especialmente estadounidenses, alemanes y japoneses, apenas iniciaba.
En 1978, el número total de japoneses residentes en El Salvador llegó a 365 personas, y de ellos, 312 residentes eran empresarios japoneses de bancos, fabricantes y empresas comerciales. Casi todos se fueron después del secuestro de Matsumoto.