DEPORTES EL SALVADOR
La Federación de Fútbol inició una investigación por amaños en los partidos de la selección mayor, y en el camino encontró que la corrupción tocó las puertas de la Liga de Campeones de Concacaf y que al menos intentó corromper a la selección Sub20. En la Concachampions, las versiones de varios testigos y un abogado que ha asesorado a jugadores indican que la mafia ofreció $18,000 per cápita por arreglar resultados de partidos.
Tomado de El Faro, por Efren Lemus y Óscar Luna
La primera reunión sucedió en un apartamento sobre la avenida Las Amapolas, en las cercanías del redondel del Árbol de la Paz. Los cuatro hombres que ahí estaban reunidos se habían presentado como agentes de jugadores, con buenos contactos para ubicar futbolistas en equipos extranjeros, pero minutos después de iniciada la plática revelaron su verdadero oficio: eran miembros de una casa de apostadores que daban buen dinero para comprar resultados de partidos. Cuando sucedió la reunión, en septiembre de 2009, los cuatro hombres estaban interesados en que un partido de la Liga de Campeones de Concacaf, la Concachampios, terminara con un marcador de 4 a 0 y para ello ofrecían 18,000 dólares a cada jugador que aceptara participar en el arreglo del encuentro futbolístico.
Así se consigna en una declaración que la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut) levantó a propósito de la investigación por amaños en los partidos de la selección nacional de fútbol. La mafia tuvo una actividad tan intensa en el país que, al investigar los juegos de la selección, la Fesfut encontró que se repite el modus operandi y los personajes que confabularon para incidir en los resultados que el entonces campeón del fútbol salvadoreño, Metapán, obtuvo en el torneo regional. La declaración en la Fesfut y el testimonio que relata personalmente otro jugador, coinciden en esta historia.
“Estaba en mi rato de descanso, en mi casa, y estas personas no sé cómo consiguieron mi número telefónico. Me ofrecieron servicio de representación de jugadores y me dijeron que querían reunirse conmigo para hablar del tema y hasta me mencionaron algunos equipos para poder salir del país”, comienza su relato un jugador, que pide no se revele su identidad por temor a represalias. Al llegar al lugar donde lo citaron escuchó una propuesta diferente a la que le habían mencionado por teléfono. “Cuando yo llego donde ellos estaban me dicen que ya no era de esa manera, sino que era para comprar un partido, que eran de una casa de apostadores y que daban cantidades grandes de dinero”, recuerda, para luego asegurar que él rechazó la oferta.
El hombre que llamó a este jugador de Metapán se identificó como Javier Núñez, un panameño de raza negra, que tenía la cabeza rapada, delgado y de una estatura aproximada de 1.75 metros. Un segundo hombre que estaba en el apartamento también tenía la cabeza rapada: era un jugador que dos meses antes de la reunión había firmado contrato por dos años con Alianza. Los otros dos eran de apariencia asiática, pero ellos no dijeron sus nombres; el jugador solo recuerda que al gordito que medía más o menos 1.60 metros de estatura le llamaban “Sam”.
Hasta ahora la Fesfut ha suspendido durante un mes a 22 jugadores por sospechas de su involucramiento en el arreglo de partidos con la Selección Nacional, pero no a nivel de clubes. El mes de suspensión se cumple esta semana y la Fesfut ha convocado para este lunes a conferencia de prensa con el propósito de dar seguimiento a la investigación. La Fiscalía lleva una investigación paralela en la que contempla la posibilidad de que los involucrados hayan incurrido en el delito de lavado de dinero.
El jugador de Metapán recuerda en este punto una situación similar a la que han descrito otros jugadores que han relatado sus experiencias a medios como El Gráfico e ESPN: “Hablaban inglés y tenían una computadora que me le daban vuelta para ponerme la pantalla de frente, donde estaba una persona que me estaba observando”. Quienes llevaban la batuta de la conversación eran el jugador del Alianza y Núñez. Sam intervenía poco y el otro, con su cigarro en mano, solo veía y escuchaba, sin mayor participación”.
El trato que la mafia proponía era el siguiente: Metapán tenía que perder su último partido de la Liga de Campeones de Concacaf con un marcador de 4 a 0 ante el Houston Dynamo. Además, dos goles debían ser marcados en el primer tiempo y los otros dos en el segundo.
El partido se disputó el 21 de octubre de 2009 y los metapanecos ganaron con marcador de 3 a 2. Los apostadores querían que Metapán perdiera ese partido, insistieron con llamadas telefónicas e, incluso, horas antes del juego estuvieron en Metapán tratando de convencer a los jugadores.
Cuando subía a su vehículo, que había dejado estacionado cerca del parque de Metapán, el jugador del Alianza y Sam se le acercaron. “El jugador del Alianza me mostró el dinero, era una mochila como de esas que le pones a un niño que va para el kínder, y estaba repleta de dinero, puros billetes de a 100 dólares. Me dijeron que ahí había 18,000 dólares si yo aceptaba el trato. Yo dije: no, no me interesa. Por mucho dinero que fuera, verdad, o mucha necesidad que uno pueda tener, no quería complicarme de esa manera”.
El testimonio de este jugador y la declaración ante la Fesfut coinciden también con la historia que relata un abogado que ha asesorado las declaraciones de jugadores ante la Fiscalía y, que recuerda lo que le expuso un jugador del equipo capitalino Alianza. “Tanto de selección como de Concachampios habla de 20 partidos amañados en total. Dice que en los partidos de Concachampios se pagaba 18,000 dólares por partido y relata que eso pasó con tres equipos: FAS, Águila y Metapán”.
Para la dirigencia de Metapán, lo de los amaños no es algo nuevo. El pasado 27 de agosto de 2013, la dirigencia del equipo de la primera división salvadoreña dijo a El Diario de Hoy que tenían nombres de jugadores y dudas sobre dos partidos de Concachampios. Uno es el partido que Metapán perdió con marcador de 1 a 0 ante el Sounders, en el año 2010, en la ciudad de Seattle, Estados Unidos. Sobre este partido el periódico El Gráfico ha publicado el testimonio de un jugador que aseguró a FIFA que les ofrecieron 8,000 dólares por perder. Un segundo partido que la dirigencia metapaneca investiga es el que perdieron 8 a 0 contra Pumas, en México, en 2012.
El Faro preguntó a la Fesfu si la investigación abierta por amaños en los partidos de la selección nacional se extenderá hacia la Concachampions, principalmente porque ya tienen una declaración que confirma que la mafia intentó comprar voluntades en esa competencia a nivel de clubes. Orestes Membreño, de comunicaciones de la Federación, dio a entender que es muy poco probable que eso ocura: “No tengo información tan al centavo. La vez pasada con la publicación de El Gráfico se llamó a testificar a la gente de FAS y se llegó a la conclusión de que no procedía porque no se aportó nada. No podría dar más declaración que eso”.
El Faro también buscó a Rafael Calderón y Francisco Peñate, miembros de la Comisión Investigadora de la Fesfut; también al dirigente de Metapán Rafael Morataya, para conocer los avances de las investigaciones, pero no atendieron las llamadas telefónicas.
En la Sub20 recibieron unos 300 dólares
La Fesfut tiene otras declaraciones de jugadores que relatan un intento de soborno a la selección de menores de 20 años que participaron recientemente en el Mundial de Fútbol de la categoría en Turquía. Aunque la historia expone que los jugadores no aceptaron, sí revela que, a modo de despedida, los emisarios de la mafia dieron algunos cientos de dólares a algunos jugadores.
El intento de arreglo de partidos se produjo en el restaurante El Rincón Azteca, de la colonia Escalón, cerca del redondel Artigas. Según los testigos, a ese restaurante llegó Rodrigo Martínez, un jugador de la segunda división de fútbol, junto con tres jóvenes que integraban la selección Sub20 que participó en el mundial de Turquía. Iban a almorzar invitados por un “loco fútbol”, uno de esos aficionados que se saben al dedillo la vida de sus equipos y jugadores, que gustan tomarse fotos con sus ídolos y que los invitan a comer para platicar un poco.
Cuando Rodrigo y los seleccionados sub20 llegaron al lugar del encuentro, una de las mesas ya estaba reservada. Según las declaraciones, ahí estaba sentado el portero Jimmy Cuéllar y un hombre al que no identifican por su nombre, pero que por sus relaciones familiares se le relaciona con el lado oscuro del fútbol salvadoreño en los últimos años: un hermano de Armando Collado, ese jugador a quien la FIFA sancionó de por vida por amañar partidos de la selección nicaragüense.
Jimmy Cuéllar es un portero que estuvo a préstamo con el Once Municipal, un equipo de Ahuachapán, en el que también jugó Rodrigo y en el que también jugó Armando Collado. Según una de lasla declaración, Rodrigo recibió una llamada de su antiguo compañero de equipo Jimmy Cuéllar para presentar a los seleccionados con un “loco fútbol”. El exjugador de Once Municipal los conocía bien porque dos años atrás jugó con el Turín-Fesa, el equipo que aportó la base de jugadores para la selección Sub20.
Rodrigo es uno de los 22 jugadores que el Comité Ejecutivo de la Fesfut ha sancionado durante un mes “por posibles actos de influencia ilícita en resultados de partidos, cohecho y corrupción”. En el expediente de la Fesfut se habla de tres testigos protegidos que coinciden en decir que el exjugador de Once Municipal les llamó por teléfono para proponerles amañar el resultado. Dice el expediente, que, por teléfono, los tres seleccionados rechazaron la oferta.
La declaración de Rodrigo ha agregado nuevos protagonistas y nuevos hechos a los intentos de amaños de un juego de la selección Sub20. El jugador mencionó a Jimmy Cuéllar como la persona que le pidió gestionar la reunión con los seleccionados. El portero fue llamado a declarar a la Fesfut el miércoles de la semana pasada.
Sobre la reunión en El Rincón Azteca, información que fue omitida por los seleccionados sub20, el expediente recoge este relato: que llegó un hombre al que solo identifican como hermano de Collado, que había llegado desde Sonsonate y que juega en un equipo de ese departamento. Él, sin rodeos y sin preámbulos, propuso amañar el partido de inauguración del mundial entre El Salvador y Turquía. Les dijo que tenían que perderlo por tres goles o más, y que un resultado que caería como anillo al dedo para los apostadores sería un 4 a 1. A cambio de ese marcador, los seleccionados recibirían 17,000 dólares. La respuesta de los seleccionados fue inmediata: no venderían el resultado.
Según los documentos que la Fesfut ha anexado al expediente, también se consigna que el amañador regaló dinero a los futbolistas. Un testigo lo relató a la Fesfut de esta manera: “La gente estaba en la mesa del restaurante y el hermano de Armando Collado se fue con los jóvenes hacia el vehículo y ahí les mostró una buena cantidad de plata. Aún sabiendo que no habían aceptado, les dio 300 dólares a cada uno de los seleccionados. Ahí terminó el almuerzo”.
Eliseo Quintanilla encaró a seleccionados.
La primera vez que el varias veces miembro de la selección mayor Eliseo Quintanilla, “Cheyo”, declaró ante la Fesfut, dijo que no sabía nada sobre los amaños de partidos. El martes 3 de septiembre de 2013, Cheyo, volvió a declarar en la Federación, pero ya con una sanción provisional por haber participado en una reunión con amañadores en el Hotel Crowne Plaza, en Washington, Estados Unidos.
Hay cuatro testigos que aseguran que el 19 de junio de 2009, aproximadamente a las 5 de la tarde, un día antes de que la selección enfrentara un partido amistoso contra el DC United, Quintanilla y seis jugadores más se reunieron con tres extranjeros, quienes les ofrecieron 10,000 dólares para perder el partido por un marcador de 4 a 0. Hay un testigo que se contradice con esta versión porque asegura que los apostadores pedían que el marcador final fuera de un 2 a 0.
“El jugador que cometiera una falta dentro del área y que fuera sancionada como penal recibiría 5,000 dólares más”, declaró uno de cuatro testigos protegidos ante la Fesfut.
Quintanilla confirmó ante las autoridades del fútbol salvadoreño que fue convocado a esa reunión, que la reunión duró unos 15 minutos, y que se les propuso perder por un marcador de 4 a 0, dos goles debían caer en el primer tiempo y los otros en el segundo. El entonces jugador del Correcaminos de México asegura, en su declaración, que él y Rodolfo Zelaya fueron los más enfáticos en oponerse al amaño.
Aunque solo se le relaciona con el partido que la selección enfrentó al DC United, Quintanilla habló de irregularidades en el partido que El Salvador enfrentó a México, por la Copa Oro, y que el equipo nacional perdió 5 a 0. Ese partido se disputó el 5 de junio de 2011, en la ciudad de Arlington, Texas, Estados Unidos.
En la selección nacional el amaño de ese partido era como un grito a voces que generó disgusto y varios reproches entre los seleccionados. Tanto Quintanilla como el mediocampista Jaime Alas reclamaron que varios de sus compañeros no estaban jugando normalmente. Terminado el partido, discutieron, se insultaron y Quintanilla los amenazó con que si se llegaba a enterar de que habían vendido ese partido los denunciaría.