SALVADOREÑOS
Disponer del tiempo, recursos, fuerza y muchas veces enfrentar el rechazo y calumnias de los demás con el fin de ayudar al prójimo es de muy pocas personas; pero la recompensa llega a cada instante y principalmente cuando el destinatario de la ayuda la recibe con gran alegría y agradecimiento a Dios y a quienes realizaron la generosa acción.
Eso es lo que hacen personas que no buscan protagonismos, trabajar en silencio por el bienestar de los demás.
En el momento que usted lee esta nota es posible que una inmensa sonrisa de gratitud se desprende de algunos de los beneficiados con sillas de ruedas, muletas u otro equipo destinado para personas discapacitadas que un grupo de voluntarios en Virginia, bajo la dirección de Wilson Zavala, que preside la Asociación Comunitaria Salvadoreña (ACOSAL) enviaron en un furgón repleto el pasado 7 de diciembre y cuyo destino es en zonas de grandes necesidades en El Salvador.
La credibilidad ganada por largos años de acciones comunitarias en el área metropolitana de Washington por Zavala, hacen que adultos, jóvenes y niños se vuelquen para ayudarle en las actividades de recolección de equipo u otra ayuda; y se completa la acción cuando ven al largo contenedor cargado de implementos que viaja a un lugar donde la esperan con gran emoción.
El sábado 7 de diciembre con bajas temperaturas, mientras la mayoría dormíamos o descansábamos Zavala y su equipo de solidarios con los necesitados no sentían el mínimo deseo de descansar pues su tarea era llenar el contenedor porque ya hay mucha gente que necesita de esta ayuda en El Salvador y la esperan como el mejor regalo de Dios en Navidad.
El contenedor de 40 pies de largo se llenó por completo con sillas de ruedas regulares y eléctricas, inodoros portátiles, muletas, andaderas de aluminio, camas médicas, cunas, bastones, andaderas con silla, mangueras respiratorias, sillas de rehabilitación, medidores de glucosa, botas médicas, tablillas de mano, pañales de adulto, medias, calcetines, gasas, cepillos de dientes, zapatos y ropa usada para niños, entre otras cosas, dijo Nidia Esperanza, una de la colaboradoras.
El mayor deseo de Zavala y todos los altruistas es que esta ayuda llegue antes de Navidad y que decenas de personas necesitadas puedan sentirse felices de recibir esta bendición.
LOS BENEFICIADOS
Wilson Zavala dijo que la ayuda está destinada para la Fundación Cristóbal Hernández Ventura, ubicada en la población de San Pedro Perulapán, en el departamento de Cuscatlán; esta organización que lleva el nombre de un diputado que murió en un accidente de tránsito hace cuatro años, goza de gran credibilidad y sin duda se encargarán de dirigir la ayuda a otros puntos del país con el mejor manejo de tal forma que sean los más necesitados los beneficiados, expresó Zavala. (redacción El Imparcial News)